Casi todos los principales juegos lanzados por Nintendo para la Switch se han vendido muy bien. El mejor ejemplo es el Super Mario Odyssey, lanzado en octubre, con 9,07 millones de copias.
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Cromo -El Observador. El 3 de marzo la Nintendo Switch cumplió su primer año de vida. Sus números no pueden ser más espectaculares: contando hasta diciembre de 2017, lleva casi 15 millones de unidades vendidas y la compañía calcula que de mantener este ritmo se superará el récord logrado por la consola antecesora: nada menos que la Wii.
Casi todos los principales juegos lanzados por Nintendo para la Switch se han vendido muy bien: The Legend of Zelda Breath of the Wild, lanzado en marzo junto con la consola, ha pasado las 7 millones de unidades vendidas. Mario Kart 8 Deluxe, más de 7,33 millones. Splatoon 2, 4,91 millones. Y el mejor ejemplo es el Super Mario Odyssey, lanzado en octubre, con 9,07 millones de copias.
Si lo comparamos con los best sellers de la industria –Call of Duty, Grand Theft Auto o FIFA– puede no sonar demasiado espectacular, pero poniendo las cosas en justa perspectiva, esto es comparado con otro títulos exclusivos de la competencia, por lo que son muy buenas cifras. Horizon Zero Dawn, de los juegos más importantes de Sony el año pasado, ha alcanzado tras un año los 7,6 millones de copias vendidas y es uno de los pocos ejemplos que puede competir con las ventas de Nintendo.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que Nintendo tiene márgenes muy amplios tanto con cada venta de consola como con sus juegos. Incluso si se diera el hipotético caso de que Switch no funcionara tan bien, es poco probable que Nintendo perdiera dinero con ella. Y en cambio, se está dando exactamente el caso contrario: los beneficios netos de la compañía aumentaron un 31,3%, una ganancia de alrededor de US$ 737 millones, tan solo en el año pasado.
No son, a pesar de lo anterior, los números la mejor ventaja de la Nintendo Switch. De hecho, si se considera su potencial en bruto, es superada ampliamente por consolas "clásicas" como la PS4 o la Xbox One. Pero en lo que sale adelante frente sus competidores es en su potencial movilidad. La posibilidad de seguir jugando fuera de casa, en viaje o en movimiento es la puerta a un mundo de posibilidades que nunca antes se había visto de esta manera.
Juegos clásicos como Doom, Skyrim o Bayonetta pueden ahora jugarse en formato portátil y ni que hablar de ejemplos notables como FIFA 18, Minecraft o Rocket League; ya no es que se vuelvan a jugar títulos conocidos: es que se pueden jugar en un formato único.
Por supuesto, ha pasado solo un año y nada de lo detallado con anterioridad podría impedir un fracaso cuando en un futuro haya menos lanzamientos o que grandes juegos que están por venir, como Red Dead Redemption 2, eviten Switch porque no es tan potente como PS4, Xbox o una PC.
Pero Nintendo no pretende dormirse sobre sus laureles y ya ha anunciado mejoras. Mejoras en la accesibilidad y en el funcionamiento portátil. No en la forma de complementos físicos, sino inclusión de funciones en el apartado online. Así, no habrá hasta 2019 ningún modelo nuevo de Switch (aunque para ese momento prácticamente sí confirman la llegada de uno nuevo). Tatsumi Kimishima, presidente ejecutivo de Nintendo, afirmó a The Wall Street Journal, que la compañía busca con Switch un ciclo de vida más largo que cinco o seis años que es la vida promedio de una consola en el mercado antes de tener una actualización de hardware.
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