El título sigue siendo uno de los más adictivos que jamás se hayan hecho.
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Cromo - El Observador. Considerado por muchos expertos como el videojuego que popularizó la industria, Space Invaders nació de la imaginación de Toshihiro Nishikado, un joven diseñador japonés de Taito Corporation, en junio de 1978. Nishikado, quien ya había diseñado (con menos trascendencia) el Soccer en 1972 –un juego arcade muy similar al Pong– recuerda haberse inspirado nada menos que en HG Wells y La Guerra de los Mundos al darle a sus alienígenas que bajaban desde el espacio una apariencia de pulpo, con tentáculos a tono. El juego, que sigue siendo perfectamente jugable 40 años después, es notable en varios aspectos.
Nishikado diseñó un entorno de juego protonarrativo muy eficaz a partir de una interfaz muy jugable y divertida con todo y sus limitaciones materiales (un joystick de desplazamiento lateral y dos botones) y de trabajar con un microprocesador Intel 8080, de 8 bits.
Aunque admitió que se sintió frustrado por la escasa resolución de sus modelos de naves, que pretendían parecidos a aviones reales, sí fue capaz de crear modelos antropomórficos complejos para la época, pero que decidió no emplear en la versión final de su juego porque consideraba inmoral generar entornos gráficos que permitiesen "matar" seres humanos virtuales.
También la banda sonora fue un gran logro: se trata de un ostinato de cuatro notas descendentes, que se repite insistentemente a lo largo del juego. El ostinato gana en velocidad según el jugador avanza hacia el final de la pantalla –o sea, a medida que el jugador va eliminando naves– y se obtiene de esta manera un incremento en la tensión en los momentos claves del juego.
A 40 años de su lanzamiento, solo la versión arcade, la que se instalaba en los salones de "maquinitas", entregó más de 360 mil equipos, transformándose así en la máquina más vendida en la historia de los videojuegos.
Space Invaders llegó casi de inmediato a Estados Unidos, donde fue popularizada por Midway Games, y el juego se convirtió en uno de los que ayudó a popularizar la industria, además de transformarse en un fenómeno comercial.
Fue precursor en casi todos los aspectos que hoy día relacionamos sin dificultad a los videojuegos. Por ejemplo, implementó el concepto de hi-score (puntaje más alto) y el de jugar con "vidas". Space Invaders otorgaba tres, por lo que los jugadores más hábiles podían jugar más tiempo. Su éxito es indiscutible: según el último registro de Taito, las ganancias en torno a Space Invaders superan los US$ 500 millones.
Cuarenta años le han permitido generar, además de todo lo anterior, su propia leyenda. Se dijo que su rotundo éxito provocó una escasez de monedas de cien yenes en Japón, por lo que el gobierno tuvo que cuadriplicar la producción de la moneda. Estados Unidos tiene su propio mito: el de una niña que sacó US$5 mil a sus papás para despilfarrárselos jugando en una sala de juegos.
Pero si algo le faltaba al juego para consagrarse fue su llegada a las consolas caseras. Cuando fue lanzado para la Atari 2600 cuadruplicó las ventas de la empresa. Y no fue su única expansión. Gracias a la inverosímil torpeza de Nishikado y la propia Taito Corporation, el juego nunca fue registrado bajo derechos de autor, por lo que pronto comenzaron a aparecer "variaciones" del mismo.
Ya en 1985 salió al mercado bajo el nombre de Return of the Invaders, después como Super Space Invaders '91 (1990), Space Invaders DX (1993), Space Invaders Extreme (2008) y Space Invaders Infinity Gene (2009).
Un clásico vigente
En 2015, tuvo una recarga de popularidad al aparecer en la película Pixels y el año pasado se anunció una Ataribox para el próximo mes de junio, una nueva consola que recreará al Atari 2600, y que, como no podía ser de otra manera, incluirá en su catálogo el popular juego. También es posible encontrar la versión clásica o algunas sagas para celular en el Apple Store o en Google Play.
Space Invaders forma parte integral de la cultura popular japonesa. Sin ir más lejos y con motivo de los 40 años, en el piso 52 de la torre Mori en Tokio, se lleva a cabo una exposición interactiva llamada Play! Space Invaders que se extenderá durante todo este año. En ella, los visitantes pueden emular el juego en los ventanales del rascacielos con la ciudad de fondo.
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