Esta es la primera ocasión que tengo la oportunidad de probrar una unidad en estado sólido en la vida real. Claro, muchas veces he visto ejecutar benchmarks, análisis técnicos y pruebas de todo tipo en demostraciones con productos en equipos nuevos, o aquellas que son en ambientes cuidadosamente preparados por el fabricante o distribuidor, pero en este caso, me enfrenté a un SSD en la forma más personal posible: utilizando mi propio computador.

Por lo mismo, este review no se tratará en su mayoría de la clásica aproximación para analizar hardware, es decir, en lugar de probar el dispositivo en la manera usual, meteremos las manos al barro y reponderemos la pregunta de moda: ¿es realmente mejor un SSD a un HD tradicional? y por supuesto la de fondo: ¿es el KC300 el indicado para mí?

Especificaciones técnicas

La unidad de prueba es un SSD de 240 GB SATA Rev 3.0, con velocidades de lectura secuenciales prometidas de hasta 525 MB/s y de escritura de hasta 500 MB/s. Y para quitar la duda de en medio inmediatamente: sí, cumple. El hardware pesaa 86 gramos y es de 2,5 pulgadas, con una altura de 7 milímetros, lo cual no es el estandar en algunos equipos. Sin embargo, la versión "upgrade kit" incluye un adaptador que soluciona cualquier problema de compatibilidad. En el mercado Latinoamericano, es posible encontrarlo entre 60 GB y 240 GB. Al igual que en todos sus produtos, Kingston ofrece soporte técnico y garantía por tres años. Aquí el resto de los datos técnicos:

Protección de datos: DuraClass

Motor de compresión: DuraWrite

Interfaz: SATA Rev. 3.0 (6Gb/s) – con compatibilidad de SATA Rev. 2.0

Capacidades: 60 GB, 120 GB, 180 GB, 240 GB, 480 GB

Controlador: SandForce-SF2281

Maximo de lectura/escritura aleatoria 4k: 60GB: 84,000/ 64,000 IOPS 120GB: 84,000/ 64,000 IOPS 180GB: 84,000/ 64,000 IOPS 240GB: 84,000/ 52,000 IOPS 480GB: 73,000/ 32,000 IOPS PCMARK® Vantage HDD Suite Score: 57,000

Gasto energético: 0.6 W (MAX) classle / 1.4 W (MAX) Read / 2.9 W (MAX)

Expectativa de vida: 1 millón de horas MTBF

TBW: 60GB: 47TB 120GB: 94TB 180GB: 141TB 240GB: 188TB 480GB: 375TB

Cada una de las ediciones está disponible tanto por sí misma como en un kit que incluye un software de clonación, adaptadores de PC para escritorio y para dispositivos de 9mm, cables SATA, convertidor molex a SATA y lo mejor de todo, un cofre-adaptador que permite acondicionar el antiguo disco duro como una unidad externa de almacenamiento. En la gran mayoría de los casos, es recomendable adquirir el kit completo, que sólo cuesta US$20 por sobre la unidad sola.

El análisis de esta unidad fue en el uso diario de mi propia máquina, un laptop de entrada con un año de antiguedad, potenciado por AMD Vision, 4 GB de RAM y batería de 6 celdas y 5200 mAh. El sistema operativo es Windows 8 Pro. Es decir, un dispositivo de gama baja en estándares de hoy.

Instalación

Durante este año, los precios de los dispositivos de almacenamiento en estado sólido han bajado dramáticamente de precio, y muchos laptop de alto rendimiento los utilizan como un dispositivo de arranque. Pero lo que es importante saber, es que no todos los SSD son iguales, y aunque tengan la misma capacidad de almacenamiento, las velocidades y durabilidad varían enormemente.

Por lo mismo, las marcas se han esforzado en simplificar estas elecciones y al mismo tiempo poner estas unidades al alcance de cualquier nivel de habilidad técnica.

