A pesar de que expertos señalan que es peligroso apoyarse sólo en dispositivos para recordar ciertos contenidos, han surgido nuevos estudios que plantean todo lo contrario.
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Dos personas entran a un seminario. Una saca fotos y graba video y audio de la presentación, al tiempo que la otra toma notas a mano. ¿Qué persona cree que recordará mejor la información? El primero puede usar sus notas digitales para crear algo nuevo sobre el tema, mientras que para el segundo no será tan fácil.
Aún así, siguen apareciendo investigaciones como una recientemente publicada en la revista Psychological Science. Esta afirma que tomar notas en papel le da a la persona una ventaja al momento de recordar, en comparación con alguien que lo tipea en un computador.
El argumento lleva varios años circulando y usualmente está basado en la idea de que la escritura a mano es lenta y deliberada. Esto le permite al lector un entendimiento más profundo de la información y, por ende, una mayor capacidad para recordar. En contraposición, los conceptos grabados por medio digital, algo que se hace de forma rápida y automática, limitan la comprensión y, en consecuencia, su posterior memorización.
Existen argumentos similares respecto a la capacidad de recordar cosas leídas en una pantalla de smartphone, tableta o e-reader, por ejemplo, en oposición al papel impreso.
Pero, memorizar información, ¿debería seguir siendo una prioridad?
De la cartulina al interactivo
Los cambios tecnológicos han modificado el concepto de conocimiento y cómo nos vinculamos con él. De no ser así, todavía estaríamos esperando por los libros escritos a mano en monasterios.
Hoy en día tenemos más información disponible que en cualquier otro momento de la historia. Existe casi una cantidad infinita de ideas y fuentes accesibles a un clic de distancia, las cuales no solo se encuentran por escrito.
La tecnología digital permite una cantidad de información basada en sonido, imágenes y palabras. A diario, podemos acceder a blogs, videos, podcasts, audios y animaciones, por citar algunos ejemplos.
Además, como los contenidos basados en la pantalla son interactivos, uno puede hacer con ellos mucho más que solo leerlos. Se lee más que nunca (tres veces más que en la década de 1980), pero la interacción con los componentes permite trabajar con ellos y desarrollar información nueva.
Es normal que hoy un niño sea capaz de crear una presentación multimedia para un proyecto escolar, incluyendo texto, video, imágenes, sonido, animaciones e hipervínculos a otros sitios web. Los días de fotocopiar información y pegarla en una cartulina han pasado.
En este contexto, la pregunta de si deberíamos recordar grandes cantidades de información, es aún más compleja.
Lo que debemos recordar
Por supuesto que hay momentos en que necesitamos recordar información. No obstante, hay otros tantos en que la tecnología puede cumplir con esa función.
Debemos recordar cosas como el cumpleaños de nuestra madre, elementos que son beneficiosos para nuestra salud y bienestar, o cómo ir del trabajo a casa (a pesar de que, en cualquiera de estos tres casos, podemos solicitar la ayuda de la tecnología). De a momentos, también debemos comprender algo en profundidad y memorizar cada detalle al respecto, por ejemplo, para manejar un auto o desempeñar nuestro trabajo.
Por el contrario, existe mucha información que necesitamos recordar solo por un tiempo. Ejemplos de ello son los detalles de un evento o cómo cocinar una receta.
En este sentido, la currícula escolar se enfoca cada vez más en las habilidades del siglo XXI: aplicar información, resolver problemas y colaborar. En otras palabras, enseñar a los niños a realizar actividades que una máquina o robot no hace.
Una habilidad clave en nuestra era actual es la habilidad para recabar distintos tipos de información y unirlos en una única solución para ganar una nueva perspectiva sobre determinada situación o desarrollar un nuevo conocimiento.
¿Es importante recordar toda la investigación previa que hiciste a tu viaje a Nueva York? No. Lo importante es tomar todos esos datos y organizarlos para aprovecharlos una vez allí.
Asimismo todos tenemos distintos estilos de aprendizaje. Disponer de una cantidad de plataformas para crear y reunir información es importante para el futuro de cualquier persona. Leer y escribir un texto no es algo cotidiano para todos.
Algunos pueden decir que nuestro amor por la pantalla interfiere con el aprendizaje, pero hoy nuestra tarea es entender y manejar información y luego aprender de eso. Volver a enfocarnos en memorizar información ya no es importante.
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