Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia, España, desarrollaron un prototipo que identifica los sentimientos y las emociones de las personas con las que interactúa.
Inscríbase en nuestros newsletters
“Se ha vuelto terriblemente obvio que nuestra tecnología ha superado nuestra humanidad”, dijo alguna vez Albert Einstein. Su reflexión, que en ese momento criticaba el uso inadecuado, guerrerista y bélico, del progreso científico, hoy es cada vez más necesaria. Ni siquiera el genio del siglo XX, que había transgredido los límites conocidos de la ciencia, se imaginó que las máquinas y los robots, algún día, aprenderían a sentir.
Hasta hace pocos años, el tópico recurrente de la ciencia ficción no parecía estar cerca de convertirse en realidad. Sin embargo, esta semana, investigadores españoles y portugueses anunciaron la creación de un modelo de robot que puede identificar las emociones y los sentimientos de los seres humanos con los que interactúa.
Como aseguró Vicente Julián, investigador del grupo de tecnología informática e inteligencia artificial de la Universidad Politécnica de Valencia, España, en una entrevista con Agencia EFE, el robot pretende enriquecer el conocimiento del entorno que lo rodea y mejorar su relacionamiento con los humanos.
"Si el robot tiene como objetivo mantener entretenidos a un grupo de niños, a partir del estado de ánimo del grupo puede decidir actuar de forma específica sobre aquellos jóvenes que emocionalmente se encuentran más alejados del grupo y de esta forma tratar de homogeneizar el estado emocional del conjunto", explicó.
Antes de este descubrimiento, un investigador de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, España, había diseñado un sistema similar, basado en inteligencia artificial, capaz de dotar a las máquinas de emociones sintéticas para que tuvieran más autonomía a la hora de relacionarse con las personas.
El objetivo del proyecto de José Luis Salmerón era crear robots que se adaptaran o anticiparan a las emociones humanas, e incluso tuvieran sentimientos propios. De acuerdo con Salmerón, un robot podría, por ejemplo, sentir hambre si tuviera un nivel bajo de energía, o experimentar alegría tras realizar correctamente su trabajo.
Sin embargo, el robot desarrollado en la universidad de Valencia va un paso adelante. El nuevo prototipo incorpora una pantalla que refleja su estado emocional, y contiene sensores de radiación infrarroja, una cámara para la identificación de las personas, y un especie de minicerebro que le permite almacenar la información e interactuar con más fluidez con los humanos.
"El resultado de la monitorización de emociones se utiliza de una manera innovadora en la que se pretende identificar uno o varios estados emocionales de un grupo de personas y cómo estos estados se propagan a lo largo del tiempo. El robot interpreta dichos cambios emocionales y los utiliza en su toma de decisiones", añadió Julián.
- Palabra Clave
- Robótica
Comentarios