Andrés Meirovich, de ACVC: “Argentina, Brasil y México van a 150 y nosotros (Chile) a 80, sintiéndonos cómodos, pensando que somos los líderes”

El presidente de la Asociación Chilena de Venture Capital critica a la clase política chilena sin planes a largo plazo para la industria de emprendimiento, a los grandes inversores que estorban el desarrollo de las empresas innovadores, como también a los propios fundadores complacientes del país.

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Durante agosto se realizó el primer evento de coinversión de América Latina liderada por la Asociación Chilena de Venture Capital (ACVC) y la Asociación Argentina de Capital Privado (ARCAP), en el que reunió a 12 startups y 25 fondos de capital emprendedor de distintos países de la región. El objetivo del evento es impulsar grupos de inversión y escalar el negocio de los emprendimientos, pero también es el paso inicial para crear una industria de emprendimiento, en el que realmente participen los privados y no solo se base en apoyos gubernamentales.

“Salvo Brasil que es un mercado en sí mismo, el resto de la industria de emprendimiento latinoamericana es todavía verde”, dice el presidente de la ACVC, Andrés Meirovich a AméricaEconomía. “Si bien hemos visto que en los últimos años la inversión fue doblando, las cifras están sesgadas por los grandes deals. Por ejemplo, la inversión de Softbank en Rappi explica más o menos el 50% de las inversiones de Latinoamérica y hay otros fondos grandes que se llevan la mayoría de la porción de la torta”, agrega.

Meirovich no es tímido en criticar y demostrar con evidencias al momento de explorar las razones de por qué en Chile y en la región todavía no existe una industria de emprendimiento desarrollada. Ningún actor se escapa de su vista: los grandes privados que no tienen incentivos en invertir en startups innovadores, los propios fundadores que se han acostumbrado a la comodidad financiera chilena y, finalmente, el gobierno nacional que no es capaz a mirar a largo plazo.

- ¿Por qué llegaron a formar la alianza con la ARCAP?

- Viendo el vaso medio lleno hemos evolucionado durante los últimos 5 años, pero todavía nos falta mucho más. Y la razón principal es porque estamos muy disgregados. Cada mercado, Argentina, Brasil, Colombia o Chile, por sí mismo no es tan interesante en comparación a toda la región.

Entonces, dijimos que debemos juntar fuerzas porque necesitamos mostrar al mundo que aquí existe una industria, sumar a los distintos países a las mejores prácticas y buscar algún tipo de dealflows juntos. También buscamos cambiar la expresión "ecosistema de emprendimiento" a "industria de emprendimiento". ¿Por qué? Porque la industria es la que genera transacciones.

El gran desafío de la región es que por un lado se crean muchos startups pero cuesta que escalen y los principales motivos son las redes de contacto y la plata. Piensa que en Latinoamérica no hay más que dos o tres fondos series B o en etapas más grandes. No hay una industria o maquinaria para que empresas buenas puedan ser financiadas por los fondos locales en cada uno de los países.

- ¿Cómo llegamos a esta industria de innovación?

- Según el informe anual de LAVCA, Chile hace muchos deals, pero todavía tiene un peso muy bajo en inversión. Los grandes son Brasil, que tiene una industria interna muy fuerte, y México, que ha acelerado en los últimos años básicamente por la entrada de Afores (Administradoras de Fondos para el Retiro) que desde 2018 pudieron comenzar a invertir en ETFs, fondos mutuos y venture capitals. Con grandes fondos creas montos mayores y así inviertes en tickets aun más grandes. Por ejemplo, COPEC lanzó su fondo de CVC hace tres meses y ya invirtió US$ 35 millones en tres empresas, que es un más de 50% que lo que se invirtió em todo el país durante 2019. 

Las etapas iniciales, como la seed o pre-seed, están muy bien subsidiadas por las agencias de gobierno en toda la región, como también el mismo Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Entonces nuestro desafío es salir de esta dependencia de las agencias gubernamentales e ir hacia una industria totalmente privada. Si bien en todo el mundo el Estado está como apoyo, lo que pasa mucho en nuestros países es que se convierte en el sustento de la industria y eso es inaceptable. Cuando uno depende mucho del Estado significa que algo falta.

