Soft Blockchain: los avances y aplicaciones más amables de la cadena de bloques

Aunque la tecnología ha estado relacionada directamente con el desarrollo de criptomonedas, hoy blockchain encuentra nuevas aplicaciones: desde aliado de los fabricantes de accesorios de lujo y el negocio del arte, hasta la transparencia de proyectos filantrópicos

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Imagine este dilema: es el último día de vacaciones y durante su visita al mall de la ciudad se siente profundamente atraído por la vitrina de una tienda. Ahí, destaca un producto para usted soñado, de lujo y a un precio realmente conveniente. Seamos sinceros: usted desea con fuerza lo que ve y siente la profunda convicción de que, si no lo compra en ese instante, no tendrá otra oportunidad así.

Pero también sabe que corre un gran riesgo. Hay una duda que lo carcome: aunque ese precio tan estimulante sea un anzuelo que usted quiere morder, en realidad no está seguro si ese producto es legítimo o, en otras palabras, una hermosa falsificación…

Algo así vivió Michele Casucci, fundador y director ejecutivo de Certilogo. En su regreso a casa, luego de un viaje de negocios a Jamaica, el empresario italiano se enfrentó a un dilema como consumidor, por la incapacidad de distinguir un producto auténtico de otro falso. Pero Casucci cedió a la tentación y compró un reloj de lujo en una tienda libre de impuestos. Un paso en falso, porque al llegar a su hogar seguía con dudas. Tanto así, que quiso verificar la legitimidad del producto. Solo en ese momento descubrió que era imposible tener una sencilla respuesta a la pregunta: ¿es genuino o falso?

Ese episodio fue la motivación para fundar Certilogo, en 2006, una compañía especialista en autenticación y que conecta a usuarios con más de 80 marcas de la moda y el lujo, en más de 180 países, en tiempo real, y aprovechando las bondades de la tecnología fundacional blockchain. Michele Casucci resume así el impacto de esta herramienta en su negocio: “Imagina un producto fabricado usando partes de múltiples proveedores, que luego se envía por una red de distribuidores a tiendas, sitios web, etc. Luego es comprado por consumidores, quizás con alguna garantía o un seguro. Bueno, blockchain permite que cada etapa de este proceso sea registrada en una base de datos de manera de que estas no puedan ser alteradas. Ese es el poder de blockchain”.

Michele Casucci, CEO & Founder Certilogo

Un aspecto interesante de esta aplicación es que se encuentra al alcance del usuario final, pues el bien o artículo en cuestión incorpora una etiqueta inteligente, NFC o código QR que puede ser escaneado con cualquier teléfono inteligente o computadora. Esa información se envía a la plataforma y, con la ayuda de Inteligencia Artificial (IA), se envía una respuesta en tiempo real al consumidor. Si el producto es falso o una imitación, se emite un informe de falsedad que puede ayudar a los consumidores a obtener reembolsos de sus compañías de tarjetas de crédito.

Para Casucci, blockchain es una de las tecnologías más emocionantes de esta era, ya que detalla a los consumidores de dónde viene un producto, quién lo fabricó, de qué está hecho y si es auténtico o no. “En otras palabras, la identidad digital de un producto y cualquier información que quieras registrar acerca de ese producto se vuelve certera e imposible de engañar”, complementa.

Camarones a la blockchain

¿Thai, nikkei o italiana? Podemos tener debilidad por una u otra gastronomía, pero todos esperamos que cualquiera sea la elección, el alimento de nuestro gusto no esté contaminado ni presente algún tipo de impureza. Es lo que busca una insólita alianza entre camarones y blockchain.

Gracias a la alianza que recientemente han firmado IBM y la Sustainable Shrimp Partnership (Asociación Sostenible de Camarones o SSP), una asociación basada en el sistema IBM Food Trust, se podrá seguir el camino del camarón ecuatoriano desde la producción hasta el plato de cada consumidor, gracias a la cadena de bloques, para así aportar transparencia y responsabilidad al proceso.

José Antonio Camposano (Cámara Nacional de Acuicultura de Ecuador)

José Antonio Camposano, presidente ejecutivo de la Cámara Nacional de Acuicultura de Ecuador, justifica así el curioso cruce entre un producto del mar y tecnología de punta: “El fraude alimentario va en aumento. Con sistemas de suministro complejos y una falta de transparencia global, estamos viendo demasiados ejemplos de etiquetado incorrecto y productos de baja calidad que ingresan al mercado”. Una razón suficiente, a juicio del directivo de SSP, para proteger al máximo el derecho que tienen los consumidores de saber de dónde provienen sus alimentos y cómo se produjeron. Una confianza y seguridad en lo que están comprando que pretende proporcionarles mediante el uso de blockchain en la línea de producción completa del producto.

