La empresa surcoreana no realizó un procedimiento vital en la industria de los smartphones, que podría haber evitado el desastroso paso de este dispositivo por el mercado.
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Cromo - El Observador. Para que una compañía pueda lanzar un teléfono al mercado debe permitir que la Asociación de la Industria de Telecomunicaciones Móviles (CTIA) revise la batería del dispositivo en alguno de sus 28 laboratorios. Pero al parecer, esta podría ser la razón del trágico final de las baterías del Samsung Galaxy Note 7.
Y es que, según The Wall Street Journal, la empresa surcoreana no siguió el procedimiento y certificó la batería por su propia cuenta. A pesar de que dicho acto no es ilegal (por ejemplo, Microsoft y Motorola tuvieron sus propios laboratorios durante mucho tiempo), no es algo normal.
Probablemente haya sido para no revelar detalles del producto pero ni siquiera Apple, su principal competidor, evita estos controles. Lo más trágico es que, si Samsung hubiera cedido el dispositivo a una revisación técnica, lo más probable es que no hubiera sido necesario que la empresa detuviera su fabricación.
¿Por qué? La prueba a la que se somete el equipo en los laboratorios de CTIA consiste en comprobar que las baterías no se recalienten, en especial mientras se hace una llamada (fue la situación más común entre que las baterías explotaron en los Note 7). De momento, Samsung no ha hecho ninguna declaración al respecto y continúa estudiando las causas de por qué se sobrecargaban las baterías.
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