Los pasos de América Latina y el reto de las ciudades inteligentes

Por en Innovación

Los múltiples avances del ámbito tecnológico nos han acostumbrado a los entornos digitales. Pero, ¿podemos vivir esa experiencia a nivel ciudad? La competitividad y calidad de vida parecen estar en juego.

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Por Héctor Cancino, enviado especial a Buenos Aires. Todo el avance tecnológico al que nos hemos enfrentado en la última década, así como las innovaciones que se vienen desarrollando en trabajos de investigación,  pueden confluir a gran escala en las denominadas smart cities o ciudades inteligentes.

No obstante, los dispositivos, software, plataformas, sistemas y otros elementos de este tipo son solo parte de un ecosistema mucho mayor. “La tecnología no agota la discusión respecto a la ciudades inteligentes. Una ciudad inteligente es aquella que puede escuchar, tomar la información, aprender, usarla de manera correcta y tomar las decisiones más apropiadas para mejorarle la vida a la gente. De eso se trata, la tecnología está al servicio de este objetivo”, explica Felipe Miguel, Jefe de Gabinete de Ministros de Ciudad de Buenos Aires.

Asimismo, Pilar Conesa, ingeniera informática especialista en esta temática, profundiza la explicación de lo que es una ciudad inteligente, mencionando que se trata de un proceso de transformación de la gestión de la ciudad enfocado en mejorar la calidad de vida de las personas, integrándolas en el procedimiento. Para esto, agrega Conesa, se tiene en cuenta todos los ámbitos de la ciudad en “una visión en 360 grados de la misma que tiene como motores a la innovación y la colaboración entre todos los actores”.   

“Al final, el objetivo de una smart city es mejorar la calidad de vida de las personas gracias a la tecnología y la innovación; pero son un medio. No es más inteligente la ciudad con más sensores, sino aquella que ha mejorado su movilidad, su vivienda, el espacio público, es un conjunto de acciones”, aclara la ex CIO del Ayuntamiento de Barcelona.

Tanto Felipe Miguel como Pilar Conesa fueron partícipes del Smart City Expo Buenos Aires, evento que reunió a 7.000 personas en tres días de exposición (28-30 de septiembre), con más de 100 ponentes de distintos ámbitos de gobierno, empresas, y academia para aportar su visión sobre las ciudades inteligentes. AETecno viajó a la capital argentina para conocer qué tan cerca está Latinoamérica de este fenómeno y cuáles son los pasos por enfrentar de aquí en más.

ASÍ SE HACE UNA SMART CITY

Rachel Mushahwar, gerente general de ventas de Intel para las Americas, comenta que son muchos los elementos que hacen a una ciudad inteligente. SIn embargo, desde Intel, han visto ciertos pilares que la sostienen como los ciudadanos y los servicios que necesitan al día de hoy como de mañana y una infraestructura inteligente que involucra una virtuosa relación entre políticas e iniciativas que impulsen esta tendencia junto con financiamiento.

Y es en estos pilares donde aparecen ocho áreas de oportunidades que dan forma a la ciudad: transporte inteligente, energía y edificación inteligente, cuidado de la salud, medioambiente, servicios electrónicos del gobierno, seguridad pública, educación y  hogares inteligentes.

Pilar Conesa, curadora del Smart City Expo World Congress, que inició en Barcelona y desde allí ha sido exportado a otras ciudades como Puebla (México) y Bogotá incluso, refirió algunas de las tecnologías que pueden apoyar estas áreas. Entre ellas se encuentran algunas como la sensorización energética, por ejemplo, para el alumbrado público, lo cual reduce el consumo, ayuda al medioambiente y ahorra costos. También se aplica la movilidad pública, considerando la coordinación de todos los medios de transporte entre sí y con los controles de tránsito. Por otro lado, podemos ver también lo relacionado a la disponibilidad e interacción con información y servicios de la ciudad mediante internet, creando una mayor participación de la ciudadanía con la administración pública y así muchos ejemplos más que apunten a obtener beneficios sociales, económicos y medioambientales.

Según Felipe Miguel, “hay muchísimas tecnologías que pueden aportar en este sentido y eso es parte también de ser inteligente, depende de saber decidir qué implementar, pues varía en cada ciudad”. En esa línea, revela que al día de hoy en Buenos Aires, una de las mayores preocupaciones de la población tiene que ver con la seguridad, por eso vale la pena concentrar esfuerzos en temas que puedan dar una solución a tal demanda.

MODO BETA INTELIGENTE

Las tecnologías o soluciones que se implementen pueden variar de una ciudad a otra, dependiendo especialmente de las necesidades propias de la localidad y la cultura, pero lo que parece estar más que claro es la necesidad de evolucionar. Mushahwar de Intel, menciona: “Dado hacia dónde va la tecnología, todas las ciudades deben saltar a una transformación digital porque los consumidores los llevan, los consumidores esperan que compañías y gobiernos mantengan el ritmo y la habilidad de hacer lo que tú haces con tu teléfono. En el largo plazo, las ciudades que no adopten una estrategia digital van a quedar atrás”.

