La presencia de agua ofrece un recurso potencialmente valioso no solo para beber, sino también para producir más combustible para cohetes y oxígeno para respirar.
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El administrador de la NASA, Jim Bridenstine, tiene una idea para la exploración humana renovada y “sostenible” de la Luna, y cita la existencia de agua en la superficie lunar como una clave para las posibilidades de éxito.
“Sabemos que hay cientos de miles de millones de toneladas de hielo en la superficie de la Luna”, dijo Bridenstine en una entrevista de Reuters TV en Washington el martes, un día después de que la NASA revelara su análisis de los datos recopilados de la órbita lunar por una nave espacial de India.
Los hallazgos marcan la primera vez que los científicos confirmaron por observación directa la presencia de agua en la superficie de la Luna, en cientos de parches de hielo depositados en los tramos más oscuros y fríos de sus regiones polares.
El descubrimiento tiene consecuencias tentadoras para los esfuerzos de que los humanos vuelvan a la Luna por primera vez en medio siglo.
La presencia de agua ofrece un recurso potencialmente valioso no solo para beber, sino también para producir más combustible para cohetes y oxígeno para respirar.
Bridenstine, un expiloto de combate de la Marina estadounidense y legislador de Oklahoma nombrado en abril por el presidente Donald Trump como jefe de la NASA, habló sobre “cientos de miles de millones de toneladas” de hielo de agua que ahora se sabe que están disponibles en la superficie lunar.
Pero queda mucho por saber.
La científica lunar de la NASA Sarah Noble dijo a Reuters por teléfono que aún se desconoce la cantidad de hielo que realmente está presente en la Luna y cuán fácil sería extraerla en cantidades suficientes para que sea de uso práctico.
“Tenemos muchos modelos que nos dan respuestas diferentes. No podemos saber cuánta agua hay”, dijo Noble, que agregó que la exploración de la superficie lunar mediante sistemas robóticos permitirá averiguarlo.
Aunque durante mucho tiempo se creyó que la Luna estaba completamente seca o casi desprovista de humedad, científicos hallaron creciente evidencia en los últimos años de la existencia de agua en el satélite natural de la Tierra.
La mayor parte del agua congelada que acaba de confirmarse que hay en la Luna se concentra en las sombras de los cráteres en ambos polos, donde la temperatura nunca sube por encima de los -250 grados Fahrenheit (unos 160 grados Celsius bajo cero).
Bridenstine habló con Reuters acerca de hacer de la próxima generación de exploración lunar una “empresa sostenible”, utilizando cohetes y otros vehículos espaciales que podrían usarse una y otra vez.
“Entonces queremos que los remolcadores que van desde la órbita de la Tierra a la órbita lunar sean reutilizables. Queremos que una estación espacial alrededor de la Luna permanezca allí por un período de tiempo muy largo, y queremos módulos de aterrizaje que vayan y regresen entre la estación espacial alrededor la Luna y la superficie de la Luna”, explicó.
El programa anterior de exploración humana de la Luna de la NASA finalizó con la misión Apolo 17 en 1972.
Trump anunció en diciembre la meta de enviar astronautas estadounidenses a la Luna, con el objetivo final de establecer “una base para una eventual misión a Marte”. La propuesta de presupuesto de 19.900 millones de dólares del Gobierno para la NASA en el año fiscal que comienza el 1 de octubre incluye 10.500 millones de dólares para la exploración espacial humana.
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