El gerente de Consultoría de Red Hat para Chile y Perú analiza los principales aspectos que están impactando en los negocios a la hora de incorporar tecnología. Todo esto en un contexto donde la entrega de valor es fundamental para posicionarse como socios estratégicos e impulsar a las empresas de nuestra región.
Por Héctor Cancino S. En pleno noviembre de 2020 se desataba una nueva crisis política en Perú, esta vez marcada por la destitución del presidente Martín Vizcarra por “incapacidad moral''. Un año antes, Chile vivía un inédito estallido social que movilizó a millones de personas en las calles protestando por mejores condiciones de vida, proceso que ha derivado en un cambio constitucional con elecciones y discusiones que han elevado la incertidumbre en el país.
Y, por supuesto, la crisis derivada de la pandemia del COVID-19, con sus múltiples aristas, trastocó aún más el escenario en ambos países, consolidando una tormenta perfecta para la prosperidad económica y la operación de las empresas y sus negocios.
Esta ha sido parte de la responsabilidad con la que ha debido lidiar en los últimos meses Daniel Romero, gerente de Consultoría de Red Hat para Chile y Perú. Todo esto con un agregado especial: la concreción de la integración de Red Hat a IBM, el gigante tecnológico que la adquirió por cerca de US$ 34.000 millones entre 2018 y 2019.
Romero reconoce el impacto de la crisis pandémica, con las dificultades propias de la situación y las organizaciones poniendo en espera los proyectos para evaluar y reenfocar sus inversiones. Sin embargo, revela que para Red Hat, al igual que para múltiples empresas tecnológicas, esto ha significado un crecimiento muy potente, dadas las necesidades de transformación digital de las organizaciones.
En el caso particular de su compañía, el ejecutivo venezolano valora que “estaba muy bien posicionada para efectos de cubrir esa demanda”, pues han ganado terreno en aplicar sus soluciones en múltiples entornos productivos e infraestructuras: on premise, en la nube, híbrido o con las múltiples sociedades con otras grandes tecnológicas y sus propios partners y canales.
De hecho, de acuerdo a un análisis de la reputada consultora Gartner, esta estrategia de “nube híbrida abierta” de Red Hat y sus tecnologías de desarrollo nativas de la nube brindan una experiencia de nube flexible que se puede usar en todas las ubicaciones para lograr mayor velocidad, estabilidad y escala. En ese sentido, el informe recomienda a los líderes de negocio considerar estas capacidades, independientemente del nivel de madurez de las empresas.
Este concepto, con un modelo de suscripción distinto al licenciamiento tradicional, que no representa grandes inversiones económicas de los clientes, es el pilar en el que Daniel Romero sostiene sus perspectivas favorables para Perú y Chile.
Atendiendo las dificultades de estos mercados, así como de otros en la región: recesiones económicas o temas políticos, Romero reconoce: “No es que no pase nada. Efectivamente las empresas van a poner en pausa las cosas, van a mirar con más calma lo que está ocurriendo en su entorno y decidirán cómo invierten y en qué no”.
“Creo que es la naturaleza propia de nuestros países: tener momentos difíciles como los que estamos viviendo. Igual, somos muy positivos. Creo que tenemos muy buenos prospectos hacia delante y que ambos países tienen mucho potencial y capital humano para salir adelante. Vamos a seguir creciendo sí o sí, como lo vienen mostrando los resultados del segundo trimestre de IBM y Red Hat”, agrega.
El más reciente reporte trimestral de IBM reveló, por ejemplo, que los ingresos totales de la nube durante los últimos 12 meses, hasta finales de junio, ascendieron a US$ 27.000 millones a nivel global, lo que supuso un aumento del 15%. Y este año, aunque el crecimiento de los ingresos totales de IBM para el primer semestre fue modesto (2% interanual), totalizando US$ 36.500 millones, Red Hat registró un aumento del 20% para sus ingresos en el segundo trimestre.
En esa línea, Daniel Romero celebra que durante este tiempo se hayan cumplido las expectativas y las definiciones de IBM respecto a Red Hat, que es mantenerla como una empresa independiente, teniendo a IBM como un socio de negocio más que como un dueño. “Esto significa que cuando nosotros abordamos una necesidad o una oportunidad en el mercado, imaginémonos un cliente de banca o financiero, somos completamente autónomos colaborando de cara a ese negocio, en conjunto con IBM o no”.
De allí que la compañía icónica del software libre pueda mantener activas y en expansión las redes con sus partners y “no privilegian a IBM por sobre ellos”. “Lo otro que se ha mantenido en todo este tiempo es cómo operamos. La independencia, no solo está en el contexto de cómo abordar una oportunidad de negocio en el mercado, sino que también está relacionada con cómo seguimos trabajando internamente”, señala Romero.
