El teléfono de la firma japonesa ha pasado sin pena ni gloria en la región. Ya que, a pesar de tener un diseño elegante y mantener su tradición, no logra convencer a los usuarios con su precio.

Este año ha estado marcado por los lanzamiento de equipos de Samsung, incluyendo su desastre con el Note 7, Apple y Huawei. Sin embargo, marcas más reconocidas como LG y Sony han quedado relegadas al olvido de algunos usuarios. Para refrescar su memoria y presentarles nuevas alternativas de teléfonos Android, en AETecno probamos el teléfono Xperia X de la firma japonesa. Acá nuestras impresiones.

Lo primero que llama la atención en el teléfono de Sony es su diseño. Es un teléfono que se mantiene fiel a la estética de sus predecesores, con una pantalla de solamente 5 pulgadas, una estructura delgada y ligera (con 7,9 mm de grosor y 153 gr de peso), y un elegante acabado metálico.

Esta característica es positiva para quienes adoren el diseño de los teléfonos de Sony, que suelen presentarse como una alternativa elegante y diferente en el mercado. No obstante, si eres de las personas que esperaban un cambio radical en una nueva generación de smartphones, este probablemente no es tu equipo.

A nivel de pantalla el equipo también entrega buenos resultados. Dado su pequeño tamaño, la empresa optó por no incluir una resolución de avanzada, como podría ser el 4k o el 2k, sino que una calidad Full HD. Este display entrega buenos resultados y un rango de colores interesante, no obstante puede parecer un poco saturada y cálida para los más quisquillosos.

En cuanto a su cámara, a pesar de que Sony es el encargado de crear los espectaculares sensores de los dispositivos de Apple, en esta oportunidad este elemento no llama la atención. A pesar de contar con 23MP de resolución, esta característica de la cámara no entrega grandes resultados con poca luz. En cambio, a nivel de video y de su lente frontal (de 13MP) el teléfono sí destaca ante otros modelos.

Todos estos resultados son posibles gracias al gran rendimiento del teléfono, uno de los puntos más positivos del equipo. A pesar de contar tanto con un procesador (Snapdragon 650) como una RAM de gama media (3GB), entrega perfectos resultados ante un nivel de uso alto, sin interrupciones ni cierres abrupto. ¿Su único punto en contra en esa área? El teléfono funciona a la perfección, pero tiende a sobrecalentarse en estos escenarios.

Por otro lado, dentro de los puntos negativos del equipo, tampoco cuenta con resistencia al agua, una característica que a estas alturas ya es un clásico en la industria. A esto se suma una batería promedio, que Sony promete puede durar hasta 48 horas, pero que en realidad no logra superar un día y medio de uso promedio.

No obstante, ningunos de estos puntos son tan perjudiciales para el equipo como su precio. Para las características que entrega, el dispositivo tiene un valor que lo equipara con algunos de los mejores teléfonos del año, pero sin entregar las mismas características. No obstante, su costo ha ido bajando lentamente alrededor del mundo, alcanzado actualmente los US$531.99 en Estados Unidos.

Ante la gran incertidumbre que vive Sony en el mundo de los teléfonos móviles, este equipo sin duda no va a ser un salvavidas en el área. Es un smartphone promedio, con un diseño diferente pero antiguo, con un gran display y un rendimiento potente. Sin embargo, cuesta solamente un poco menos que algunos teléfonos que sí han optado por la innovación en 2016. Y ante este escenario, comprar un teléfono del pasado, en realidad, no parece la mejor alternativa en el competitivo mundo de Android.