"Estos centros tienen un rol vital para apoyar la continuidad del negocio como en el sector financiero entre otros, donde el manejo de datos es crítico y la soberanía de los datos es muy importante, al igual que la protección y seguridad que conlleva".

* Por Víctor Muscillo, head of Technology and Transformation en Oracle Chile

Hace un buen tiempo que se viene escuchando que las tecnologías de la información llegaron a involucrarse en todos los aspectos de nuestra vida, en especial con la aceleración de la transformación digital producto de la pandemia, pero también con los cambios vertiginosos en la sociedad y en la economía que no se detienen. Conceptos como el Machine Learning, Inteligencia Artificial, plataformas móviles, Internet de las Cosas (IoT) y el Cloud llegaron para quedarse. Su importancia como “tecnologías habilitadoras” permiten reaccionar más rápido a los cambios cada vez más frecuentes en la economía y en la sociedad debido a su impacto positivo en las personas.
 
De acuerdo con cifras entregadas por IDC, se espera que entre 2020 y 2024 la inversión en Cloud aumente 34,6% en Chile, seguida por IoT con 18,7% y Analytics (11,2%). En los últimos años, hemos visto este crecimiento concretado con la llegada de data centers y regiones de nube por parte de las grandes tecnológicas.

La llegada de nuevas regiones de nube entregan un mayor estándar de calidad de servicio de nivel mundial, ultra-baja latencia, opciones de recuperación ante desastres, manteniendo la soberanía de los datos dentro del país y brindando mayores capacidades de soporte de distintos tipos de cargas de trabajo entre diferentes proveedores de nube.

El concepto de Región OCI define el área geográfica donde se instalan los centros de datos. Siguiendo una metodología de máxima disponibilidad y eficiencia, una misma Región puede contener de uno a tres dominios de disponibilidad. Por su parte, el término dominio de disponibilidad se utiliza para definir físicamente el centro de datos. Se puede entender, por lo tanto, que una Región OCI puede contener de uno a tres data centers, debidamente aislados entre sí, pero interconectados por enlaces de muy alto rendimiento monitoreados en tiempo real a través del “Dashboard de Latencia Inter-Región”. Esto permite a sus clientes en Chile desplegar arquitecturas óptimas para sus cargas de trabajo distribuidas a través de distintas Regiones OCI y con diferentes dominios.

Estos centros tienen un rol vital para apoyar la continuidad del negocio como en el sector financiero entre otros, donde el manejo de datos es crítico y la soberanía de los datos es muy importante, al igual que la protección y seguridad que conlleva. En caso de ocurrir algún imprevisto, ya sea producto de desastres naturales o fallas de servicio, estas serán transparentes al servicio sin que afecten a los usuarios finales. También, se garantiza la continuidad de los servicios de la nube en Chile sin necesidad de que datos sensibles salgan del país, esto es que un cliente no tenga que alojar sus datos en una región de nube ubicada en otra nación.

El uso de múltiples regiones de nube como un elemento que rompe las barreras de acceso a la tecnología de vanguardia es un hito para empresas de todos los tamaños. De esta forma, todo tipo de organizaciones en Chile pueden desplegar cargas de trabajo de misión crítica con los mayores estándares de calidad e innovación tecnológica.

Las empresas deben implementar una visión con foco en ayudar a sus clientes a optimizar sus recursos informáticos, automáticamente en función de métricas en tiempo real, de modo que sus recursos sean precisamente los que consumen, y paguen solo por dichos recursos que consumen.
En definitiva, la nube de hoy en día es de alta disponibilidad y su compromiso de sostenibilidad con energías renovables se ha vuelto fundamental para reinventarse en momentos tan cambiantes y su alta resiliencia crucial para las necesidades de las organizaciones de hoy.