Innumerables son las fotografías en blanco y negro que han pasado por nuestros ojos, que vienen de una Leica. Basta sólo recordar la emblemática imagen de Cartier-Bresson protagonizada por un hombre saltando sobre un charco de agua, para evocar el placer que produce la calidad fotográfica de la obra.

La Leica M Monochrom vuelve a esos momentos de, valga la redundancia, monocromía con un equipo creado exclusivamente para tomar fotografías en blanco y negro. Es la primera cámara digital con formato 35 mm. diseñada con este propósito, por lo que crea “verdaderas” fotografías B&N con un rango preciso y dinámico.

Además, la máquina entrega la posibilidad de ponerle un “efecto” sin necesidad de programas de edición posteriores. Algunas de las posibilidades son sepia, color o con un tono selenio.

Cuenta con 18 megapixeles CCD, un ISO que supera los 10.000 y una pantalla de 2.5 pulgadas. La velocidad máxima del obturador es de 1/4000 segundos y es compatible con casi todos los lentes Leica. Su diseño evoca a los antiguos diseños de Leica y su valor asciende a los US$8.000 dólares.