Lo que hemos visto es que en Chile falta una normativa que incentive la inversión en VC. Contamos con fondos de pensiones que hoy ponen cero pesos en VC, family offices que recién están entrando al juego y los Corporate Venture Capitals (CVC) de grandes compañías todavía están en un estadio inicial y son de filiales de empresas transnacionales. 

Y en Latinoamérica la discusión siempre es la misma: ¿es cultural? Sí, pero también el tema son los incentivos. Hoy en Chile inviertes en acciones en la bolsa, compras a 10 y vendes a 20, no pagas impuestos por esos 10. Pero si inviertes en startup, si compras a 10 y ganas 20, debes pagar un 35% por esa ganancia. Entonces, es muy difícil convencer a un inversor.

Tenemos que actualizar estas normas hechas hace 15 o 20 años para facilitar la inversión en VC, pero es un tema país en decidir cómo queremos fomentar Chile y es cómo ponemos el foco en que Chile o Latam crezca en esta vía. Hay que desarrollar el mercado de capitales para invertir en startups, ya sea en etapas más jóvenes como en etapas más adelante.

- Me mencionaste la dependencia del ecosistema en el gobierno. Hay mucho apoyo a los emprendimientos jóvenes, pero por lo menos en Chile no veo mucho despegue de estos startups y los  startups extranjeros en Startup-Chile no quedan acá.

- Las cifras son fuertes. En Chile, los startups que pasan de semilla a Serie A es el 9%, mientras que en Estados Unidos es el 60%. La realidad es que si creas tu startup en Chile, no tienes una opción real para escalar. Aquí pueden haber varias fallas de varios tipos, de los mismos founders, pero también porque hay un mercado financiero que no está desarrollándose.

"Si bien en todo el mundo el Estado está como apoyo, lo que pasa mucho en nuestros países es que se convierte en el sustento de la industria y eso es inaceptable"

- También se habla de este vicio de que si el Estado invierte en tu fondo, crea ciertos requisitos que son casi incumplibles.

- Uno de los requisitos más difíciles de seguir o más alejadas de la realidad es que te piden que haya un impacto grande donde esté la agencia. Esto no pasa solo con Corfo (Corporación de Fomento de la Producción del Gobierno de Chile), sino también en los otros países. Esto hay que modificarlo, porque un startup es lo opuesto a una Pyme. Tú quieres que una Pyme se desarrolle y genere empleo en Chile, pero en el caso de un startup, ojalá que nazca en Chile, pague impuestos y se vaya lo más rápido del país, porque Chile no es y no va a ser nunca un mercado por sí mismo. 

Por eso, nuevamente, uno no puede sustentar una industria solamente con los "Corfos". Tenemos que pensar cómo alinear la política pública y los incentivos de estas agencias de desarrollo con los objetivos de los VC. Estas instituciones de desarrollos funcionan muy bien para crear una industria, pero ahora necesitamos pasar a la siguiente fase en el que los privados inviertan en innovación.

Pero el tema en Chile, y en Latinoamérica en general, en la política pública siempre hay una desidia de lo importante frente a lo urgente. Ni podemos imaginar qué pasará en Latinoamérica de aquí a 20 años, ya que estamos todos los días apagando incendios con senadores presos, presidentes presos, escándalos de corrupción y más. 

Tenemos que ponernos de acuerdo, mirar de aquí a 20 años y cambiar ciertas cosas que son obvias y fáciles de hacer. Por ejemplo, por ley, los fondos chilenos no pueden hacer marketing fuera de Chile. Mira la contradicción: ¿tú pretendes que entre plata de afuera pero no puedes anunciar fuera del país? Esas cosas absurdas y tontas son cosas que son fáciles de cambiar porque nadie se puede oponer a eso. 

- Como ejemplo de nuevas normas, ¿cómo evalúas la iniciativa del gobierno en el desarrollo de la Ley Fintech?

- Hoy día nos falta mucho. Otra norma tonta: en el mundo Fintech, los grandes inversionistas son los bancos, pero en Chile los bancos no pueden invertir en Fintech, sino solo a empresas de giro bancario. Mira lo absurdo. Y la Ley Fintech, que supuestamente está en la cámara, busca resolver este y varios otros temas. 

