Pablo Zamora, cofundador de NotCo: “Las startups son un instrumento político”

Por en Startup

Impacto local, nacional y regional. Esa es la prioridad que hoy guía al bioquímico al referirse a su salida de la foodtech unicornio chilena, su integración en la venture capital para startups biotech, The Ganesha Lab, y el involucramiento en la campaña presidencial de Gabriel Boric.

Una vez cada dos semanas, Pablo Zamora, bioquímico y uno de los tres fundadores de NotCo, la foodtech chilena que recientemente alcanzó el estatus de unicornio, realiza clases de fauna y flora en terreno a sus alumnos de una escuela primaria donde también estudian sus hijos y que está ubicado en Melipilla, una ciudad de alrededor de 140.000 habitantes que está al suroeste de Santiago de Chile y cerca de la cordillera de la costa.

Es allí donde vive, lejos de las nuevas oficinas de NotCo, en Nueva York, Estados Unidos. Es que ya renunció a su posición de director de tecnología en la startup -donde está ligado hasta finales de este añopara estar en el país. Más bien, estar en terreno.

“Me siento responsable de haberme formado como científico en Chile e investigador y profesor en Estados Unidos y puedo aportar en nuestro territorio”, dice el emprendedor. “Quiero poner en disposición mi conocimiento no solo a la élite en las universidades más prestigiosas que ya reciben mucha atención, sino hacer la bajada a la gente que hoy no está expuesta a esta experiencia”, agrega.

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Y su actividad fuera del emprendimiento ha sido intensa: no solo es profesor, sino también participa en el programa de emprendimiento científico-tecnológico del Andes Pacific Technology Access (APTA), es asesor de la municipalidad de Melipilla, asesor estratégico en temas de innovación de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y, recientemente, anunció su integración al directorio de The Ganesha Lab, la aceleradora chilena de startups de biotecnología.

Una de sus influencias de su ánimo local fueron sus siete años fuera de Chile, justo durante las manifestaciones sociales de 2011: “Creo que hay que estar a la altura de las circunstancias y poner nuestro corazón al servicio de los cambios, pero los procesos históricos no esperan a nadie. He sentido una profunda empatía con el proceso chileno y me dolió no haber estado ahí, aunque mi posición hubiera sido mínima”.

Así, también está participando como asesor de la campaña presidencial del representante de Frente Amplio, Gabriel Boric, en temas de innovación y emprendimiento. Un programa que, según Zamora “representa ese vértigo de querer cambiar las cosas”. 

- Hablemos del programa de Boric respecto al ecosistema de innovación: parece que es una visión inspirada en el Estado Emprendedor de la economista Mariana Mazzucato.

- Justamente creo que esa es la mirada que se ha plasmado. El estado emprendedor es uno de los ejes fuertes de desarrollar y que está en pleno proceso de conversaciones internas respecto de cómo se plantea este futuro programa de gobierno ya consolidado.

- Los emprendedores chilenos me cuentan que emprender en la región es beneficioso porque es barato, pero después se van porque no hay capacidad para escalar la operación.

- A cada compañía en la que me involucro insto para que desarrolle e implemente sus  negocios en Chile porque es pequeño y ordenado, fácil de leer, puedes crear pruebas de conceptos de forma exitosa y que pueden ser ejemplos de equivocaciones y aciertos para mercados más exigentes.

Pero la lectura es correcta: Chile tiene talento, pero si las empresas posteriormente necesitan escalar en operatividad, esa operatividad no necesariamente se logra acá. Es difícil dinamizar la sociedad del conocimiento sólo desde la universidad y los centros de pensamiento, sino que debe conjugar con el mercado, la sociedad civil y el Estado.

Entonces, tiene que ver con el rol del Estado para dinamizar un ecosistema que, finalmente, debe ser retribuido al propio Estado. Por ejemplo, si el Estado rescata una compañía –como lo hizo con LAN– estoy a favor de que tome equity de esa empresa. También soy proclive a que el Estado chileno invierta en un venture capital (VC) a través de un vehículo propio o meta dinero a un fondo de fondos para participar en el retorno económico de las compañías. Es mirar al Estado desde una óptica actualizada.

- ¿Existe una oportunidad de desarrollar un polo industrial científico-tecnológico en Chile? ¿Qué se necesita para lograrlo?

- Chile tiene ciertas ventajas competitivas, pero en primer lugar debe identificar cuál es su vocación, las áreas de fortalecimiento económico que queremos desarrollar: ¿quiere ser un país minero?, ¿va a ser extractivo o generador de tecnologías habilitantes para la minería?, etc.

