Existe un consenso generalizado entre empresas y expertos en TI que las amenazas están latentes y que las infraestructuras tecnológicas de las empresas requieren un cuidado especial. 

*Por Marcos Vieyra Feldman, Gerente Comercial de Citrix para Chile.

En tiempos en donde la protección de datos se ha vuelto cada vez más sensible a todo nivel -desde personas particulares hasta gobiernos-, se hace urgente hacer una revisión a las estrategias de seguridad de datos que estamos implementando en nuestras empresas. Existe un consenso generalizado entre empresas y expertos en TI que las amenazas están latentes y que las infraestructuras tecnológicas de las empresas requieren un cuidado especial. 

De acuerdo a los datos entregados por la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), Chile es el país con la más alta penetración de Internet en América Latina. El 70%, que equivale a más de 12 millones de personas, vive, efectivamente, en un riesgo permanente de ser víctima de fraudes, acosos, estafas y robo de información sensible a nivel personal y empresarial. ¿Cómo enfrentamos esta situación de manera consciente, en un mundo en donde los datos son cada vez más delicados?

Uno de los primeros aspectos que debemos considerar es que la jornada laboral, como la conocíamos hasta hace un par de años, cambió. Hoy las empresas están promoviendo la movilidad de sus empleados para aprovechar al máximo la productividad, eficiencia y creatividad de las personas, llevando el espacio de trabajo tradicional hacia un ambiente digital acorde a las necesidades del negocio y los colaboradores. Ante esto, las soluciones de virtualización y Cloud son una excelente estrategia para permitir el acceso a los datos e información corporativa en cualquier momento, lugar y a través de diversos dispositivos, de manera segura y confiable. Para ello las compañías deben poner en el centro de su atención la experiencia de los usuarios y especialmente, un enfoque proactivo de seguridad que asegure el resguardo de los datos. 

En este sentido, existen diferentes medidas para minimizar los riesgos y amenazas cibernéticas. Una de ellas es lo que se conoce como seguridad contextual. Se trata de analizar a la persona y su contexto, para identificar y analizar qué comportamientos son normales y cuáles pueden ser potenciales amenazas, determinando si las personas están haciendo un uso seguro de los datos.

Esto debe ir en sintonía con programas internos que fomenten una cultura de seguridad y capacitar permanentemente a nuestros colaboradores sobre la importancia cuidar los datos corporativos.

Si se considera que en 2017 se registraron pérdidas cercanas a los US$90 mil millones a nivel mundial, como consecuencia de ciberataques en distintos niveles (IDC y Netscout Arbor), es imperioso tomar consciencia que los datos que se manejan a nivel interno son sensibles y que cualquier tipo de amenaza puede poner en riesgo nuestras operaciones. De esta forma, las empresas estarán dando pasos concretos para construir entornos protegidos y que nos permitan operar con absoluta confianza, en cualquier momento y lugar.