Las herramientas e inversiones están. Sin embargo, no bastan para obtener verdaderos réditos en los negocios. Conozca las revelaciones de un estudio que analizó esta compleja situación.
En estos días, basta con que salga un nuevo producto o servicio tecnológico atractivo para que millones de usuarios de todo el mundo se sumen a la ola de descargas para incorporarlas en sus dispositivos y compartirla con sus contactos. Las redes sociales, los servicios de mensajerías y las aplicaciones en general están liderando esta nueva tendencia de consumo entre las personas. Sin embargo, ¿sucede lo mismo si trasladamos esto a la lógica empresarial? ¿Qué tanto provecho le sacan las empresas a las herramientas tecnológicas que pueden agilizar su operación y sus negocios?
Interrogantes como esas fueron las que se plantearon desde gA, una firma global especializada en transformación de negocios en Latinoamérica, que presentó el reporte “América Latina 4.0: la transformación digital en la cadena de valor”, producido por el Centro para la Transformación Digital de la compañía, bajo la dirección académica de Raúl Katz, Director de Investigación de Estrategia Empresaria del Columbia Institute for Tele-Information, de la Universidad de Columbia.
El estudio ofrece información y análisis centrado en Latinoamérica, lo que permite entregar una visión altamente conectada con el mercado de la región y los retos que los ejecutivos en América Latina están experimentando. Para eso, se basa en información recopilada de importantes empresas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México pertenecientes a siete sectores industriales: Retail, Bienes de Consumo, Recursos Naturales, Manufactura, Ciencias de la Salud, Servicios Financieros, Telecomunicaciones, Transporte y Logística.
Así, el informe concluyó que en Latinoamérica, la transformación digital sigue siendo un reto importante para las empresas. En los próximos años, la región crecerá a un ritmo más lento que en la década pasada, como consecuencia de la baja mundial en el precio de los commodities, por lo que necesita enfrentar el desafío de la productividad y competitividad industrial mediante una asimilación intensa de tecnologías digitales. Según el estudio, aunque el nivel de adopción de tecnologías digitales es alto entre las industrias, su impacto en la cadena de valor sigue siendo bajo.
“Hasta ahora, y pese a una adopción extremadamente elevada de tecnologías digitales (por ejemplo, América Latina es la región del mundo que más intensamente utiliza redes sociales en relación a la penetración de Internet), su contribución al crecimiento de la productividad sigue siendo bajo. Esto ocurre porque para digitalizar la producción no es suficiente invertir en equipamiento”, comentó Raúl Katz, Director académico del estudio.
“En otras palabras, para mostrar mejoras en la productividad, es necesario que la adopción de tecnologías digitales se combine con un trabajo meticuloso de reorganización de procesos, restructuración de la organización y capacitación de los recursos humanos. Para subrayar, los viejos modelos operativos, en su mayoría prevalentes en la región, ya no son viables, incluso luego de adquirir tecnologías digitales del primer nivel. Implementar estas tecnologías por sí solas no resuelve la cuestión, sino que es necesaria la transformación entera del modo de hacer el negocio”, añadió.
Sin ir más lejos, la consultora Gartner también predice que los CIOs cometerán errores e implementarán las capacidades bimodales (es decir, la habilidad que combina sólidas herramientas convencionales de las TI con la posibilidad de hacer frente a la incertidumbre y la necesidad de agilidad requerida) de forma incorrecta o incompleta, lo que puede crear más inconvenientes que ventajas.
¿Se puede evitar esto? Carlos Bustos, country manager de Red Hat Chile, considera: “Hay cosas que no cambian. Hay que prepararse, hacer las cosas con tiempo y lograr que la organización (las personas) acompañen este cambio y sean parte de él. Que al mismo tiempo se desarrollen los nuevos procesos de negocios para soportar esta nueva organización digital. Estos procesos duran al menos entre dos y tres años”.