Es algo que el Estado no puede hacer por sí solo. Necesita un empresariado consciente, responsable y que asuma los desafíos que involucra ser parte de ese ecosistema: hacer contrataciones adecuadas, pagar los sueldos competitivos y demandar tecnología desarrollada en Chile. Requiere también que las universidades y centros tecnológicos generen las tecnologías, las transfieran y finalmente se implementen en sistemas productivos de alta demanda.

- Es un pensamiento muy distinto a otras VC que piden que el Estado no pongan lineamientos de desarrollo industrial y que solo debería interferir lo mínimo.

- Eso no puede ser así. Esa es una mirada muy neoliberal porque si el Estado se desregulariza para tener un rol mínimo pierde cualquier capacidad de injerencia, como también pierde cualquier capacidad de control y retorno. Eso causa lo que ocurre hoy: las empresas se financian y terminan poniendo sus compañías en paraísos fiscales.

Hay que romper esa lógica. Si hay un Estado inteligente, facilita que estas cosas ocurran, canaliza los financiamientos y pone a disposición expertos, podemos dinamizar compañías y lograr la escala que todos queremos. Obviamente, entendiendo que no vamos a tener una compañía de volúmenes globales operando solo en Chile. Nuestro mercado es tan chico que tenemos necesariamente que diversificar.

- Tal vez eso fue lo que no leyó la persona que escribió la carta en el Diario Financiero titulada "NotBoric" y que criticó su programa por ser anti emprendedor por querer reducir la jornada laboral, restringir la subcontratación, aumentar las imposiciones, etc.

- Me pareció bien divertida la carta. Lo que se está construyendo con Gabriel está en un proceso, entonces poner etiquetas es insustancial, porque en realidad nadie ha visto el proceso terminado. Por lo tanto no puedes hacer juicio respecto de cómo va a ser el comportamiento futuro.

Hay mucha odiosidad porque hay gente que cree que el emprendimiento, la generación de empleo y la concentración de poder son de derecha. Cuando te atrincheras y absorbes la caricatura, estás jodido y no puedes avanzar, que es lo que le pasa en Chile en términos políticos. Las competencias están afuera y tienes que trabajar con quien sea necesario. Pensar que la derecha es la única que puede desarrollar compañías es equivocado. También lo es pensar que la única forma de generar buenas relaciones con los empleados es de la izquierda.

AHORA COMO INVERSIONISTA

- ¿Cómo este Estado emprendedor beneficiaría VC como Ganesha Lab?

- Tomando un rol protagónico desde el punto de vista de los lineamientos estratégicos hacia dónde queremos movernos y de qué tipo de economía queremos desarrollar. El segundo es el financiamiento y el tercero es implementar las soluciones en espacios no corporativos. El Estado también debe adquirir y demandar el uso de las tecnologías que surgen del ecosistema.

Hay una responsabilidad que el Estado no ha querido asumir, porque es dolorosa y costosa, que tiene que ver con la digitalización, modernización y convertir el aparato estatal para que esté a la altura de lo que se espera que ocurra. De otra manera, la velocidad y clase de respuesta del Estado va a ir siempre con un mismatch de lo que se espera y la gente se frustra y termina yéndose.

- ¿Por qué escogiste a The Ganesha Lab?

- Muchas veces, el conocimiento no logra trascender a soluciones para la gente y la sociedad. Entonces, considero que las startups son un instrumento político que cumplen un rol de poner a disposición una solución a un problema y que, por otro lado, desafía a quienes muchas veces son responsables del problema en la industria tradicional consolidada.

Por ejemplo, con NotCo logramos romper la inercia respecto a la alimentación basada en plantas para atacar los temas relacionados al cambio climático y el abuso animal.

Y uno de los temas más complejos para una empresa de tecnología, principalmente aquellas fundadas por científicos, es desarrollar actividades en áreas no científicas. Lo que hace The Ganesha Lab es desarrollar habilidades en compañías y ayudarlos a escalar e internacionalizarse. Además, con su red y conocimiento, ayuda a los inversionistas de la región a identificar oportunidades en compañías de base científica creadas en América Latina.

- O sea, que no pase con lo que pasó con NotCo, que en las primeras rondas ningún inversionista chileno invirtió.

- Claro. Los chilenos invirtieron cuando terminaron creyendo en el proyecto porque todo el mundo ya había invertido y su participación fue mínima comparada a lo que podía haber sido. La historia hubiera sido más linda si NotCo hubiera tenido inversionistas chilenos para que estos mismos fondos fueran rededicado para invertir en la próxima NotCo. Pero, lamentablemente, el track record es muy importante para una startup.

Empresas como NotCo, Cornershop y Fintual demuestran que sí funciona una tecnología desarrollada acá con científicos desarrolladores de acá con ambiciones de impacto global.