Israel, por ejemplo, está a años luz de Chile, firmando una ley de open banking que va a permitir a todos los bancos poner una API abierta para que los Fintech tengan acceso a toda la información, con todos los resguardos. Todos admiramos a los hubs como Israel, Boston, Silicon Valley y Berlín, pero los admiramos porque están haciendo cosas que cambian el statu quo, mientras nosotros estamos parados.

Otra discusión es que falta competencia. Las empresas establecidas tratan de frenar este mercado porque no les conviene. Hacer una Ley de Fintech es muy obvio, porque está saliendo en todos los países, sus servicios bajan los precios y aumentan los accesos para las personas. ¿Quién podía estar en contra de eso? Los que tienen un monopolio. Debemos crear también normas pro competencia.

- Creo que eso se ha manifestado claramente durante la pandemia, ya que se demostró que las empresas no habían renovado sus plataformas de atención al cliente o tienen un caos en su supply chain, y no parece que vayan a cambiar rápidamente.

- Por eso digo que el gran desafío de Latinoamérica es cómo crear competencia. Fíjate en el caso de los Pymes. Mientras que en los países más desarrollados las Pymes representan al menos el 50%, mientras que en Chile pesan solo el 15% y su acceso promedio al crédito es de UF + 24% anual, lo que es imposible. Lo que el Covid-19 ha hecho en Chile fue mostrarnos la fragilidad de nuestro sistema. Con tan solo dos meses de crisis, las Pymes quebraron y todo se cayó.

El modelo de financiamiento de Chile es más sofisticado que el resto de Latinoamérica, pero sigue siendo una especie de control. Las minutas internas de los grandes grupos empresarios, que también son dueños de los bancos, dicen que no financian a nuevos entrantes e industrias porque van a dañar a las empresas que ya están en ese mercado. Además, el mercado de crédito bancario en Chile actual es mayor que el mercado financiero, mientras que en Estados Unidos las empresas se financian más en el mercado financiero.

Entonces, si no hay un Fintech que te puede bajar el costo en un 50%, un mercado financiero de bonos, VCs, de fondos de capital privado y entidades que no sean solo deudores, sino inversores, vamos a seguir así. Al final, estos modelos de inversión son vehículos para financiar startups y desarrollar la economía y esto no es un tema que la ACVC pueda solucionar solo, sino que necesitamos visión país.

CALIDAD DE LOS FUNDADORES

- En el tema de los founders, se critica que en Latinoamérica las soluciones que los emprendimientos desarrollan es un copycat de lo que se desarrolla afuera.

- Yo no veo que esa sea la respuesta de por qué no despegamos. La lógica en todo el mundo es que primero se desarrolla el polo financiero ya que la política pública la incentiva, luego se fueron desarrollando los fondos que se pueden dedicar a los copycats, a la innovación pura, a traer startups de la costa Este u Oeste a Latinoamérica, los fondos de impacto, etc.

Es decir, cuando tienes una industria financiera, finalmente hay espacio para todos. Y el tema en Latinoamérica es, por razones obvias, su estado político. Tenemos muchas dificultades y también tenemos una clase política que no le ha tomado el peso a innovar en general. Quizás le gusta el peso público de dependencia. Te diría que Corfo es una buena excepción, porque Corfo también quiere que la gente no dependa de ellos y ser el sostén de Chile.

Si te fijas, en Latinoamérica solo hay dos fondos sobre US$ 80 millones, que son Kaszec Ventures de Argentina y Monashees de Brasil, mientras que cualquier fondo Silicon Valley es sobre US$ 100 millones. Tú sabes que, en general, el socio colectivo se gestionan con las tarifas administrativas que cobran al fondo, lo que crea un círculo vicioso: tú como fondo tienes un equipo chico y el smart money que puedes ofrecer también es bajo, entonces como startup tampoco tienes manga para jugar ni mucha plata para hacer un soft landing en grandes mercados. Por ejemplo, Sequoia ayuda a la selección del capital humano de sus startups. Eso es impensado en un fondo de US$ 25 millones, que solo tiene un socio director, un ingeniero y secretario. Entonces, el tamaño es muy importante y eso cuesta que la gente lo entienda. 

