En los últimos años los drones han emergido como una nueva forma de entretención: un espectáculo de luces en el aire más versátil y ecológico.
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Por Pablo Bejerano para ThinkBig. Los fuegos artificiales son a día de hoy uno de los principales espectáculos de luces y sonido para las grandes fiestas. De todo tipo. Desde las fiestas patronales de los pueblos a grandes a celebraciones, pasando por fechas señaladas, como el comienzo del Año Nuevo. Claro que su uso tiene un factor cultural, pero están lo suficientemente extendidos como para considerarlos un divertimento universal.
Y aquí es cuando entran los drones en tromba. Más bien en enjambre, pues así como se denomina a un alto número de estos dispositivos volando de forma coordinada. Los espectáculos de luces que son capaces de cristalizar estas aeronaves se han convertido en una alternativa a los fuegos artificiales.
A lo largo de los últimos años se han ido superando los récords de cifras una y otra vez. En 2015 Intel ya logró poner en el aire 100 drones , que volaron de forma coordinada. Se trataba de un experimento, solamente una demostración de fuerza, para comprobar hasta dónde se podía llegar.
Se podía ir mucho más allá, como quedó demostrado pronto. Un año más tarde, a finales de 2016 Intel quintuplicaba la cifra de drones en vuelo simultáneo. Ahora las pruebas habían quedado atrás y se podía saltar a la comercialización de la solución. En el descanso de la Super Bowl los drones amenizaron a los espectadores con una escenificación sobre el cielo nocturno.
Poco tardó la carrera en tener a otro fuerte competidor. Solo unos meses más tarde, la firma china Ehang (fabricante también de uno de los primeros taxi-dron) realizó un espectáculo prodigioso para celebrar el Nuevo Año Chino. Se pusieron en el aire 1.000 dispositivos , que formaron figuras diversas, relacionadas con la festividad.
Una alternativa a los fuegos artificiales viable
A partir de este momento se ha empujado el récord hacia delante intensamente. En los pasados Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang, en Corea del Sur, Intel desplegó 1.200 drones a la vez. Dibujaron los anillos olímpicos en la noche coreana, aunque lo hicieron en diferido esta vez, para mayores garantías.
En China, el país donde nacieron los fuegos artificiales allá por el siglo IX de nuestra era, se batió el récord un poco después. Aunque con algunas deficiencias en la ejecución de la maniobra, Ehang puso en el aire 1.374 drones. El espectáculo fue una exhibición en la ciudad de Xi'an, con motivo del Día del Trabajador.
El vuelo de enjambres de drones había pasado en poco más de un año de ser una maniobra experimental a un espectáculo altamente valorado. Y en China las cosas irán a más. Este año las autoridades prohibieron el uso de fuegos artificiales para celebrar el Nuevo Año Chino en 400 ciudades. ¿El motivo? La contaminación, un factor que condiciona muchas decisiones últimamente en el país asiático. Cabe esperar que este tipo de prohibiciones se extiendan, dejando un terreno fértil para la entrada de los drones.
Por el momento el último récord lo ostenta Intel. Para su 50 aniversario, que la compañía celebró en el mes de julio, echó a volar 2.000 drones. Estos dibujaron el logo de Intel en el cielo nocturno, enmarcado por el número 50. Los dispositivos son, en definitiva, una solución más versátil que los fuegos artificiales para crear formas en el cielo. Pero además constituyen un camino más ecológico para celebrar espectáculos nocturnos de luces.
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