Los atacantes se han sofisticado y cada vez más buscan objetivos precisos y que ofrezcan una recompensa económica elevada. La superficie de ataque se ha ampliado y todos somos potenciales víctimas.
Perder dinero por un ciberataque, ya es una mala noticia; pero la situación se vuelve mucho más preocupante si nos damos cuenta de que ese puede ser sólo el inicio de un desastre comercial mayor.
Entre los datos comprometidos de la israelita Cellebrite se incluye información sobre clientes, bases de datos y detalles sobre los productos tecnológicos que desarrolla la compañía.
Se trató de un incidente en un aparato del 2014, de los últimos que hacían uso de Google TV. La infección se pudo haber producido por la descarga de una aplicación para ver películas.
IBM publicó los resultados de una encuesta que analizó a 600 ejecutivos de negocios estadounidenses y su exposición al temido ransomware. Conozca los resultados.
En 2016, el ransomware continuó su paso violento por el mundo, haciéndose más complejo y diverso, aumentando su dominio sobre datos y dispositivos de individuos y negocios.
En el último tiempo, reguladores financieros de todo el mundo han exhortado a los bancos a reforzar la seguridad informática ante una ola de golpes contra instituciones financieras en todo el mundo.
Los avances tecnológicos apuntan cada vez más a la incorporación de esta en nuestros organismos, constituyéndonos en nuevos elementos hackeables. ¿Llegó la hora de tener que instalarnos antivirus a nosotros mismos?
De acuerdo con las denuncias presentadas, se estima que el dinero defraudado por esta red ronda los 6 millones de euros en 1.336 actos delictivos, aunque los daños reales serán mucho mayores.