El fundador de Microsoft presentó en enero Omniprocessor, un sistema capaz de potabilizar agua a un precio económico.
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Por Angela Bernardo. El pasado mes de enero, Bill Gates daba a conocer un proyecto que buscaba “transformar las heces” en agua potable. Su máquina, más conocida como Omniprocessor, era en realidad un sistema de potabilización de agua low-cost, ideado para que las regiones menos favorecidas tuvieran acceso a agua potable.
Más de 2.000 millones de personas emplean en el mundo letrinas que no son drenadas de manera adecuada. La contaminación de las aguas en los países pobres tiene dos consecuencias realmente graves: la escasez hídrica y la aparición de focos de enfermedades graves como el cólera o la disentería.
Por estos motivos, la presentación de Omniprocessor era sinónimo de esperanza para las regiones con menos recursos económicos. El objetivo de este sistema era limpiar las aguas residuales y así potabilizarlas a un coste realmente bajo. La máquina, construida por Janicki Bioenergy, era presentada por la Fundación Bill y Melinda Gates como “una forma de cambiar la vida de millones de personas”.
En el vídeo de presentación, Bill Gates bebía sin problemas un vaso de agua que horas antes contaba con heces y restos de aguas residuales. El uso de Omniprocessor permitía potabilizar el agua y valorizar lo que antes era considerado como un mero residuo. Además, el diseño de la máquina también permitía reaprovechar la energía que producía en forma de vapor, con el objetivo de lograr energía limpia para su funcionamiento.
A menudo, sin embargo, las buenas ideas se quedan en eso: meras ideas sobre el papel que no llegan a convertirse nunca en realidad. Para evitar que Omniprocessor cumpliera con esa vieja premisa, los ingenieros han realizado los primeros estudios de campo con la máquina en la ciudad senegalesa de Dakar. De este modo, el sistema fue instalado en la localidad para comprobar si era capaz de filtrar 14 toneladas de desperdicios y transformarlos en agua potable y electricidad.
Los primeros resultados fueron realmente positivos, según explicó Bill Gates. “Pero el mundo real añade multitud de variables”, apunta el filántropo. Por un lado, se debe trabajar con las autoridades nacionales y locales para promover su utilización y, por otro, deben encontrar al personal adecuado que supervise el trabajo y funcionamiento de Omniprocessor.
Actualmente, los ingenieros de Janicki Bioenergy están trabajando en la próxima versión de Omniprocessor, que será capaz de transformar todo tipo de residuos -no sólo heces humanas-. El objetivo no es otro que sanear las aguas residuales de las regiones más pobres, y así hacer que la ciudadanía no muera de sed o de enfermedades infecciosas. De conseguirlo, evitaríamos la muerte de más de 700.000 niños en todo el mundo.
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