Algo similar opina el jefe de ministros de Buenos Aires, quien considera el giro hacia las ciudades inteligentes como absolutamente necesario puesto que hoy está la tecnología que permite simplificar muchísimas cosas que hace un tiempo no se podías hacer. “La gente sin duda valora muchísimo cada una de las innovaciones que se llevan adelante en la ciudad cuando les impactan en su vida. Si uno pretende hacer uso de la tecnología sin generar impacto, no la hace más inteligente”, añade.

Agustín Suárez, se desempeña como director general de gestión digital de la ciudad de Buenos Aires, unidad a cargo de plataformas aplicaciones y mapas interactivos dependiente del Ministerio de modernización, innovación y tecnología de Argentina. Desde esa posición juega un rol clave en la comunicación del ciudadano con la administración. Algo que les ha permitido optimizar su trabajo es el “tratar de digitalizar toda la experiencia que tiene el vecino”. Hicieron el mapa digital de Buenos Aires y con esa información lograron crear una de las aplicaciones más usadas del país (BA Cómo llego), con más de tres millones de descargas para resolver cómo ir de un punto a otro. “Creo que manejar la información es muy importante para las ciudades hoy, porque las ciudades generan informacion todo el tiempo y uno con eso puede tomar más y mejores decisiones”, apunta Suárez.

Un aspecto interesante de la experiencia de este equipo del gobierno de la ciudad es la manera de enfrentarse al problema a resolver. El directivo comenta: “Uno tiene que estar todo el tiempo poniendo en duda si la solución y el problema están resueltos. Cómo llego  tiene más de 30 versiones que han sido publicadas, porque todo el tiempo la vara del vecino se eleva. Si bien se implementan soluciones y uno va mejorando, se tiene que estar todo el tiempo en versión beta, las ciudades deben estarse preguntando qué mejor se puede hacer, qué algo, cómo mejorar los procesos que hoy hacen a las ciudades más o menos inteligentes”.

Considerando todo esto, no es raro que empecemos a ver con mayor frecuencia soluciones novedosas con impactos a gran escala en la ciudad. Según la ejecutiva de Intel, responsable por ventas de más de US$5.000 millones, “todos los gobiernos alrededor del mundo están buscando seguir el ritmo en que cambia la tecnología y el consumo de las personas y con eso, entendiendo cómo hacer sus ciudades más competitivas y sustentables”.

Para Pilar Conesa es fundamental, por tanto, que exista armonía entre los distintos involucrados: “Es muy importante en la ciudad inteligente trabajar conjuntamente entre gobierno, ciudadanía, empresas y la academia. Han de alinearse todas las fuerzas para trabajar en la misma dirección. Es una clave de éxito, pero difícil de conseguir. Es un gran reto acá, en Europa, en Asia y todas partes”. Sin embargo, cuando están presentes estas intenciones y se favorece la innovación, vale ser positivo.

Mushawarh advierte que en las primeras etapas el cambio puede empezar despacio, muchas veces es imperceptible, pero que en determinado momento, se acelera notablemente. Por eso, el rol de empresas como Intel es clave para facilitar los saltos disruptivos en tecnología. “Tenemos décadas y décadas de experiencia en desarrollar computación que mejora el rendimiento de cualquier cosa, por ejemplo la más reciente plataforma Purley. Entonces, cuando las cosas son inteligentes y están conectadas, implica que hay muchos datos y cómputos que tienen que suceder entre los semáforos inteligentes, el monitoreo ambiental de los edificios, el contacto en tiempo real con la policía o bomberos. Necesitas que el sistema sea confiable, seguro, súper rápido e Intel provee todo eso”.

EL CAMINO DE AMÉRICA LATINA

Ciertamente, nuestra región no está precisamente a la vanguardia del adelanto tecnológico. Sin embargo, es posible ver ejemplos loables hacia un entorno más inteligente.

La Smart City Expo resulta ser un medio que ayuda a visualizar cómo y dónde se están enfocando los esfuerzos y avances. Conesa, como curadora del evento que ha tenido presencia en los distintos continentes, visualiza a Latinoamérica con grandes retos de superpoblación, de vivienda informal, de congestión en la movilidad y de residuos, por nombrar algunos. SIn embargo, a su juicio, la región “está en una fase no solo exploratoria, sino que empezando a tomar mediadas y actuando, aunque falta camino para consolidar esas soluciones”.

Rachel Mushawarh ve algo similar al revelarnos que están “muy enfocados en trabajar con todos los países y gobiernos que busquen mejorar desde una perspectiva económica, social o medioambiental, aunque hay diferencias a lo largo de los países, pero nuestro trabajo es ayudarlos y conducirlos al cambio para que tengan ciudades inteligentes”.

Ahora bien, ¿quiénes están liderando este camino en América Latina? “Hay clarísimamente una ciudad que sobresale, que es Medellín (Colombia), por la transformación que ha realizado, pasando de ser la ciudad más peligrosa a la más innovadora del mundo”, sentencia Conesa. Y agrega: “Luego tenemos ciudades como Buenos Aires, Santiago de Chile, Ciudad de México y Puebla. Lima está un poco más retrasada, con algunas actuaciones en determinados barrios; en Brasil también hay experiencias importantes en Curitiba, en Rio de Janeiro y diría que hay una sensibilización y preocupación, y se han hecho pasos en distintas direcciones, pero quisiera insistir en la urgencia de tomar medidas porque los recursos son finitos”.

Fotografía principal: Intel

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