El equipo fundador de NotCo. Karim Pichara, Matías Muchnick y Pablo Zamora | Notco.cl

- Qué buscas de las startups y sus fundadores: ¿crecimiento y velocidad o sostenibilidad?

- Busco compañías con propósito y que quieran dejar un cambio positivo. Por ejemplo, no me gustan las que hacen innovaciones incrementales para que las mineras tomen la naturaleza de forma más eficiente y a menor costo, sino aquellas que están pensando en una nueva minería. También me interesan las que entiendan que los impactos se pueden generar a diferentes escalas y no aquellas que se van a mercados más exigentes y dejan botados sus territorios inmediatamente a la primera pasada.

Busco apoyar compañías que creen firmemente en la ciencia y tecnología como hilo conductor. Hay empresas que utilizan la ciencia y tecnología como una herramienta de marketing, pero no son nada más que una cáscara visual. Las empresas científicas cuestan mucho, porque tienen cierta plasticidad en el aspecto técnico, pero, al mismo tiempo, están pensando en el problema latente que está en la sociedad.

Conducir el conocimiento al desarrollo de soluciones requiere humildad, visión y ganas de querer aprender. Entonces, me gustan aquellas empresas en etapas iniciales, entre la serie A y B, porque aún hay espacio para trabajar y los fundadores aún tienen control de sus decisiones.

- ¿Tu objetivo de ayudar a compañías que generan impacto es compartido por VC y emprendedores? Daniel Jadue ha criticado a los emprendedores tecnológicos, diciendo que son egoístas y se enriquecen pagando una miseria a sus ingenieros.

- Creo que Daniel lo hace por una falta de conocimiento. Hoy un programador de una compañía tecnológica gana más que un profesor universitario. Tanto así que hay compañías que están tercerizando a otros países porque en Chile no se puede pagar sus sueldos.

Mi idea es compartida. Los emprendedores científicos-tecnológicos son crecientes, pero hay que lograr domesticar el ego para que el impacto positivo no se vea mellado por estas olas de financiamiento. El “exitismo” tanto en la ciencia como en el emprendimiento hace mal y percibir que el éxito económico o los financiamientos son el único eje también hace mal.

Por otro lado, necesitamos que los inversionistas tengan una visión que se alinee con este propósito. Por ejemplo, me gusta mucho el fondo estadounidense Breakthrough Energy que invierte en un tema altamente rentable, pero con una vertical muy clara: ¿cómo podemos mitigar con tecnologías el cambio climático? Distinto es hablar de un inversionista que le da lo mismo tecnologías que dañan, mientras que sean rentables.

NOTCO Y EL FUTURO

- ¿Fue esta inquietud nacional y vocación de hacer varias cosas lo que te llevó a tu exit de NotCo?

- Sí. Las ganas de querer construir en diferentes espacios superan cualquier monofoco. Tengo ciclos de máximo cinco años y después me voy. Me han atraído cosas positivas y dejé mucha gente enojada en el camino, porque me gusta la parte creativa y después cuando es más monótono, mi curiosidad cae. No sé si es bueno o malo, pero me permite crear y utilizar diferentes espacios de construcción: desde cosas micro a macro.

- ¿Fue monótono trabajar en NotCo? Parecía que no: hubo una expansión súper rápida en un pequeño corto periodo de tiempo y te fuiste justo antes de que alcanzaran su estatus de unicornio y se fueran a Estados Unidos.

- No me arrepiento en ningún segundo de haber tomado la decisión que tomé. Desde que éramos pequeños decía que si esta compañía no es un unicornio no hay ninguna otra que pueda ser. Tenía todos los elementos para poder ser gigante: un equipo super robusto, los dos fundadores técnicos de alta credibilidad y una óptica nueva.

Pero yo no busco unicornios, sino impactos. Si hago otra compañía, quiero crear impacto en los territorios que me importan, que son los latinoamericanos. Claro, tal vez tengamos mejor mercado en los Emiratos Árabes, pero ya tienen suficientes opciones y ofertas. Nuestros territorios son los que están atrasados, como en el caso de la nutrición y biofarma o aquellos para proteger al medio ambiente o rescatar especies.

Esta es una decisión que no voy a claudicar, por eso me vine de Estados Unidos. Tenía una carrera prolífica en California y hasta fui un vicepresidente en una multinacional, pero claudiqué ese camino porque creía que mi responsabilidad era venir a impactar en las zonas que yo considero que son las más requeridas.

-¿Te vamos a ver emprendiendo en otro proyecto como startup?

- Claro. Mi vocación no se detiene acá, Tengo una formación bien científica, pero me he especializado en el área de negocios. Si me da la cabeza y la energía, de todas maneras me gustaría volver con otra compañía. De momento estoy ayudando a todos los emprendedores que puedo y a construir ecosistemas, que realmente es lo que me mantiene motivado.

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