Este viernes se conmemora un nuevo aniversario de la computadora personal que popularizó Apple y marcó el inicio de una nueva concepción de la informática para consumo masivo.
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Un joven Steve Jobs parado frente a un colmado auditorio. Sin anteojos y vestido con un saco de seis botones y moño. Está a punto de develar su creación más esperada, la que cambiará la historia de la computación para siempre. A su izquierda, en un escenario en penumbras y dentro de un bolso, se encuentra el objeto llamado “Macintosh”.
Con la expectativa que genera un mago antes de mostrar su truco, Jobs saca del bolso el artefacto y lo apoya sobre un escritorio entre oleadas de aplausos. Lo enchufa. De su bolsillo saca un disquete de 3,5” y, luego de insertarlo en una ranura, comienza una animación en pantalla con la palabra “MACINTOSH” (así, todo en mayúsculas). La música de “Carrozas de fuego” le otorga un clímax épico a la situación hasta que aparece la frase “absurdamente genial”.
Antes de todo, al principio de la conferencia, Jobs dedicó unas cuantas palabras a su mayor competencia en computadoras personales por aquel entonces: IBM. Luego de divulgar a Apple como la “única fuerza que puede garantizar la libertad”, se preguntó: “¿dominará IBM toda la industria informática? ¿toda la era de la información?”.
También recitó las estrofas de la canción “The Times They Are a-Changin'” de su admirado artista y cantautor Bob Dylan. Es que la presentación que estaba llevando adelante el fundador de Apple debía ser histórica, así lo esperaba él.
La fecha fijada para la presentación de la “Mac” había sido el 16 de enero. Pero los ingenieros detectaron errores en el código de programación y tuvieron que posponer todo para el 24, según cuenta el biógrafo Walter Isaacson en el libro “Steve Jobs” publicado en 2011.
Luego de mostrar algunos gráficos de dibujo de “Quick-Draw”, una variedad de tipografías, un juego de ajedrez y una hoja de cálculo, Jobs cumplió con el sueño de que la computadora se presente así misma.
“Hola. Soy Macintosh. Cómo me alegro de haber salido de esa valija”, bromeó la voz robótica. Y para fomentar la rivalidad con IBM añadió: “Nunca te fíes de una computadora que no puedes levantar”. El público estalló en gritos y aplausos luego de escuchar la frase final: “me siento enormemente orgulloso de presentarles a un hombre que ha sido un padre para mí: Steve Jobs”.
Un comercial heroico
Jobs quería que el aviso publicitario que anuncie la “Mac” genere mucho ruido. Que llame mucho la atención. La agencia encargada del anuncio fue Chiat/Day, con Lee Chow como director creativo, una persona que seguiría vinculado a Jobs en las décadas siguientes.
El concepto era recrear la idea de “1984”, la novela de George Orwell, bajo la frase “por qué 1984 no será 1984”. Un minuto de duración para un trabajo audiovisual que debía parecer de ciencia ficción, debía transmitir heroísmo, rebeldía y originalidad.
Para lograrlo, contrataron al director cinematográfico Ridley Scott, cuyo más reciente film había sido Blade Runner. La imagen que buscaron transmitir fue heroísmo, rebeldía y originalidad. Su emisión más popular fue durante el décimo octavo Super Bowl, dos días antes del lanzamiento de la computadora, y fue visto por 96 millones de personas. Para algunas revistas especializadas fue el mejor anuncio de todos los tiempos.
La máquina
Una de las innovaciones que Apple introdujo y perfeccionó en el mundo informático, fue la interfaz de usuario en las computadoras. Es famosa la anécdota que cuenta la visita de Jobs a la compañía Xerox. Fue allí donde vio un desarrollo de interfaz que mejoraba aquellos entornos de textos duros y fondos negros. La “inspiración” le sirvió a Jobs para mejorar sus propios productos, incluso en aquella “Mac” presentada en el ’84.
La persona encargada de plasmar esas ideas gráficas en la pantalla, con íconos y hasta tipografías importantes que son usadas aun hoy, fue la diseñadora Susan Kare. Sus creaciones simples, en pocos píxeles, ayudaron a identificar las diversas acciones dentro del sistema operativo de Apple. Utilizó elementos cotidianos y de fácil reconocimiento para indicar funciones como guardar, cambiar de tipografía, el desplazamiento del mouse, entre muchas otras.
Por aquel entonces, el programa “MacPaint” era realmente sorprendente. Con la ayuda del mouse (otro elemento asombroso) era posible realizar dibujos, incorporar textos y procesar gráficos. También se incluía el “MacWrite”, un procesador de texto que permitía el cambio de tipografías y mostraba en pantalla cómo quedaría el trabajo final, una rareza para la época.
Las características técnicas de la “Macintosh” resultan muy básicas en relación a las existentes computadoras disponibles hoy. Su memoria RAM era de tan sólo 128 KB, el procesador 68000 de Motorola a 8Mhz, capacidad para disquetes de 3.5” y una pantalla de 9 pulgadas.
El precio inicial de venta al público de la Macintosh fue de US$2.495.
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