Los vehículos autónomos llegarán a fines de este mes a las calles de la ciudad estadounidense de Pittsburg. Para utilizar este sistema, los usuarios deberán elegir una opción especial dentro de la aplicación.
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Los primeros coches autónomos (sin conductor) de Uber -una flota de SUV Volvo XC90 modificados por ingenieros del área de robótica de la Universidad Carnegie Mellon- comenzarán a surcar las calles de la ciudad estadounidense de Pittsburg a finales de mes, según adelantó el CEO de la empresa de servicios de transporte, Travis Kalanick, y el anuncio ya generó controversias entre taxistas y académicos.
Así lo anunció Kalanick en una entrevista publicada hoy por la agencia Bloomberg, en la que se indicó que los autos comenzarán a circular gradualmente hasta llegar a 100 unidades para fin de año, y si bien serán completamente autónomos, "por el momento" circularán con una persona sentada en el asiento del conductor.
Para viajar en estos autos, los clientes de Uber deberán indicar a través de la app que quieren estos vehículos, y los viajes en ellos no tendrán un costo adicional.
Los Volvo modificados cuentan con "docenas de sensores que usan cámaras, lasers, radar y receptores de GPS", afirmó Bloomberg, que citó un acuerdo entre las dos empresas que prevé una inversión de 300 millones de dólares para el desarrollo de coches completamente autónomos que llegarían al mercado en 2021.
El acuerdo con Volvo, sin embargo, no es exclusivo, ya que Uber se viene asociando con otras automotrices mientras recluta más ingenieros. En este sentido, la empresa cerró en julio un acuerdo con Otto, una startup que desarrolla camiones sin chofer, fundada este mismo año y que cuenta con 91 empleados, muchos de ellos ingenieros de empresas como Google, Apple y Tesla, según Bloomberg.
La polémica
Esta implementación, en caso de expandirse a otros países, promete una escalada de protestas ya que el anuncio llega en medio de una discusión global respecto de la legalidad de Uber y del hecho de que más allá de la cuestión tecnológica, su existencia amenaza la fuente de trabajo de taxistas.
Porque al utilizar autos particulares, Uber se ahorra la fuerte carga impositiva que pesa sobre el transporte comercial regulado y ofrece así una tarifa más bajo, cuestión que viene generando manifestaciones en varias capitales del mundo, incluso en la Ciudad de Buenos Aires, donde la Justicia prohibió el desembarco de la empresa, que opera igual.
"Que no nos vengan con la excusa del avance tecnológico para desregular el transporte", afirmó a Télam el secretario de la Asociación de Taxistas de la Ciudad (ATC), Luis Fernández, quien consideró que "si bien faltan años para que esto llegue acá, hay que estar alertas".
"Estos sectores vinculados a la industria tecnológica logran avances, pero como siempre se ha demostrado, el avance tecnológico en manos del capital concentrado deja sin trabajo a la gente, achica puestos de trabajos", sostuvo Fernández, cuya Asociación mantiene una postura de rechazo total a Uber desde que se anunció su desembarco.
Por su parte, el investigador del Conicet Ariel Vercelli explicó a Télam que el lanzamiento de estos vehículos se explica porque "Uber está completamente presionado por lo que es la competencia feroz en el mercado norteamericano en particular, y en el mundial en general. Compite, primero, con Tesla (la empresa de Elon Musk pionera en el desarrollo de autos eléctricos), y también con Google y con Apple, que están detrás del desarrollo de vehículos driveless (auonomos)".
El especialista en temas socio-tecnológicos del Instituto de Estudios Sociales sobre la Ciencia y la Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes (IESCT-UNQ) explicó que, más allá de la novedad, "no toda innovación tecnológica es necesariamente buena".
"Hay un concepto que tiene que ver con que la innovación es situada. Uno podría decir: '¿innovación para quién?, ¿a quienes benefician estos desarrollos?. No queda claro cómo van a incluirse estos desarrollos en el lugar en el que van a funcionar", analizó, y consideró: "Me da la impresión de que hay una saturación del mercado y empiezan a sobrar tecnologías, que se van recombinando".
Los proyectos de Uber con los coches autónomos comenzaron a finales de 2014 en Pittsburg, donde está el departamento de robótica de la Universidad Carnegie Mellon, de donde salieron los principales expertos en el área.
El anuncio, que llega en la misma semana en la que Ford informó que sus coches autónomos comenzarán a llegar en 2021, implica que si bien otras empresas -como Google- vienen probando estos vehículos desde hace años por las rutas estadounidenses, será Uber la primera en utilizarlos con fines comerciales.
"Tenemos que evitar por todos los medios el concepto de 'conducción remota'. Esta misma cuestión de los medios de transporte, sean públicos o privados, no hace diferencia respecto de los taxistas o remiseros con los conductores trenes o camiones", consideró Vercelli, para quien "este concepto de 'conducción remota' viene de la lógica de Internet, pero actúa en las relaciones humanas".
El investigador sostuvo que "si a los actores locales se le ofrecen herramientas para que innoven, está todo servido sobre la mesa. El problema es no invitarlos y hacer venir un actor extranjero que llega con una lógica extractivista", y recordó que "en la plataforma de Uber los propios choferes son sus primeros clientes. Ellos primero le venden el servicio a los conductores, a los que llaman usuarios asociados, para seguir a los usuarios".
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