¿Cómo funciona? El sistema Food Trust es una red que conecta a productores, procesadores, distribuidores y minoristas por medio de un registro autorizado, permanente y compartido de datos del sistema alimenticio. En este caso, se traduce en que los miembros del SSP -que comprende a productores camaroneros responsables con base en Ecuador- ingresen datos sobre cómo fue producido su producto a la cadena de bloques. Así, los minoristas de todo el mundo podrán ver estos datos y rastrear los camarones en cada etapa para garantizar la calidad del producto que venden a los consumidores.

Una siguiente fase comprende el lanzamiento de una aplicación que facilite a las personas acceder a los datos de procedencia del camarón. “Nuestro objetivo es tener los camarones de alta calidad de SSP en supermercados y en menús donde el consumidor pueda escanear el código QR y descubrir de qué granja es, cómo se cultivó e indicadores clave sobre el perfil de seguridad y sustentabilidad de los alimentos”, complementa Pamela Nath, directora de SSP.

Donaciones transparentes

Los eventos solidarios y las donaciones filantrópicas mueven miles de millones de dólares. Sin embargo, no todas recaen en los destinatarios idóneos. En España, la Liga Nacional Contra el Cáncer Infantil logró recaudar casi 6 millones de euros, sin embargo, los fondos no fueron a parar a niños afectados por esta enfermedad, sino que a los bolsillos de una organización fraudulenta con un cabecilla que gozaba de un sueldo mensual cercano a los 20.000 euros, una dieta que compartía con su mujer.

Los fondos se captaban a través de un call center y en eventos supuestamente solidarios, dinero que la policía de Aragón comprobó que también se destinaba a mantener el tinglado empresarial, a través del traslado de los montos por varias sociedades (unas cinco o seis), hasta que llegaban a manos de los responsables de la organización ilícita. Según reportó la prensa local, de los 5,5 millones de euros recaudados en cuatro años, 300.000 se habían destinado a montar otro centro de llamadas en Perú, donde pensaban replicar la metodología delictual.

Inspirada en combatir casos como el de la Liga Nacional Contra el Cáncer Infantil surgió Bitgive, una fundación que basa su proyecto en facilitar las donaciones para las personas, ayudándoles a compartir responsable y transparentemente sus riquezas acumuladas en bitcoin. Aunque su origen está directamente ligado con el uso más tradicional de blockchain -las criptomonedas-, lo novedoso y meritorio de esta iniciativa reside en lograr conectar sistemas altamente innovadores con aplicaciones prácticas para actores tradicionales, como las ONG de diversos rubros, no necesariamente familiarizadas con la tecnología.

Connie Gallippi (BitGive)

Connie Gallippi cuenta que supo de bitcoin por primera vez en 2011 y fueron sus posibilidades, desde una perspectiva global, lo que la motivó a profundizar en la capacidad que tenía blockchain de beneficiar a las personas directamente con fondos y en lugares remotos. “Una vez que comprendí realmente el potencial de la tecnología, sentí que blockchain podía ser el próximo boom puntocom. Y quería establecer una base filantrópica para que la industria capturara una fracción de lo que era posible y así dar de vuelta”, recuerda.

La inspiración para fundar BitGive la encontró Gallippi en 2013, durante una conferencia sobre bitcoin. Eran tiempos en que todavía se trataba de una tecnología incipiente, lo que le permitió ser la primera organización sin fines de lucro basada en bitcoin, con un estatus de exención de impuestos a nivel federal en los Estados Unidos.

El proyecto principal de la fundación es GiveTrack, una revolucionaria plataforma de donaciones para organizaciones sin fines de lucro y trabajo humanitario, que promete aportar transparencia y responsabilidad, compartiendo información financiera y resultados directos del proyecto en tiempo real. De este modo, ya han colaborado con la fundación Parlas IAP, que atiende la salud mental en México, y con Techo, en Brasil, además de trabajos en Kenia, Filipinas y Nepal, entre otros países.

Gracias al sistema de registro de transacciones inmutables que provee blockchain, esta herramienta aporta transparencia en el proceso para los donantes e impulsa a las ONG a ser más responsables con los fondos que reciben, pues Give Track usa el registro para mostrar a los donantes exactamente en qué se gasta su dinero.

