El teléfono tiene un formato de pantalla curva que lo ubica en la vanguardia del mercado, sin embargo, la utilidad de esta estructura no queda del todo clara.

Uno de los teléfonos que sin duda sorprendió a los asistentes del pasado Mobile World Congress en Barcelona fue el nuevo Galaxy S6 Edge. Un smartphone que no sólo destacó como el último modelo de Samsung, una de las empresas líderes en la venta de estos equipos, sino que especialmente por su diseño de pantalla curva.

Sin duda, al tomar el teléfono esto es lo primero que llama la atención. Este formato de display, que puede sonar un poco incómodo, es en realidad bastante simple de usar. En general no es incómodo al tenerlo en la mano y no cambia radicalmente el uso que tendría otro tipo de smartphone de pantalla plana y del mismo tamaño.

Este es, a su vez, el principal punto en contra de este formato. Dentro de esta primera versión con diseño curvo, que ya había sido probado por la compañía con el Galaxy Note Edge, no hay particularmente muchas funciones que hagan especialmente útil o indispensable este tipo de pantalla. Hasta el minuto tiene tres herramientas principales: el despliegue de colores según quién te llame, un espacio especial para contactos destacados y un reloj de bajo brillo durante la noche. En ningún caso, una función que valga los US$100 dólares de diferencia con el modelo Galaxy S6.

No obstante, lo que este modelo no entrega con respecto a su pantalla curva si lo brinda en cuanto a su cámara. Este elemento, de 16MP, es uno de los mejores presentes en el mercado y entrega gran calidad en cuanto a los colores de las imágenes y su definición, especialmente en escenarios con poca luz. Esto también se nota, con la potente pantalla Super AMOLED de 5,1" con la que cuenta este equipo, sobre todo por su resolución Quad HD (2560 x 1440) .

Lamentablemente, una vez más estas buenas características se ven parcialmente opacadas por las otras realidades del teléfono como: una batería con una vida promedio y una interfaz no del todo pulida (un permanente problema para los teléfonos Samsung). 

Con este nuevo modelo, la empresa coreana resolvió uno de los mayores desafíos que ha presentado con el paso de los años: la apariencia de estos equipos. El nuevo Galaxy S6 Edge es probablemente el teléfono con el mejor diseño que ha presentado Samsung, tanto por su pantalla curva como por su parte posterior, mucho mejor acabada que otros modelos como el Galaxy S4. 

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No obstante, todo lo bueno del teléfono se queda finalmente en eso, diseño. El equipo sigue perdiendo en otros escenarios como su interfaz y el exceso de programas y funciones que no tienen mayor utilidad para la mayoría de sus usuarios. Esto se ve particularmente en la pantalla curva del equipo, que no tienen ningún punto a favor dentro del rendimiento y uso del teléfono, más allá de su apariencia.

El nuevo Galaxy S6 Edge es sin duda un equipo que va a la vanguardia del mercado, con un diseño único hasta el momento que lo ubica inmediatamente dentro de los mejores smartphones del año. Sin embargo, como todo producto innovador todavía queda ver si este nuevo formato de pantalla es algo que será realmente útil y atractivo para los usuarios finales, y especialmente, si mejorará en las próximas versiones de teléfonos de la compañía.