El satélite dado por "muerto" en 2005 que en realidad sigue vivo

Por en Satelital

El satélite fue lanzado el 25 de marzo de 2000 y perdió contacto de forma inesperada el 18 de diciembre de 2005. Después de un intento fracasado en 2007 de introducir un reinicio, declararon finalizada su misión.

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Un satélite que se había dado por "muerto" hace más de una década aún está vivo, informó la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA).

La identidad del satélite, recuperado el 20 de enero por un astrónomo aficionado, fue confirmada como el satélite IMAGE de la NASA, indicó la agencia espacial estadounidense en un comunicado.

"En la tarde del 30 de enero, el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, ubicado en Laurel, del estado de Maryland, recibió exitosamente los datos de telemetría del satélite", mencionó el comunicado al señalar que "la señal demostró que el número del artefacto espacial era el 166, el mismo número de identificación del satélite IMAGE".

Este satélite fue diseñado para fotografiar la magnetosfera de la Tierra y generar las primeras imágenes globales completas de las poblaciones de plasma en esta región.

El satélite fue lanzado el 25 de marzo de 2000 y perdió contacto de forma inesperada el 18 de diciembre de 2005. Después de un intento fracasado en 2007 de introducir un reinicio, declararon finalizada su misión.

Al inicio de este mes, el astrónomo aficionado Scott Tilley escribió en su blog personal que recibió una señal de un satélite etiquetado "2000-017A, 26113" que él sabía correspondía al satélite IMAGE.

La NASA afirmó que su equipo ha sido capaz de leer algunos datos básicos de las tareas domésticas del artefacto espacial, sugiriendo que al menos el principal sistema de control está en funcionamiento.

En los próximos días, los científicos e ingenieros del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA seguirán intentando analizar los datos del satélite para conocer más sobre sus condiciones.

Este proceso se tardará una o dos semanas porque necesitan tratar de adaptar los viejos programas y bases de datos de información a los sistemas modernos, agregó la NASA.

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