El factor transparencia es clave para Gallippi, pues reconoce que los casos aberrantes que han salido a la luz podrían convertirse en manzanas podridas que contaminen todo el cajón, en este caso, al sector de la filantropía.

Según la directora de la fundación, gracias a Give Track “pueden compartir su trabajo, retener donantes y reconstruir confianzas y compromisos”, además de que los donantes revisan al detalle sus contribuciones y aprenden del trabajo que hacemos con estas. Gracias a esa confianza, aumenta la participación de los donantes y el impacto general.

Con el paso de los años, BitGive ha sabido construir una plataforma robusta que, basada en la web, ha aprovechado el desarrollo en código abierto de la cadena de bloques para poner a disposición de las fundaciones el sistema. Además, se le ha provisto de funciones para compartir información del proyecto, actualizaciones, informes de hitos sobre el proyecto, gastos y transparencia del flujo de fondos. Así como convertir donaciones en más de 30 monedas diferentes (incluidas las criptográficas), a través de la plataforma Uphold. “BitGive ha evolucionado en los últimos seis años, y ahora estamos desarrollando la tecnología directamente. Somos los pioneros clave que impulsan el uso de esta tecnología en el mundo filantrópico y sin fines de lucro”, destaca Gallippi.

El arte al alcance

“Los jugadores de cartas”, de Paul Cézanne, es una de las piezas de arte más apreciadas de la historia, que alcanzó el prohibitivo valor de subasta de US$250 millones. No fue sorpresa, entonces, que la compra la hiciera la familia real de Qatar, en 2011. Pero ¿qué pasaría si le ofrecieran la posibilidad de ser propietario de una parte de esa pieza, por un precio proporcionalmente mucho menor?

El arte es otro de los rubros que ha visto a blockchain entrar en operación y lo hace, precisamente, interviniendo el proceso de compra y venta de este mercado. Look Lateral es un emprendimiento que surgió con la visión de democratizar el mercado del arte y revolucionar la forma en que se compra, vende y se autentica en todo el mundo.

Esta compañía busca impulsar una participación universal con un mercado digital que desbloquea los límites y las barreras de entrada de este sector. La apuesta de Look Lateral se basa en permitir a todos, o a cualquier persona, recolectar y comerciar fracciones de propiedad de obras de arte gracias al registro de la cadena de bloques.

Según la empresa, el arte es históricamente una de las inversiones más confiables y ha tenido un crecimiento exponencial en el último siglo, hasta alcanzar un valor de mercado cercano a los US$64.000 millones. Sin embargo, para dar el siguiente paso y escalar se requerirá de accesibilidad, liquidez y transparencia, valores que blockchain pretende aportar a través de lo que es denominado “fimart”, un mercado fraccionado del arte, que facilita las transacciones y garantiza seguridad en las interacciones de toda la comunidad de expertos, coleccionistas, inversores y entusiastas.

¿Llamado confiable?

Sin embargo, la distancia de los inversionistas de riesgo y la consiguiente falta de diversidad del sector podría explicarse en parte porque blockchain, pese a que logra transparencia en las cadenas de suministro y así registros inmutables que no se pueden editar o modificar, en la práctica no cambia algo clave: las transacciones son mediadas, tal como reconoce Casucci, de Certilogo.

¿Qué quiere decir esto? Las decisiones sobre qué recopilar y qué compartir con minoristas o consumidores finales son tomadas por el propietario de la marca. “Para abreviar una larga historia, blockchain otorga seguridad por diseño, ya que los registros se guardan de manera segura, son inmutables y se realiza un seguimiento y acuerdo de cualquier cambio. Sin embargo, la transparencia tiene que ver con la opción de cargar qué datos en la cadena de bloques, por lo que no se concede automáticamente por la propia tecnología”, matiza Casucci.

En palabras del fundador de Certilogo, la calidad de los datos es un factor que la tecnología blockchain no puede garantizar. Las redes de la cadena de suministro pueden pasar por docenas e incluso cientos de proveedores y distribuidores en el camino, desde el campo a la fábrica y hasta el punto de venta y más allá. Y si bien la plataforma puede registrar datos en la cadena de bloques, no puede garantizar que los datos sean precisos.

“Para usar una metáfora, piensa en una llamada telefónica: el teléfono transmite las oraciones habladas correctamente, pero no es garantía de que lo que se haya dicho sea verdadero”, ilustra el empresario italiano.

