Los observatorios -privilegiadamente ubicados al norte del país- se han cerrado por primera vez en varias décadas, en atención a los riesgos de un posible contagio entre los visitantes internacionales y el personal científico.
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Los telescopios emplazados en el norte de Chile que escudriñan el cielo buscando respuestas sobre algunas de las preguntas más fundamentales del universo que también han sido víctimas de los trastornos masivos provocados por el coronavirus.
Los observatorios ubicados cerca de la ciudad costera de La Serena y en los desérticos cerros más al norte del país se han cerrado por primera vez desde que algunos abrieron hace varias décadas, en atención a los riesgos de un posible contagio entre los visitantes internacionales y el personal científico.
Sean Dougherty, director de ALMA, ubicado en las alturas del Desierto de Atacama, dijo que el cierre es “una decisión sin precedentes”, pero necesaria para resguardar el bienestar y la salud de todos los que trabajan ahí.
“Un equipo continúa trabajando en el observatorio para mantener operativos los sistemas vitales de los telescopios y garantizar que estaremos listos para reiniciar las operaciones cuando sea posible”, dijo en un comunicado enviado a Reuters.
Los equipos de investigación, que suelen trabajar en turnos entre los observatorios y sus hogares en ciudades cercanas o la capital, Santiago, también se vieron perjudicados por vuelos cancelados, cuarentenas y toques de queda en todo el país.
El cierre de los observatorios implica posibles retrasos en investigaciones críticas para los equipos internacionales que utilizan material generado por los telescopios, dijeron a Reuters los jefes de las instalaciones.
Chile, con cielos limpios y secos gran parte del año en las regiones del norte, aspira a concentrar esta década el 70% de la actividad astronómica mundial. En los últimos años sus telescopios han contribuido a importantes hallazgos internacionales, como el del equipo que el año pasado reveló la primera imagen de un agujero negro.
El doctor Steffen Mieske, jefe de operaciones científicas en el observatorio Paranal de gestión europea, cerca de la ciudad de Antofagasta, dijo a Reuters que las labores fueron reducidas tras el devastador terremoto de Chile en 2010 y durante las protestas sociales del año pasado, pero nunca cerraron en 21 años de operación.
“Todos los proyectos de modo visitante, por ejemplo los científicos que vienen a observar típicamente del extranjero, durante abril y mayo fueron cancelados”, declaró, agregando que otras modalidades de investigación también serán afectadas como las observaciones que sus astrónomos realizan para otros investigadores.
La astrónoma Karla Peña, académica de la Universidad de Antofagasta, dijo al diario El Mercurio que tendría que dejar para después su investigación en el observatorio Las Campanas, en la región de Atacama. “El problema es que los objetos son solamente visibles en ciertas ventanas de tiempo”, lamentó.
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