Internet de las cosas: tenemos las cosas, pero ¿tenemos Internet para todas ellas?

Por en Internet & Social

En América Latina hay amplias zonas cordilleranas, desérticas y selváticas que no cuentan con infraestructura de telecomunicaciones para que todo pueda hablar con todo.

El efecto más conocido de la Internet es el acceso de personas a la comunicación, a recursos inimaginables de información y servicios "en la nube", eso es algo que muchos vivimos diariamente. Pero uno de los corolarios importantes que esta revolución nos trae es la posiblidad de interconectar dispositivos desatendidos.

Es así como hoy tenemos containers que hablan con barcos, barcos que hablan con puertos, aviones que hablan con fabricantes de motores, camiones que hablan con aseguradoras, y así. Las aplicaciones son enormes en la optimización de procesos industriales, seguridad y comodidad: se pueden acortar tiempos, reducir costos e incrementar producción por doquier entre las máquinas, tal como ha venido sucediendo entre las personas.

El 2015 será un año clave en la Internet de las Cosas (IoT) por varias razones:
    •    Traerá proliferación de sensores inteligentes, consolidación e industrialización de plataformas como Raspberry Pi con su nueva versión 2, Bluetooth 4.0 Low Energy, mejores FPGAs y SoCs (Sistema en un chip) que combinan CPU y FPGA.
    
    •    En relacion tanto a la generación como el análisis, compañías de todo nivel están entendiendo el valor del software de código abierto, abaratando costos y aumentando alcances de desarrollo.
    
    •    Y es más que solo un asunto de tecnología. La revolución del análisis de grandes volúmenes de datos o "big data" requiere que los datos vengan de alguna parte. Según Citrix dicho mercado alcanzará US$ 2500 millones para el 2023.

En definitiva, habrá crecimiento general en el sector y no solo en lo cuantitativo, sino también entre las mentes que mueven las industrias pertinentes. Quienes participemos en alguna medida de ese crecimiento seremos quienes desde ya invirtamos en el ecosistema de los datos, en su generación, transporte, análisis o uso, y el transporte es un eslabón clave:

¿Existe siempre la conectividad necesaria para que este potencial se lleve a cabo?

La respuesta es que no siempre. Por ejemplo en América Latina hay amplias zonas cordilleranas, desérticas y selváticas que no cuentan con infraestructura de telecomunicaciones para que todo pueda hablar con todo. Incluso en las ciudades, los proveedores de servicios móviles masivos llevan sus plataformas al límite, asegurando una conectividad con un nivel de servicios apto para un usuario en su vida diaria, pero no para aplicaciones de misión crítica.

Ante la creciente consciencia en círculos productivos sobre el valor de la conectividad de los objetos, se vislubra un mercado gigantesco. Por lo mismo, no es sorprendente que en estos días se produzcan movimientos en la industria, como la adquisición en 2014 de la compañía canadiense Skywave por Orbcomm, especialista en soluciones M2M satelitales. Los jugadores están colocando sus piezas para ser quienes solucionen el segmento de la conectividad física y ser el medio que permita a la Internet de las Cosas pasar de la teoría a la práctica, de manera confiable y en todas partes.

La fusión de Orbcomm con Skywave le acerca más a Inmarsat, empresa con la cual ya venía colaborando, pero que además ahora se hará cargo de infraestructura satelital operada hasta ahora por Skywave.

Asimismo, empresas de comunicación satelital como Inmarsat están comenzando a entregar acceso a APIs (interfaces para programación de aplicaciones), facilitando a integradores como Globalsat Group la gestión de la comunicación entre sistemas que generan datos y sistemas que los analizan, aportando así el necesario eslabon para el flujo seguro y oportuno de dichos datos.

Justamente allí donde otros medios fallan o no están, la tecnología satelital puede asegurar que la comunicación se produzca, algo que cuando la vida o la propiedad están en juego no puede quedar a la suerte de servicios celulares terrestres con sus intermitencias y baches.

Especialmente en América Latina, donde hay amplias zonas con poco o nada de cobertura celular, la tecnología satelital permite hacer de la Internet de las Cosas una realidad a nivel continental y global, no solamente a nivel de las ciudades y rutas que ya cuentan con comunicación basada en Tierra.

Comentarios

Error | tecno.americaeconomia.com

Error

El sitio web encontró un error inesperado. Vuelva a intentarlo más tarde.