Espectro radioeléctrico: la deuda de su asignación en América Latina

Por en Internet móvil

Un reciente informe de 5G Americas remarca que solo 7 de 18 mercados asignaron 400 MHz o más, equivalente a estar por encima del 20% de lo sugerido por la UIT para 2020: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, Nicaragua y Perú.

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Así como los cables submarinos, el espectro radioeléctrico es parte fundamental en el proceso de desarrollo de las tecnologías y servicios móviles. Entendido por algunos como el símil de las vías ferroviarias del siglo 19 o las carreteras en el siglo 20, el impacto de esta infraestructura es considerable.

Según un estudio de Ericsson, Arthur D. Little y la Universidad Tecnológica de Chalmers, de 2011, al duplicar la velocidad de banda ancha para una economía, aumenta el PIB en un 0,3%. Es por eso que la definición de lo que harán los países en relación a la administración y adjudicación del mismo redundará en la consolidación de 4G y el advenimiento la quinta generación.

Pese a esto, por ahora América Latina parece seguir de lejos estos avances. La cantidad de espectro para servicios móviles que asignaron los países latinoamericanos arrojó en 2019 un promedio regional de 378,6 MHz, cantidad inferior al 20% de la capacidad sugerida por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) para 2020.

Por esto, de acuerdo con la última edición del estudio “Análisis de las Recomendaciones de Espectro de la UIT en América Latina” elaborado por 5G Americas, es importante que los gobiernos pongan a disposición de la industria más espectro radioeléctrico para los próximos años.

Con datos relevados al 15 de agosto de 2019, el reporte de 5G Americas encontró que el promedio regional de espectro para servicios móviles actual de 378,6 MHz representa apenas un 19,3% de la sugerencia de la UIT para 2020, que es de 1.960 MHz para su escenario alto. Vale remarcar que el reporte solo contempla espectro asignado para servicios móviles por debajo de 3 GHz.

Además, el promedio regional de espectro asignado para redes móviles de 2019 es apenas 4% más alto que el medido por el mismo ejercicio en 2018, por lo que es importante que los gobiernos planifiquen la entrega de más espectro para acompañar la digitalización de la sociedad, indica el estudio.

El reporte concluye que se proyecta una mayor adopción de los servicios móviles por usuarios masivos, pero también por gobiernos y empresas a través de la adopción de nuevas tecnologías, como el Internet de las Cosas (IoT) aplicado a ciudades inteligentes e Industria 4.0. Este aumento en la demanda agregará presión sobre las redes móviles, que requerirán más espectro para poder dar respuesta a dichas necesidades de conexión.

De acuerdo con el reporte, hay 7.092 MHz de capacidad potencial de espectro que puede ser asignada en la región en licitaciones y subastas pautadas para 2019-2020 (fechas sujetas a cambio por cada administración). En estos concursos ya se contemplan bandas que pueden poner los “cimientos” de 5G en América Latina, como 600 MHz, 2,5 GHz, 3,5 GHz, 26 GHz y 28 GHz.

Así, el informe de 5G Americas remarca que solo 7 de 18 mercados asignaron 400 MHz o más, equivalente a estar por encima del 20% de lo sugerido por la UIT para 2020: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, Nicaragua y Perú.

Administración y asignación de espectro

Asimismo, el estudio sugiere que estas nuevas asignaciones de espectro radioeléctrico que se produzcan por medio de subastas y licitaciones deben realizarse en el marco de planes de espectro de largo y mediano plazo, que además sean visibles por las entidades de la industria para permitir una planeación adecuada de las inversiones.

Estas hojas de ruta del espectro deben contemplar la asignación del recurso en tiempos adecuados y con condiciones que permitan la ampliación de la conectividad en los países. Los reguladores deben tener en cuenta el estado de la industria, la disponibilidad de entornos de tecnologías y considerar en la planeación de nuevas licitaciones las inversiones que requiere la industria no solo para adquirir las licencias del espectro, sino también para despliegue de infraestructura que permita el aprovechamiento del recurso.

El caso de Chile

Los 490 MHz concesionados en Chile para servicios móviles representan el 37,7% de las recomendaciones establecidas por ITU-RM 2078 para 2015 y el 25% para 2020. Sin embargo, en el mercado chileno se mantienen disputas judiciales y administrativas sobre diferentes porciones de espectro que involucran topes del mismo (spectrum caps).

En el caso de la banda de 700 MHz, la Justicia indicó que los ganadores de la subasta deberán desprenderse de la misma cantidad de espectro adquirida en el concurso de la banda 700MHz, quedando a elección de las empresas la banda que será enajenada, para efectos de lo cual se encarga a la SUbsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) velar por el oportuno y adecuado cumplimiento adoptando las medidas necesarias para llevarla a cabo, al entender que los operadores concentraban frecuencias en deterioro de la competencia.

Como consecuencia del fallo judicial, Subtel debió remitir un Plan Nacional de Espectro al Tribunal de Defensa de la libre Competencia para modificar los topes de espectro.

Por otro lado, en el contexto de un “Plan Nacional 5G para Chile”, en mayo pasado la Subtel publicó una consulta para realizar un concurso de espectro en bandas para tecnología 5G. El concurso se realizaría una vez se ponga término al proceso de topes de espectro que viene llevando adelante el regulador ante el TDLC.

Considerando además la discusión por una mayor demanda del espectro, surgen distintas visiones para cumplir con los objetivos del país ad portas de la llegada de 5G y los procesos que impulsen la denominada cuarta revolución industrial.

Por ejemplo, de acuerdo al informe de Joaquín Poblete, investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería, ISCI, entregado al TDLC, el Plan Nacional del Espectro no debería enfocarse en la entrada de nuevos actores.

El documento establece que las consideraciones más importantes para las autoridades deberían ser: la inversión por usuario, economías de escala estimada y el uso eficiente del espectro, pues, según la investigación de Poblete, y en comparación a las tendencias internacionales, el número de competidores, la presión competitiva y el esfuerzo de inversión, están en un nivel en el que no se pueden esperar mejoras relevantes.

“No podemos esperar que la competencia mantenga a las empresas consistentemente con precios que significan pérdidas. En un mercado competitivo al final del día los precios se determinan por los costos medios, y la autoridad debe estar preocupada de que existan economías de escala y ámbitos que permitan que éste sea lo más bajo posible”, afirma el investigador.

El reto de estos nuevos procesos es el de asignar capacidad para mantener el desarrollo de 4G y 5G, pero también de encontrar nuevos mecanismos que permitan reducir la brecha digital.

Según Poblete, el espectro es un bien escaso, por lo tanto, es importante asignar la frecuencia considerando a los actores que hagan uso efectivo de él, para evitar el caso de empresas que subutilizan el recurso una vez se lo adjudican. Esta acción evitaría la generación de monopolios de servicios específicos en algunas bandas.

“En general el espectro se debiera asignar en función de la rentabilidad privada y social de éste, utilizar las licitaciones de espectro como mecanismo de promoción de entrada de nuevos actores, ha resultado una mala política en la experiencia en otros países y en Chile”, recalca.

Finalmente, 5G Americas concluye que el otorgamiento de espectro radioeléctrico debe proseguir en América Latina, a pesar de la realidad macroeconómica de varios mercados latinoamericanos y un contexto global que aún no termina de recuperarse de la crisis financiera mundial de 2008. De igual forma, advierte que el escenario de la región puede verse afectado también por las subastas multimillonarias que varios mercados centrales realizan en torno a espectro para 5G.

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