Hasta ahora, el récord era de 901,2 kilómetros, conseguido en Bélgica por un modelo P100D compartido por dos conductores. Revisa cómo el Tesla Model S 100D logró sobrepasarlo.

Cromo - El Observador. La autonomía es uno de los principales obstáculos de los autos eléctricos puesto que, a diferencia de los autos a combustible, no acceden con tanta facilidad a puntos de carga. Además, el tiempo necesario para una recarga es mucho mayor.

Sin embargo, la autonomía de estos vehículos se puede optimizar si se utiliza la técnica adecuada. Al igual que ocurre con los autos tradicionales, el truco está en cómo y cuánto se pisa el acelerador.

Con el fin de demostrar esta técnica, la asociación de propietarios de Tesla en Italia se planteó el desafío de romper el record de autonomía de un auto eléctrico comercial, con el Tesla Model S 100D.

Hasta ahora, el récord era de 901,2 kilómetros, conseguido en Bélgica por un modelo P100D compartido por dos conductores.

El equipo italiano utilizó cuatro conductores, los cuales se fueron turnando al volante. Nunca iban todos en el mismo coche, para no aumentar innecesariamente el peso del vehículo.

Tenían claro que no buscaban velocidad sino eficiencia. Se basaron en una técnica conocida como hypermiling, que consiste en conducir a una velocidad constante, sin acelerar ni frenar de golpe.

Esta técnica requiere anticiparse al tráfico y aprovecharse de él, por lo que los conductores deben estar atentos al 100% para evitar frenadas bruscas. Por este motivo es que la tarea se divide entre varios conductores.

Los cuatro condujeron en conjunto 29 horas a una velocidad constante de 40 km/h. El Tesla se detuvo luego de 1.078 kilómetros recorridos, 484 más de lo que dicen las cifras oficiales de autonomía.

El propio Elon Musk celebró en su cuenta de Twitter esta hazaña en la que, por primera vez, un auto eléctrico superó los 1.000 kilómetros con una sola carga.

El hypermiling es una técnica que se puede emplear no solo en autos eléctricos sino también en vehículos con motor de combustión, aunque tampoco es recomendable la obsesión por ahorrar hasta la última gota de combustible.