Operaciones de cientos de miles o millones de dólares se realizan de forma rutinaria a través de breves chats en aplicaciones como Skype, WhatsApp o Zoom, con una escasa certeza de las identidades de los participantes o la base legal de los acuerdos.
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Londres. “Hey, chicos, ¿podríais mostrarme una compra en firme por 100 bitcoin?”, escribe un vendedor en Skype.
"Un segundo. US$10.270"
Dos minutos después: “Lo siento, chicos, era una orden antigua del viernes cuando Skype no funcionaba”.
“Creo que deberíamos dejar Skype. Puede ocurrir algo malo. Alguien va a terminar cometiendo un error de los caros”.
El anterior intercambio de mensajes sobre un posible acuerdo de us$1 millón entre un gestor de activos europeo que busca vender bitcoin y el bróker Joel Fruhman ilustra la naturaleza casual y a menudo caótica de las operaciones con criptomonedas.
Operaciones de cientos de miles o millones de dólares se realizan de forma rutinaria a través de breves chats en aplicaciones como Skype, WhatsApp, WeChat o Zoom, a menudo con una escasa certeza de las identidades de los participantes o la base legal de los acuerdos.
“Terminábamos haciendo una llamada con Zoom con unos cinco ‘presentadores’ que en realidad no sabíamos quiénes eran”, dijo Fruhman, un físico de formación que comenzó a intermediar con criptomonedas en 2018 junto a su hermano Dan en Manchester, su ciudad natal en Reino Unido.
“¿Pero quiénes eramos nosotros? ¿Cuál era nuestra credibilidad?”.
Sin embargo, las operaciones al contado (OTC según sus siglas inglesas), consistentes en la compra y venta de activos a través de un intermediario, está empezando a cambiar.
Se están moviendo hacia la automatización electrónica a medida que el sector de las criptomonedas evoluciona desde una plaza para entusiastas de internet hacia activos financieros emergentes que atraen cada vez más al interés general, según muestran las entrevistas de Reuters con más de una docena de actores del sector.
Este es un cambio fundamental, porque las aplicaciones de mensajería han sido durante años las plataformas predominantes.
Se trata de un frente clave en los intentos por parte de entusiastas de las criptomonedas arraigados en la industria financiera tradicional de llevar a la corriente dominante un sector singular y en gran medida no regulado que nació en la web hace una década como símbolo de rebelión contra lo establecido, ofreciendo a sus usuarios un quasi-anonimato.
Las operaciones OTC gozan del favor de grandes inversores como los “hedge funds” o fondos de alto riesgo porque las plataformas de negociación de criptodivisas suelen tener poca liquidez y las grandes órdenes de compra y venta pueden mover el mercado.
Pero la opacidad del proceso de mensajería y su impracticabilidad para usarlo a gran escala, amén de los fallos que podrían causar el “caro error” que advertía Fruhman, lo dejan plagado de riesgos.
Actualmente, al irse estrechando los diferenciales entre los precios de compra y venta para órdenes inmediata por la creciente liquidez en los mercados de criptomonedas, los operadores OTC y los creadores de mercado intentan alejarse de los chats poco sofisticados y ofertar cotizaciones electrónicamente, con su ejecución y liquidación automatizadas.
“Las cosas se han desplazado rápidamente hacia el comercio electrónico”, dijo George Zarya, consejero delegado de la plataforma londinense de criptodivisas BeQuant, que también supervisa una mesa al contado y está pensando cambiarla hacia la automatización.
“Cualquier cosa líquida - sea un bitcoin o un ethereum - en estos mercados se volverá electrónica. Es el camino natural por el que ya han pasado los mercados tradicionales”, añadió.
Los volúmenes globales de negociación con criptomonedas son muy erráticos. Durante el último año, sólo el bitcoin, la mayor criptomoneda con diferencia, ha visto volúmenes diarios de entre US$900 millones y US$3.000 millones, según la consultora Coin Metrics.
Los operadores calculan que el mercado al contado representa normalmente entre el 10% y el 30% del volumen global diario.
El mercado OTC floreció a medida que el valor de bitcoin se disparaba durante la burbuja de 2017. Fue entonces cuando los mineros de bitcoin, algunos inversores ricos, fondos de alto riesgo y empresas del sector de las criptodivisas se volvieron más activos en el mercado.
Aunque el incremento de la automatización parece inevitable, las mesas de trading al contado podrían estar en un aprieto porque algunos clientes son reacios a deshacerse de las relaciones personales que han establecido con sus corredores y de las aplicaciones que utilizan para comunicarse.
Para los hermanos Fruhman, las relaciones personales seguirán siendo la clave. “El plan es ir hacia una plataforma automatizada, donde podrán solicitar cotizaciones en nuestro sitio web”, dijo Dan. “Pero lo interesante es que a mucha gente le gusta la interacción de persona a persona”.
“No se trata de un simple ‘like’”, dijo Joel rápidamente. “Si estás con una operación de US$20 millones, no estás solo pulsando un botón. Lo que quieres es impulsar el precio, quieres sentirlo tener una sensación, igual hasta interrumpirlo”.
“Creo que siempre habrá este componente humano en las operaciones OTC para los clientes institucionales”.
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