“Si de un análisis temprano se trata, uno se da cuenta que no tiene los recursos necesarios para impulsar esta transformación necesaria para el negocio, mi recomendación, es apoyarse en un partner que lo ayude a hacerlo”, agrega el ejecutivo.
Ante tal panorama, conversamos con el director académico del estudio, Raúl Katz, para conocer más sobre los alcances del estudio y dimensionar el avance de Latinoamérica en este aspecto.
-¿Qué países observan como más avanzados o consolidados en la digitalización de sus empresas?
-Hay dos que se destacan con claridad: Colombia y Chile. Ambos países se presentan más avanzados en materia de digitalización en todos los sectores productivos, pero especialmente se destacan en los sectores de procesos industriales productivos de Manufactura, Salud, Comercio minorista (Retail) y Servicios Financieros.
-¿Consideran un riesgo muy grande la actual recesión económica de cara al avance de la digitalización (inversión) en los próximos años?
-No lo consideramos ya que la inversión en tecnología ya fue hecha en el transcurso de estos años (hoy estamos en un ciclo expansivo), por lo que ahora no se trata, necesariamente, de seguir invirtiendo al mismo ritmo, sino hacer los cambios organizativos y en los procesos de negocio para asimilar y tornar productiva la inversión realizada en los últimos años. Aun cuando existiese un leve retroceso en el ritmo de inversión de la empresa con respecto a la adquisición tecnológica, eso no tendría que afectar la digitalización.
-¿Están las empresas conscientes del escaso aporte a la productividad de sus herramientas digitales?
-Todo depende por supuesto de la organización. La conciencia sobre el aporte tiene que ver con el grado de preparación que tenga la compañía en reconocer la importancia que tiene la digitalización para el aumento de su productividad. El estudio tiene un análisis a partir de la encuesta a empresas de la región que ha arrojado en sus respuestas que un 40% de las empresas participantes (medianas y grandes) reconocen la importancia que tiene la digitalización en el incremento de su productividad, el resto sin embargo no lo ve como una palanca fundamental.
-¿Observaron diferencias en los niveles de desarrollo entre las empresas de origen o capital latinoamericano y las de otras regiones?
-Sí, en general las empresas multinacionales o con capital extranjero fuera de la región se benefician porque, en muchos casos, el ritmo de innovación está siendo generado en sus casas matrices y a partir de ello trasladado a sus subsidiarias en América latina, o sea, es claro el beneficio que reciben del ritmo innovador de sus casas matrices. Por su parte, las empresas “latinas” (sean multi-latinoamericanas como nacionales de un solo país) no muestran un beneficio tan importante y ese es su desafío: cómo acelerar el ritmo innovador pero sin el beneficio de lo que está sucediendo en los mercados más desarrollados.
Finalmente, el country manager de Red Hat Chile apunta que un aspecto esencial a destacar es que esta transformación es un tema de negocios; es decir, la tecnología acompaña al negocio en la medida en que este lo va requiriendo. “En los últimos años, hemos visto empresas que nacen digitales y crecen a ritmos muy altos posicionándose como líderes de mercado muy rápidamente. Son justamente estas empresas y su forma de hacer TI la que tenemos que observar para entender hacia dónde tiene que ir nuestra organización en su transformación digital. Son empresas que tienen una TI ágil, eficiente, elástica con plataformas instaladas en la nube y la gran mayoría de ellas utiliza herramientas de código abierto”.
Algunos datos destacados del reporte muestran:
-Mientras que la mayoría de las empresas (75%) cuenta con alguna forma de estrategia digital, su nivel promedio de preparación para implementarla apenas alcanza el 46%.
-Casi el 50% de los ejecutivos entrevistados admitió que las iniciativas digitales están aisladas, en lugar de extenderse a lo largo de la organización.
-Las industrias con mayores avances en la digitalización son las de servicios, especialmente salud, finanzas y telecomunicaciones, las cuales alcanzaron un grado de sofisticación superior; mientras que las extractivas, en particular minería, petróleo y gas, están avanzando a paso más lento.
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