TECNOLOGÍA, PERO EN EL CORE DEL NEGOCIO
Profundizando en la penetración de la tecnología y las herramientas digitales en las empresas, Daniel Romero enfatiza: “En lo que coincidimos todos los proveedores de tecnología en general es en que la transformación del modelo de entrega de valor al negocio es una realidad sí o sí, da lo mismo si es Red Hat el player principal o no”.
En ese sentido, el consultor explica que para poder hacer esa transformación, la agilidad, la aceleración y la producción de servicios de valor agregado son mandatorias. “El propósito es que las organizaciones, efectivamente, se vuelvan competitivas y logren hacer esa transformación y generar cambios internos; no solamente con tecnología, sino que con la forma de operar y de trabajar, produzcan ese valor agregado que su negocio necesita”.
"Hay mucha heterogeneidad en el mercado respecto del nivel de madurez de las organizaciones", sostiene Daniel Romero.
Por eso, Romero retoma la idea de aprovechar la oferta de productos y servicios, entendiendo hacia dónde los clientes quieren apuntar su negocio: “Para nosotros no tiene ningún sentido que un cliente adquiera tecnología y no resuelva sus problemas concretos de negocio”.
Resolver temáticas particulares, escalar o ser capaces de producir nuevos servicios hacia sus clientes finales son algunos de los objetivos concretos que deben tener las organizaciones a la hora de lidiar con los proveedores tecnológicos.
Pero, pese a estas perspectivas y al boom que han tenido las inversiones o adquisiciones de herramientas digitales en los últimos años, Romero revela que aún queda mucho margen para crecer. “Yo creo que la penetración de la nube todavía sigue siendo baja, porque una cosa es que yo consuma nube como un servicio de infraestructura y empiece a hacer algunas pruebas y otra cosa es que eso sea el core de mi negocio, es decir, que los X porcentajes -por encima del 50%- de mis cargas productivas de trabajo, estén en la nube. Eso todavía es un proceso que le falta a Latinoamérica y está en vías de, pero falta”.
CUÁNDO ARRIESGAR Y CUÁL ES EL PERFIL DE LOS CLIENTES
¿Qué puede motivar a las empresas a dar el salto en este sentido y alcanzar cierta madurez de tecnología aplicada al negocio? Para Daniel Romero, “las organizaciones se ven llamados a hacer cambios radicales cuando está en riesgo el status quo y su posición de ventaja, porque pueden ser irrumpidos por otros vendors y otros proveedores de la misma industria donde están parados. Entonces, muchas organizaciones acostumbran a reaccionar”.
Para dar el salto, entonces, el ejecutivo menciona que en la medida en que las organizaciones empiecen a experimentar algunos procesos, los temores al riesgo van a ir desapareciendo y de esa forma agarrarán fuerza. Y, en esa nueva dinámica, los impulsores internos se irán animando para abordar proyectos más grandes. “Nuestra labor es ayudar desde nuestra expertise a que los clientes vayan entendiendo cómo abordar una transformación y nos acompañamos de otros socios de negocio para que este proceso, después con el tiempo, sea de mayor envergadura”, explica.
Citando nuevamente al análisis de Gartner, la aceleración de las iniciativas de transformación digital ha encontrado este éxito en clientes de la industria de telecomunicaciones. Según la publicación, empresas como Verizon, Turkcell y Sprint están utilizando el ecosistema de Red Hat para modernizar su infraestructura central y sus aplicaciones, al mismo tiempo que permiten innovaciones disruptivas, como el rediseño de servicios 5G a gran escala en torno a funciones virtualizadas.
Y es precisamente esta industria, la de las telcos, junto con la banca y la financiera, las que el jefe consultor de Red Hat identifica como las más maduras o exigentes, pues demandan estar a la vanguardia y tener capacidad de competencia en sectores muy férreos donde incluso se traspasan fronteras. Por ejemplo, con telcos que en Centroamérica han visto oportunidades de ofrecer modelos de medio de pago, dando pasos hacia la bancarización.
Aunque estos dos sectores son tradicionalmente los más avanzados, Romero revela que, en el caso de Chile, han visto aparecer en el último tiempo clientes del mundo energético e industrial, que están decidiendo hacer una modernización de sus tecnologías para resolver problemas concretos.
El gerente de Consultoría de Red Hat para Chile y Perú explica que, con base en su experiencia y conocimiento del mercado, podría identificar a tres tipos de clientes. Los “muy avanzados”, que entienden que no es solo tecnología lo que se requiere para hacer cambios en la organización; los “medianamente avanzados”, que están demandando calidad del punto de vista tecnológico y que entienden hasta dónde puedes sacarle provecho a la tecnología; y otro grupo de clientes que todavía están en un proceso de aprendizaje y de entendimiento de cómo tecnologías como la nube, contenedores, microservicios y aplicaciones nativas pueden resolver sus problemas.
“Si yo tuviera que poner un porcentaje entre esos tipos de clientes, probablemente debe ser algo así como 20%, 30% y 50%, desde los más maduros, los que le siguen y después un grupo importante de cuentas, que probablemente tienen un proceso de aprendizaje y evolución constante”, concluye.
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