Conoce la destacada historia del ingeniero que fabrica manos 3D para niños en Colombia

Por en Innovación

Las prótesis del bogotano Cristian Silva son perfectamente funcionales y tienen un valor que oscila entre los US$100 y US$500, lo cual se puede transformar en una verdadera revolución.

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Como una iniciativa propia que pretende beneficiar a niños con discapacidad en sus miembros superiores, el ingeniero bogotano Cristian Silva junto a un equipo de voluntarios construye manos mecánicas utilizando tecnología de impresión en tres dimensiones.

Su trabajo que surgió como la tesis de pregrado en Ingeniería Mecatrónica de la Universidad Nacional de Colombia, ha beneficiado hasta a hora a una decena de niños que nacieron con alguna malformación en su brazos, proporcionándoles la posibilidad de tener un desarrollo normal en su cotidianidad y busca apoyo para poder ayudar a muchos más.

De acuerdo con informes del Ministerio de Salud de Colombia, cerca de un millón 100.000 personas, sufren algún tipo de discapacidad y las proyecciones indican que el 2,3% de la población tiene necesidades de rehabilitación de alguna de sus capacidades motrices.

Es el caso de Angie Tatiana López, una niña de diez años que habita en Chía, una población cercana a Bogotá y que nació con el síndrome de Moebius, una enfermedad neurológica congénita que afectó ambos miembros superiores.

Con la ayuda de las manos mecánicas de Cristian Silva, Angie Tatiana puede hoy realizar actividades como escribir, jugar a la pelota, comer con cubiertos y amarrarse los cordones de los zapatos.

En entrevista con Xinhua, Silva indicó que el sistema utilizado para la construcción de las manos mecánicas fue desarrollado con el respaldo de la red de innovadores E-Nable y explicó los beneficios de sus creaciones en los niños que hacen parte de su lista de pacientes.

"Aquí entran varios componentes, el componente psicológico, los niños se ven completos y su autoestima crece, lo hemos visto con los niños a los que se les ha adaptado la prótesis, también está la parte del poder manipular objetos, ellos ya pueden servirse por ellos mismos, tienen una autonomía en su diario vivir", dijo.

"No sólo es la parte de función sino también la parte cosmética. Estas prótesis cumplen básicamente tres funciones, son cosméticas, son funcionales y además rehabilitan los brazos, las articulaciones y los tejidos", agregó Silva recordando que el objetivo con que nació el proyecto consiste en la creación de soluciones biomecánicas de bajo presupuesto al que tengan acceso personas de todas las condiciones sociales.

Su primer prótesis la realizó para un efectivo de la fuerza pública que sufrió mutilación de una de sus manos por una mina antipersonal. De allí hasta hoy la labor de Silva se ha enfocado en pacientes menores de edad.

El ingeniero asegura que la labor de su fundación Give Me Five, recientemente creada, va más allá de la fabricación de las manos ya que de la mano con otras fundaciones se garantiza un seguimiento a la rehabilitación de sus pacientes.

"En este momento estamos trabajando con Cirec, una fundación reconocida a nivel nacional en el campo de la rehabilitación para personas que están en proceso de adaptación de las prótesis. La niña que vemos al fondo lleva dos meses en este proceso y la idea es que a partir de ese proceso que hace Cirec los niños estén completamente rehabilitados y adaptados a su nueva prótesis", precisó.

Asimismo, explicó que los materiales utilizados para el desarrollo de las prótesis consisten en polímeros de alta resistencia y flexibilidad como el ABS, material utilizado en el desarrollo de autopartes o el P.L.A que proviene de la fécula del maíz.

Para acceder a sus servicios, Silva ha desarrollado el sitio web, www.givemefive.com.co en el que padres de niños con malformaciones congénitas, desarticulaciones o amputaciones pueden contactarlo para empezar el proceso de diseño, implementación y adaptación de la prótesis.

Y son los padres quienes más agradecidos se muestran al encontrar una solución a un problema que la mayoría de veces no es atendido eficientemente por las entidades del Estado.

"Puede coger cosas muy minuciosas como un lapicero, como también cosas más grandes como un vaso de agua y el avance que hemos visto es que su autoestima ha subido porque ella antes me decía "Papi yo quiero tener mis manos", dijo a Xinhua, Widilberto López Garzón, padre de la niña beneficiada con las prótesis.

"A Dios gracias que se presentó esta oportunidad de que las esté utilizando hoy en día y que son muy fáciles de manejar, son muy livianas, ella no se cansa, las puede tener todo el día sin ningún problema", añadió.

Las prótesis de Silva tienen un valor que oscila entre los US$100 y los US$500, costo que es asumido en su totalidad por su fundación. Prótesis similares pero menos estéticas se encuentran en el mercado internacional por valores que rodean los US$2.000.

Hoy, 30 pacientes hacen parte de la lista que esperan una mano altruista, como la de Cristian Silva, quien a su vez espera una ayuda del Estado o de la empresa privada para poder beneficiar a otros niños con malformaciones congénitas y también a víctimas de minas antipersonas que han quedado mutiladas.

 

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