Los teléfonos corporativos que Google comercializa a través de Google Apps para empresas tienen la mayoría de sus funciones administrativas remitidas a los encargados de IT de las compañías, lo que entre otras cosas significaba que la opción de que el usuario del teléfono borrara o bloqueara su dispositivo de forma remota estuviara restringido.

Con una nueva actualización lanzada hoy por la compañía de Silicon Valley, los administradores corporativos ahora podrán permitir un mayor control de sus teléfonos a los usuarios finales, para que ahora puedan informar ellos mismos del robo o pérdida de sus equipos junto con poder bloquearlos o borrarlos.

Esta función ya estaba presente para los usuarios personales de Android, así como también para los usuarios corporativos de iPhone y Windows Phone.