Las diferencias que vemos en los enchufes que hay en el mundo son fruto de un proceso de desarrollo tecnológico no globalizado. Descubre cómo se forjó este fenómeno.
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Por Pablo Bejerano para Think Big. Hay al menos 15 tipos de enchufes diferentes en todo el mundo. Una circunstancia que se convierte en una molestia cuando viajamos, a la hora de cargar dispositivos, usar una maquinilla de afeitar eléctrica o un secador de pelo. Cuándo se empezó a configurar este revoltijo de estándares y por qué no se impuso uno sobre todos los demás son las preguntas de fondo que hay que responder cuando lo que realmente nos preguntamos es “¿por qué oscura razón no puedo cargar mi móvil en este otro país?”.
Para contestar una pregunta tan recurrente en nuestros días hay que zambullirse en los últimos fogonazos del siglo XIX, la época de los inventores, el primer gran empujón de progreso técnico y la expansión de la electricidad. Las calles se iluminaron con el alumbrado eléctrico y a las casas también llegaron las bombillas.
Al principio en los hogares solo había luz, pero pronto surgieron algunos electrodomésticos, como una tostadora, y con ellos la necesidad de conectarlos a la red eléctrica. Decir que el método que se empleaba era rudimentario resulta benévolo. Los aparatos se conectaban directamente al cableado que llegaba al hogar. Hubo quien quiso erradicar esta instalación de riesgoy así surgió el concepto de enchufe, aunque aún quedaba para que este se configurara en la idea que tenemos hoy.
En Estados Unidos, el industrial Harvey Hubbell inventó un conector que permitía a los dispositivos que no eran bombillas enchufarse a la corriente eléctrica. Su intención era que una persona sin conocimientos de electricidad pudiera utilizar una tostadora. Él mismo adaptó posteriormente su diseño dando lugar a un dispositivo con dos protuberancias, al que después se le añadiría otra más en 1928, la toma de tierra, orientada a hacer más segura la conexión.
En medio de la guerra de corrientes
De esta forma se configuró el enchufe estadounidense. Poco antes ni siquiera estaba claro cuál sería el estándar de la electricidad. La conocida como guerra de las corrientes, en los años 1890, enfrentó a Nikola Tesla y Thomas Alva Edison. El primero de ellos, inventor puro y duro, el segundo, también inventor y un lince del mercado.
Esta diferencia de caracteres, junto con la inestimable ayuda económica, puso a Edison como líder de la carrera. Su corriente continua comenzó a expandirse hasta que se demostró que perdía voltaje en las distancias largas, al contrario que la corriente alterna de Tesla, que finalmente se impuso. Sin embargo, en esta competición, Edison había comenzado a usar un estándar de 110v y lo mismo hizo Tesla. El desarrollo comercial de la corriente alterna en Estados Unidos se estableció en 110v y una frecuencia de 60Hz.
En Europa, en cambio, abstraídos de la feroz rivalidad que había tenido lugar al otro lado del Atlántico, se optó por otro modelo. En Alemania, la compañía que ejercía el monopolio de la electricidad por aquel entonces fijó el voltaje en 240v y la frecuencia en 50Hz. Esto ocurrió antes de que la electricidad se generalizara en los hogares.
Los distintos tipos de enchufes o la historia del siglo XX
Así que para cuando se inventaron los enchufes ya existían diferencias de voltaje y frecuencia en la corriente que atravesaba unos y otros países. Y Harvey Hubbell no había sido el único en todo el mundo que tuvo la idea de crear un conector y así evitar un buen número de electrocuciones gratuitas. Solo fue el primero en Estados Unidos, donde se usó su diseño.
En otros países, otras mentes pioneras inventaron sus propias formas de enchufe y nadie se preocupó de la compatibilidad. Porque, al fin y al cabo, en aquellos momentos nadie llevaba aparatos eléctricos de un lado a otro. Los electrodomésticos eran cualquier cosa menos portátiles.
Así, en Europa existen tres principales tipos de enchufes, como son C, E, y F, todos compatibles entre ellos. Estos se usan también en una parte de Oriente Medio, un buen puñado de países de África y algunos de Latinoamérica. Además existe el tipo G británico, que se replica en antiguos territorios coloniales, como el sureste asiático y países africanos.
En cambio, otras antiguas colonias británicas, como Australia o India, usan un tipo de enchufe distinto. Y es que el estándar británico actual se introdujo en 1946, siendo su diseño hijo de la escasez de recursos en la Segunda Guerra Mundial. Pero en 1947 la India se independizó del Imperio Británico, con lo que no dio tiempo a implantar el nuevo estándar, mientras que Australia hacía tiempo que no era considerada colonia, por lo que desarrolló su propio enchufe.
Ni que decir tiene el modelo de Estados Unidos (A/B) se exportó a otros países, especialmente a toda la región latinoamericana de su influencia, pero también a Japón, Filipinas o Arabia Saudí.
Los esfuerzos de estandarización no habían surgido hasta los años 30 y se detuvieron con la Segunda Guerra Mundial. En los años 50 ya era tarde y se había perdido el interés. Décadas después la International Electrotechnical Commission (IEC) presentó un nuevo tipo de enchufe destinado a convertirse en estándar. Es el tipo N, que fue adoptado por primera vez en 2007 por un país, Brasil.
* Imágenes micastle, Wouter de Bruijn y Wikipedia
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