Vivamos la Cuarta Revolución Industrial

Por en Empresas & Startups

Este momento histórico se basa en el proceso de transición que el mundo está viviendo hacia uno completamente digital.

*Por Felipe Montero M., Desarrollo de Negocios de TrackTec S.A.
 
Pocas veces tenemos la oportunidad de vivir procesos que marcan un nuevo paso en el rumbo de la historia. Transiciones políticas, cambios en la economía mundial, avances en la ciencia, entre tantos otros, se transforman en testimonio vivo para las futuras generaciones. Es justamente lo que sucede hoy con la llamada Cuarta Revolución Industrial, concepto acuñado producto del rol que la tecnología y la digitalización juega en nuestra vida cotidiana y en distintas industrias.

Para entender esta etapa por la que transitamos, debemos revisar las tres revoluciones anteriores. La historia señala que la primera tiene sus antecedentes en el paso de la producción manual a la mecanizada (entre 1760 y 1830), luego la que se vivió gracias a la electricidad y la consecuente producción en masa (alrededor de 1850) y finalmente la que el mundo experimentó a mediados del siglo XX, con la llegada de la electrónica y las tecnologías de información y telecomunicaciones.

La también llamada Revolución 4.0 tiene sus orígenes en Alemania, país que la estableció en su agenda de gobierno como “estrategia de alta tecnología”, y se basa en el proceso de transición que el mundo está viviendo hacia uno completamente digital, el cual se soporta en la infraestructura construida en la tercera revolución. Dos datos adicionales: primero, Internet de las Cosas jugará un rol gravitante en esta revolución y, segundo, la economía mundial recibirá 14,2 billones de dólares en los próximos 15 años, de acuerdo a estimaciones del Foro Económico Mundial, producto de este proceso.

El organismo, además, estimó que esta nueva etapa cambiará el paradigma del mundo laboral en todas las industrias del planeta y que las nuevas tecnologías apalancarán conceptos que suenan cada vez con más fuerza, como el teletrabajo o tecnologías transformadoras, como la telemetría. Esta última permite medir magnitudes físicas a distancia, las que son enviadas hacia un centro de recopilación de información. Está presente en distintas industrias y sus usos son múltiples: monitoreo, control y gestión de cualquier tipo de maquinarias y/o vehículos, mayor seguridad y productividad en las empresas y faenas, disminución de accidentes, entre muchos otros.

Gracias a la telemetría, diversas industrias verticales, como redes de suministro eléctrico, de gas, plantas químicas, por nombrar algunas, pueden ver impactos positivos en su performance, uso de recursos y beneficios -económicos y laborales-, los que se traducen en una mayor competitividad para quienes la utilizan. En Chile, sectores como la minería y el transporte ya la han incorporado y la disminución de costos y/o aumento en la productividad nos muestra que su uso será cada vez más frecuente en los próximos años.

La oportunidad para que las empresas sean las protagonistas de esta Revolución 4.0, es invaluable. Es un momento concreto de dar un paso adelante en términos de productividad, diferenciación y de incorporar códigos que serán el lenguaje corporativo y de los negocios del mañana. Por esto, la apertura y flexibilidad para adaptarse a este cambio es fundamental. Únicamente las empresas que abracen esta transformación por completo, serán capaces de vivir el cambio desde dentro y dejar ese testimonio histórico que serán los antecedentes de una posible nueva revolución en el futuro. 

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