El sistema Beidou pretende ser una alternativa a esta tecnología, de factura estadounidense, y se prevé que tenga una cobertura global para 2020.
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Por Pablo G. Bejerano. El sistema Global Positioning System (GPS) se encuentra ampliamente extendido en el ámbito civil. Solo hace falta echar mano a nuestros bolsillos para comprobarlo, pues los smartphones comerciales identifican su posición mediante GPS, aparte del uso de redes móviles y WiFi para mejorar la precisión. Sin embargo, este sistema no es el único existente. Rusia cuenta con el suyo propio, GLONASS, mientras que la Unión Europea está desarrollando Galileo y China sigue potenciando su propia iniciativa, Beidou.
El sistema de navegación GPS comenzó a fraguarse en los años 70 en Estados Unidos como un proyecto militar. No fue hasta los 90 cuando la tecnología estuvo lista para funcionar y con el paso del tiempo cada vez le han salido más aplicaciones de uso civil, como su empleo en los dispositivos móviles. Esto no quiere decir que GPS sea el único sistema de navegación presente en smartphones. Muchos de ellos también incluyen GLONASS y hay fabricantes que ya incorporan Beidou.
La razón para tener varios sistemas de navegación en un mismo smartphone es mejorar la precisión a la hora de determinar la ubicación. La cobertura de GLONASS del territorio ruso es probablemente superior a la que se puede acceder desde GPS, mientras que Beidou se ha centrado especialmente en la región Asia-Pacífico. Al menos hasta el momento, pues la intención de la plataforma china es alcanzar una cobertura global para el año 2020.
El lanzamiento de dos satélites –en total China ha colocado tres en lo que va de año para nutrir a Beidou– es un paso hacia la cobertura global. El país asiático ya tiene en órbita 19 satélites, contando con los dos últimos, y su tecnología se utiliza en estados como Laos, Pakistán o Tailandia.
Se prevé que los dos nuevos lanzamientos ayuden a probar un nuevo tipo de señalización a la hora de navegar y apoyen la conexión entre los diferentes satélites. También desplegarán nuevos servicios, sin perder de vista el objetivo para 2020: el alcance global.
La de China está siendo una carrera contrarreloj para hacerse con su propio sistema de navegación por satélite. El proyecto Beidou se anunció en 2012 y desde entonces ya hay casi una veintena de satélites dedicados orbitando alrededor de la Tierra. Iniciado en los 70, GLONASS sufrió un parón en su desarrollo, que no se vio completado hasta mediados de la década de los 2000. Mientras tanto, el proyecto Galileo, impulsado por la Unión Europea, lleva desplegándose desde 1999.
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