Con el kit de instalación y una versión reciente de Windows o Mac, es posible clonar los datos de un disco principal gracias al software booteable. Este es un proceso que dependiendo de la cantidad de datos del disco de orgien, puede tardar entre 15 minutos y un par de horas, pero que no requiere un nivel elevado de conocmientos técnicos. Incluso sin las instrucciones es brutalmente simple: basta sacar el disco original, insertar el nuevo, poner el CD incluido y pedirle al PC que arranque desde aquel disco. Con el cofre-adaptador, conectar el antiguo disco a través de USB e indicarle al software que incie la clonación. Luego queda esperar.

Una vez terminado ese paso, basta desconectar la unidad antigua y retirar el CD, para que el PC inicie desde el nuevo disco.

Nunca está de más decir que si este proceso ocurre sin inconvenientes, no hay pérdida de datos, e incluso el sistema operativo queda funcionando sin configuración necesaria.

Rendimiento

Las mejoras son sustanciales. El arranque en mi laptop aumentó de velocidad lo suficiente como para que ni alcance a ver la opción de entrar a la BIOS, y el PC es usable en tan solo 7 segundos desde que presionas el botón de encendido. Comparado a los cerca de 18 a 20 segundos que tomaba anteriormente, es muy fácil de notar.

Copiar archivos de una carpeta a otra toma segundos, incluso al traspasar grandes bloques como películas o videojuegos. Abrir documentos y software local también aumenta de velocidad, al punto de que los pantallazos de incio en software de alto consumo como Photoshop tardan la mitad que antes. En el caso de aplicaciones más livianas como la suite Office, el cambio es también muy notorio.

Antes de realizar este review, le di una vuelta a mi antiguo disco para comparar en forma más inmediata y los cambios se hacen aún más patentes.

Duración de la batería

Esto es algo que no hubiera notado si no fuera porque olvidé llevar el cargador del laptop a un viaje de un día completo. Es fácil apreciar la mejora: Esta unidad se trata de hardware mucho más eficiente en cuanto a consumo energético. El notebook dura cerca de una horas más con brillo intermedio, conectado a Wi-fi y realizando tareas no intensivas, como navegar en internet o editar documentos.

Presionando más al computador, en máximo brillo y ejecutando películas u otro contenido más intenso, la duración es menor, pero de todas maneras mejor que en el disco convencional, durando cerca de media hora más (suficiente para terminar la película).

Seguridad y durabilidad

La unidad KC300 de Kingston cumple con los estándares de seguridad y funcionamiento de nivel corporativo, además de tecnología propietaria que le debería otorgarle una mayor durabilidad y vida útil que los similares de la competencia.

Siendo un dispositivo orientado al público de mayores exigencias a nivel de seguridad y durabilidad, añade opciones que no existen en otros dispositivos dentro del mismo rango de precio.

Versus un disco duro tradicional

Ya que la relación precio/MB en un disco tradicional es mucho más conveniente, la mejora en rendimiento debe ser lo suficientemente sustancial para ser conveniente. En el caso del KC300 al menos, eso sin duda se cumple. Además, con la opción que permite el kit de transformar nuestra antigua unidad en un dispositivo externo y portatil, evita que se pierdan megabyes realmente. El kit también permite poner la unidad SSD en su interior y que opere como almacenamiento externo, pero considerando los costos y oportunidades, conviene más como la unidad principal de arranque, ya que las mejoras en el computador son mucho más valiosas que una simple unidad externa de alta velocidad.

Resumen

Una unidad en estado sólido permite aumentar la vida útil de un computad or más antiguo, y por eso ya vale su precio. Es totalmente recomendable como almacenamiento principal y dispositivo de arranque, ya que utilizar un SSD como unidad externa ciertamente no produce cambios tan significativos.

En particular, la KC300 es un excelente producto de Kingston, sobre todo considerando que se puede comprar en un kit de actualización que contiente todo lo necesario para migrar los datos del disco anterior al nuevo, sin perder los GB del viejo disco duro. Los altos estándares de seguridad y durabilidad son un detalle que para muchos puede ser clave, sobre todo en ambientes corporativos o para usuarios avanzados.

La facilidad para instalar la unidad es sorprendente, y luego de unos días de usose hace imposible volver atrás. Poder utilizar un computador de gama baja en estándares actuales en menos de 7 segundos después de encenderlo, demuestra que la calidad de nuestros dispositivos de almacenamiento es tan importante como la calidad del procesador y de la RAM.