Martín Hagelstrom (IBM América Latina)

Entonces, ¿qué sucedería si alguno de los actores de esta cadena falsea datos que después pasan a ser inmutables? Martín Hagelstrom, líder de Blockchain para IBM América Latina, reafirma el rol de blockchain en garantizar que los datos no han sido modificados posteriormente a su ingreso. O sea, la cadena de bloques mitiga de forma contundente esta posible manipulación, pero deja abierto el espacio respecto al ingreso de los datos.

Cristóbal Pereira reconoce que puede presentarse un sesgo en la alimentación o el contenido de la cadena de bloques. “Cualquiera pudiera estar guardando data falsa, sin problema. Pero lo importante acá es que “yo veo lo que tú ves”, por ende, si sé que una persona o institución está ingresando data falsa a la cadena, lo podré saber de inmediato y tomar las medidas necesarias”.

Cristóbal Pereira (mifutu.ro)

“La forma que tenemos para mitigar los riesgos en el primer paso es utilizando otro tipo de tecnologías complementarias, que combinadas realizan una labor de prevención en ambos casos. Lo ideal es llevar una combinación de tecnologías para mitigar el riesgo al ingreso. Por ejemplo, IoT o automatización para ingreso de datos, analytics para detección de anomalías y cambios en procesos como auditorías, entre otros”, detalla Hagelstrom.

De igual forma, ante este dilema, Cristóbal Pereira explica que para eso se desarrollaron los protocolos privados, DLT (Distributed Ledger Technology) o de Blockchain Privado, con el objetivo de controlar quiénes son los que pueden escribir en una cadena de bloques. “Lo que sí podemos asegurar es que toda la data inyectada en una blockchain es segura e inmutable. La transparencia dependerá si usamos blockchain público o privado”, agrega.

Es así como llegamos al concepto de blockchain híbrida, es decir, una conjunción entre cadenas de bloques permisionadas y no permisionadas (o públicas y privadas) que permitan a las empresas avanzar en su camino hacia la transparencia y seguridad de las transacciones, sin comprometer su información, añade Hagelstrom

“Por ejemplo, cuando lo que se quiere es lograr eficiencias entre un proceso entre organizaciones (B2B), como una cadena de suministro, donde los participantes dentro de esa red de negocios se conocen entre sí y tienen una relación comercial, normalmente una red permisionada permite operar de forma segura, logrando esas eficiencias, con un costo menor y una escalabilidad mayor”, acota el experto de IBM, aludiendo a Food Trust como un ejemplo de este tipo de redes, que da transparencia y visibilidad entre agricultores, mayoristas y distribuidores. “Para nosotros, en IBM, el futuro de blockchain, así como el de la nube, es híbrido”, finaliza.

Entonces, ¿qué tan favorable son las perspectivas para esta nueva herramienta? Para Casucci, pese a todo, no hay dudas de que el potencial de blockchain es enorme, ya sea o no una revolución. Así que sentencia: “Vemos una demanda significativa de startups e iniciativas de grandes compañías en un amplio rango de industrias, lo que me lleva a pensar que hay sustancia para el boom”.

Precisión suiza

Con más de 260 años de producción ininterrumpida, Vacheron Constantin se ha mantenido como uno de los principales referentes entre los relojes de lujo. Pero esta tradición que se ajusta a la excelencia, lo clásico y a toques particulares de elegancia, no se ha estancado en la incorporación de innovación a sus procesos.

La firma, originaria de Ginebra, forjó una alianza con el consorcio Arianee para desarrollar su certificado digital de autenticidad basado en blockchain, una garantía de certificación y trazabilidad, con el objetivo de combatir la falsificación.

Según la empresa, su certificado es un pasaporte digital con varias características innovadoras: se puede transferir de un propietario a otro; crea un enlace anónimo entre el propietario y Vacheron Constantin; y está abierto y conectado, lo que permite a su propietario asegurar el modelo, declararlo perdido o robado, así como compartir o probar su propiedad. Angela Au-Yeung, directora digital de Vacheron Constantin, explica: “Esta certificación crea puentes e interacciones entre los clientes, sus relojes y nuestra Maison. Al asegurarnos a través de blockchain, ahora podemos rastrear nuestros productos durante todo su ciclo de vida y comunicarnos con sus propietarios sin pedirles que comprometan su anonimato”. Tanto desde la relojera suiza como desde Arianee valoran el impacto de las identidades digitales como agentes transformadores en la forma en que se poseerán los activos valiosos. De hecho, siguiendo un camino similar a Certilogo, evalúan la posibilidad de crear un protocolo estándar global para la certificación digital de objetos, especialmente en el sector del lujo.

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