Ante las críticas a la gestión de su plataforma, la compañía estadounidense desactivó millones de cuentas falsas y suprimió mensajes de odios.
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Entre enero y marzo de este año, Facebook suprimió 2,19 millones de cuentas falsas antes que fueran activadas, informó la empresa. Esta cifra se añade a las 1,2 millones de cuentas suspendidas en el último trimestre de 2018. La suma de estas cifras son sorprendentes, al tener en cuenta que la plataforma social cuenta con 2,4 millones usuarios "activos".
Estos datos fueron expuestos el jueves, durante la presentación del tercer informe sobre el cumplimiento de las normas comunitarias de la empresa de Mark Zuckerberg. Allí explica los avances llevados a cabo por la compañía en materia de lucha contra las cuentas y la información falsas, las actividades ilegales y los contenidos que considera no adecuados.
"La cantidad de cuentas que eliminamos se incrementó a causa de los ataques automáticos llevados a cabo por actores malignos que buscan crear grandes volúmenes de cuentas al mismo tiempo", indicó al presentar el informe el vicepresidente de Facebook para Integridad, Guy Rosen.
El directivo detalló que se desactivaron más de 3 millones de cuentas, una cifra muy cercana a los 2,38 millones de usuarios activos mensuales legítimos que tiene Facebook, según los últimos datos disponibles.
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En cuanto al llamado "discurso del odio" dirigido a grupos sociales específicos, la empresa de Menlo Park de California, Estados Unidos, se felicitó por haber incrementado la cantidad de contenidos retirados de los 3,3 millones con que cerró el último trimestre de 2018 a los 4 millones en los primeros tres meses de 2019.
La firma explicó que, de estos 4 millones de "mensajes de odio" publicados, un 65,4% fueron retirados tras ser detectados por los sistemas de inteligencia artificial de la propia compañía antes de que nadie los denunciase, mientras que el resto fueron eliminados al recibir denuncias por parte de otros usuarios.
"Las distintas culturas del mundo entienden la libertad de expresión de formas distintas. Es imposible construir un único sistema de moderación que funcione en todo el mundo", dijo en una rueda de prensa Mark Zuckerberg, el cofundador y consejero delegado de la empresa.
La compañía se encuentra en el punto de mira por su gestión de publicaciones de contenidos falsos, de carácter sexual, de odio o violentos por parte de usuarios. Especialmente después del tiroteo en dos mezquitas de Nueva Zelanda el pasado marzo que se saldó con la vida de 51 personas y que fue retransmitido en directo por Facebook Live.
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