Del mito a la realidad: ¿cuál es el potencial de la inteligencia artificial en Perú?

Por en Innovación & Ciencia

"Los casos muestran que es posible desterrar prejuicios y plantear concepciones concretas sobre su utilidad y funcionamiento. Es decir, entender que la IA es –ni más ni menos- lo que permite que un sistema tecnológico procese datos para actuar con un fin determinado".

*Por Kefreen Batista - Director Business Hacking Studio de Globant.

En una región en donde la industria tecnológica crecerá un 7,7% en dólares durante este año, y en un mundo que tendrá el 65% del PBI digitalizado, la inteligencia artificial es una de las tendencias a tener en cuenta. En Perú, la reciente inauguración del Centro Nacional de Innovación Digital y de Inteligencia Artificial, es un indicio de que el tema comienza a cobrar más relevancia.

Sin embargo, más allá de la popularidad y la presencia en las conversaciones que consigue en diferentes ámbitos hay algunos prejuicios que no permiten comprender su real dimensión.

La principal percepción instalada tiene que ver con una supuesta dicotomía entre la herramienta y el ser humano. Hay quienes creen que la IA (inteligencia artificial) permite a hologramas o robots razonar de forma superior al humano, desde un conceptual que viene directo de la ciencia ficción. Los optimistas sostienen que ya no habrá errores en los procesos y que esto simplificará por completo la vida. Por el contrario, los pesimistas aseguran que la proliferación de esta reemplazará al individuo, y dejará sin trabajo a gran parte de la población mundial. Mucho se dice y poco se prueba.
 
La realidad muestra que el objetivo de las empresas de tecnología es que la IA potencie a las personas, liberándolas de carga, tanto en sus actividades profesionales como en su vida diaria. No hay reemplazo, como muestra el caso de Amazon. Según Fox Business, a pesar de los más de 200.000 robots que actualmente trabajan en los almacenes minoristas de la firma desde 2019, su tasa de contratación de empleados aumentó un 23% entre 2019 y 2020, y sigue subiendo.
 
En términos de solución de problemas, en Perú ya hay bancos de primera línea que utilizan algoritmos que detectan los fraudes que pueden sufrir los usuarios. La dinámica es simple; en el caso hipotético de que ingresen en un horario que el usuario real no suele hacerlo, la misma aplicación le hace preguntas para corroborar la identidad de la persona. Si tenemos en cuenta que Perú es uno de los países donde más ciberataques se producen en el mundo -según Fortinet en 2020 se registraron más de 2, 6 billones- esto es trascendental.
 
Hay otras tendencias que invitan a pensar que el país tiene un potencial real para el desarrollo de estos sistemas, incluso si lo comparamos con otros de la región.
 
El talento TI, por ejemplo. En un mundo que demanda cada vez más profesionales con este expertise,  Perú es una usina donde grandes jugadores de la industria de la tecnología se focalizan. Facebook y Google apuntan muchas de sus búsquedas en la zona de Arequipa, entendiendo que allí hay una estructura académica importante para potenciar a la fuerza laboral del futuro. Globant, por su parte, tiene una operación de 1000 personas en el país, y en el primer trimestre de 2021 ya incorporó a 100 nuevos empleados. 
 
Además, a nivel regional, Perú es líder en una de las tecnologías de inteligencia artificial aplicada, como los drones. En ese sentido, es el primer país de Latinoamérica que tuvo academias para la formación de pilotos. Actualmente la industria minera, que representa el 14% del PBI del país y alrededor del 60% de las exportaciones, se comienza a valer de este tipo de dispositivos para la inspección permanente de las instalaciones, realizar mapeos y evitar daños y posibles contingencias en zonas peligrosas, con la IA jugando un rol clave. Esto repercute en los réditos económicos y en la salud de los empleados. 
 
Los casos muestran que es posible desterrar prejuicios y plantear concepciones concretas sobre su utilidad y funcionamiento. Es decir, entender que la IA es –ni más ni menos- lo que permite que un sistema tecnológico procese datos para actuar con un fin determinado.
 
Esta metodología no merece ser demonizada ni endiosada hasta límites incrédulos. Una mirada prudente es comprender que será una de las claves de la nueva economía, y que Perú tiene la oportunidad de desarrollarla de tal manera que puede hacer más eficientes determinadas industrias. 

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