- ¿Crees que Chile puede aprender de Argentina respecto a su desarrollo de la industria de emprendimientos ya que tiene muchos startups exitosos?

- Sí, mucho. Pero más que por el lado de normas o leyes, hay mucho que aprender de la calidad de los fundadores de startups.

Por ejemplo, todos los colombianos o argentinos quieren quedarse afuera luego de hacer un MBA en otro país, mientras que, en general, los chilenos quieren volver. Básicamente es porque el PIB de ciertos sectores de Chile es mayor que el de Suiza y están super cómodos. Luigi Zingales, el economista de la Universidad de Chicago, dijo que Chile funciona como un country club porque todos van a los mismos cuatro o cinco colegios, a la facultad de ingeniería en la Universidad Católica y no hay más diversidad, mientras que nuestros vecinos no tienen ese club o ese club no es tan bueno.

Entonces, muchas veces el hambre de los fundadores argentinos, colombianos y peruanos es mucho mayor que el nuestro y es porque estamos cómodos y nos ganó el statu quo.

"La situación es grave, porque todas las ayudas y políticas creadas por el Estado son para volver a septiembre de 2019, justo antes de nuestra crisis del estallido social"

EL FUTURO DE LA INDUSTRIA CHILENA DE EMPRENDIMIENTO

- Chile cultivó la idea de que es un país estable, el jaguar de Latinoamérica, pero ¿crees que la industria chilena de emprendimiento se va a ver afectada luego del estallido social y la consecuente crisis económica por el manejo un poco desordenado de la pandemia?

- Sí. Siempre digo que Brasil, Argentina y México van a 150 y nosotros avanzamos a 80, sintiéndonos cómodos pensando que somos líderes, pero en VC no somos líderes.

Con la crisis de la Covid-19, si no hacemos cambios te diría que estamos fritos, porque la gran ventaja que Chile tenía era su estabilidad política y reglas claras. Si eso deja de ser una ventaja, no hay ninguna razón para estar o invertir en Chile. Un país debe crear sus ventajas comparativas y de largo plazo. Si Chile si no las desarrolla y encauza, básicamente desistes de tu ventaja comparativa. Y lo que estamos tratando de hacer es mover a la industria chilena y advertir que quedarnos en el statu quo es lo más peligroso. 

Mi gran temor ahora es que no haya ningún cambio disruptivo del rumbo en el que estábamos. Pero la situación es grave, porque todas las ayudas y políticas creadas por el Estado son para volver a septiembre de 2019, justo antes de nuestra crisis del estallido social. Por ejemplo, el incentivo de la depreciación acumulada para el balance es muy bueno porque no pagas impuestos, pero es solo un cambio contable y no algo que vaya a desarrollar más mi Pyme o mi startup. No me hace gritar “oh, ¡Chile se pasó!”.

A veces me altero porque parece que gente en nuestro gobierno no lee. Si los gobernantes leyeran el caso israelí o el de Silicon Valley, que se desarrolló una vez que en los 80 se cambió la norma para que los fondos de pensiones puedan invertir en VCs. No leen, no comprenden, no quieren o no les convienen. Mientras no haya un debate en el Congreso, podemos estar subiendo una columna todos los días a los diarios y no va a pasar nada.

- Mi próxima pregunta era ¿cuándo vamos a ver un exit o IPO?, pero parece que falta mucho para eso.

- A mi me da igual esta competencia de sacar el primer US$ 1 mil millón, porque el VC es un motor de desarrollo que tiene que ser rentable para los inversionistas. Si podemos sacar Cornershops o Notcos con valorizaciones de US$ 200, US$ 300 o US$ 500 millones de dólares, estamos listos y mejor que mostrarlo en la revista Forbes.

Lo que importa es que el negocio sea sustentable. Dinamarca no tiene ningún unicornio, pero tienes una calidad de vida envidiable. Entonces, qué importa sacar un unicornio si no tenemos un mercado financiero desarrollado en el que cualquier persona que tenga una buena idea pueda ser financiada. Eso no pasa hoy.

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