Urge alentar a las jóvenes para que vean el mundo digital como una oportunidad real de desarrollo profesional y no sólo como una herramienta de comunicación y/o entretención.

*Por Mónica Retamal, Directora Ejecutiva Fundación Kodea.

El Día Internacional de las Niñas en Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) nace con el objetivo de motivar a las jóvenes del mundo a considerar la elección de carreras profesionales del área tecnológica y de esa forma reducir la brecha digital de género.

Para incentivarlas con el área TIC, existen iniciativas como la Hora del Código (HDC) que invita a programar a escolares sin distinción a entender de qué trata esto de programar. En la versión 2016 hicimos un estudio que analizó el desempeño de más de 200 niños de la V Región. Confirmamos que la variable de género no arroja ninguna diferencia de performance entre niños y niñas a la hora de programar y en su edición 2017 tuvimos la participación de un 42% de niñas de un total de 400 mil escolares.

Los resultados de acciones como éstas echan por tierra los estereotipos de género y confirman la convicción de los que estamos liderando los procesos de transformación digital del país, en el sentido de que las niñas y mujeres chilenas están listas para dar el salto e integrarse de manera exitosa a la revolución digital y con ello contribuir a transformar a Chile en un país que sea parte de la economía del conocimiento.  

Sin embargo, la participación laboral femenina en la industria TI  alcanza apenas el 5%, por tanto urge alentar a las niñas y jóvenes chilenas para que vean el mundo digital como una oportunidad real de desarrollo profesional y no sólo como una herramienta de comunicación y/o entretención.

La industria digital tiene importantes beneficios en términos de remuneraciones, flexibilidad horaria, además de ser uno de los sectores más con mayor demanda laboral del mundo. Además, los trabajos de esta industria son trabajos especializados y con bajísimo riesgo de ser reemplazados por máquinas (automatizados). Las mujeres en Chile trabajan principalmente en la industria de Servicios en trabajos con baja apreciación social, puestos fácilmente reemplazables, con horarios y condiciones que no combinan bien con los otros múltiples roles que asumen las mujeres relacionados con el cuidado del hogar y los hijos.

Si queremos enfrentar este escenario y mejorar los trabajos a los que acceden las jóvenes es imprescindible que nuestras niñas desarrollen las habilidades digitales, fomentemos su creatividad, el trabajo en equipo, el pensamiento crítico, la resolución de problemas sociales, entendiendo como funciona tecnología.

Esto es posible con más y mejores puentes entre el mundo público y privado en torno a la serie de iniciativas de empoderamiento, educación, emprendimiento en programación para jóvenes y niños. Si no tomamos medidas ahora Chile y sus niñas se perderán la oportunidad de participar de los beneficios de la economía digital.