Respecto a las áreas más "sensibles" para la seguridad, se encuentran el transporte, la salud o las fuerzas de seguridad y policiales. Para ellas, los sistemas de IA deberán ser "transparentes y trazables", además de estar sometidos a la "verificación humana".
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La Comisión Europea ha iniciado esta semana la reflexión sobre la necesidad de regular la Inteligencia Artificial sin que ello frene a la Unión Europea (UE) en la carrera con competidores como China o Estados Unidos para liderar el desarrollo de esta tecnología, y con la vista puesta en normas más o menos estrictas en función del riesgo que plantee la digitalización en cada sector.
Por el momento la UE cuenta con un 'Libro Blanco' sobre la aproximación a la Inteligencia Artificial (IA) y abrirá una consulta pública para que arranque el debate sobre su desarrollo, por lo que no habrá propuestas legislativas concretas al menos hasta finales de este 2020.
El Ejecutivo comunitario plantea la necesidad de contar con "normas claras" para los sistemas de Inteligencia Artificial que planteen un alto nivel de riesgo pero que no se traduzca en una carga "excesiva" para los campos en los que el uso de esta tecnología apenas presente peligros.
También insisten desde Bruselas, en que las reglas de protección de datos que aplica el bloque para cuidar de la privacidad de los consumidores y luchar contra prácticas comerciales desleales se seguirán aplicando a las compañías que quieran entrar en el mercado común y que serán bienvenidas siempre que asuman los mismos estándares.
Entre los sectores más "sensibles" para la seguridad, se encuentran el transporte, la salud o las fuerzas de seguridad y policiales. Para esas áreas, los sistemas de IA deberán ser "transparentes y trazables", además de estar sometidos a la "verificación humana".
Para los que plantean menos riesgos, sin embargo, la Comisión prevé un sistema de "etiquetado voluntario" en caso de que apliquen normas más estrictas.
"Es importante que haya reglas pero tan importante será que haya personas detrás vigilando que se cumplen esas reglas", explicaron fuentes antes de que se diera a conocer la 'hoja de ruta' comunitaria.
Los Estados miembros tendrán también un papel que desempeñar en el control porque las autoridades deberán poder poner a prueba y certificar los datos utilizados por los algoritmos, siguiendo el ejemplo de los sistemas de verificación que aplican hoy en día en otros sectores como el de los cosméticos, los turismos o los juguetes.
En su propuesta de reflexión, la Comisión apunta la necesidad de contar con datos "no sesgados" para asegurarse de que la Inteligencia Artificial en áreas de mayor riesgo cumpla con el respeto de los Derechos fundamentales, por ejemplo evitando la discriminación.
En cuanto al reconocimiento facial para la identificación biométrica a distancia, que hoy en día solo está autorizada en casos excepcionales, justificados y proporcionados, La Unión Europea quiere también que se discuta sobre las condiciones de esas excepciones y si debe haber salvaguardas.
Bruselas ha situado la transformación digital como una de sus prioridades para los próximos cinco años, con el objetivo, dice de poner la tecnología "al servicio de las personas", favorecer una economía "justa y competitiva" y ayudar a crear una sociedad "abierta, democrática y sostenible".
"Europa lo tiene todo para liderar la carrera del Big Data y conservar su soberanía tecnológica, liderazgo industrial y competitividad económica para beneficiar a los consumidores europeos", ha expuesto el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, que ha presentado la 'hoja de ruta' del Ejecutivo comunitario junto a la vicepresidenta responsable de Competencia, Margrethe Vestager.
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