Durante una semana pudimos interactuar con el Galaxy S10 +, un smartphone que impulsa nuevamente el techo en la gama alta, que hace olvidar al iPhone Xs y que le planta cara a Huawei.

Trimestre inicial del año y la competencia por lograr el mejor smartphone del 2019 -se sabe- no dará treguas. Así, el primer gran actor en salir a escena debe apostarlo todo para evitar el riesgo de ser sobrepasado en las semanas o meses posteriores. Y es en ese marco en el que se presentó el gama alta de la serie Galaxy S de Samsung.

Durante una semana pudimos interactuar con el Galaxy S10 +, un smartphone que impulsa esta gama al tope, que hace olvidar al iPhone Xs y podría superar incluso al Mate 20 Pro de Huawei.

Los puntos más fuertes: pantalla y procesamiento

Indudablemente, el diseño y la pantalla sobresalen en este equipo. El S10+ integra un display Dynamic AMOLED curva Full HD+ de 6.4 pulgadas, la más avanzada de Samsung lograda hasta ahora. Al experimentarla, no es de extrañar que haya obtenido el título de mejor pantalla por el estudio DisplayMate, pues brinda colores más brillantes y gran nitidez que se evidencia en los videos e incluso en las fotografías que tomes. Esto se explica también por la inclusión de la tecnología HDR10+, la que permite obtener contenido multimedia de alta gama mecánica.

Las bondades de la pantalla son bien aprovechadas también gracias al diseño. Samsung ha dicho adiós al notch; ha reemplazado esa pestaña por una perforación justa para la inclusión de una doble cámara frontal. Es decir, el display ahora es más infinito que nunca, pues los bordes también están reducidos al mínimo. Además, el cristal es resistente con Gorilla 6. El resultado de esto es una visualización más que satisfactoria, especialmente para tus videos preferidos.

Finalmente, un nuevo integrante de este componente es la incorporación de un lector de huellas dactilares ultrasónico 3D. Con esto, se pone a la altura de otros fabricantes como Huawei, pero la experiencia no fue del todo satisfactoria. Al igual que el reconocimiento facial, al cabo de una semana el equipo no fue infalible para activarse con los datos biométricos. En la mayoría de los casos funcionó, pero no era raro tener que acudir el patrón tradicional para iniciar la navegación. Probablemente, con más tiempo de uso, eso tenderá a mejorar.

Otro aspecto que impulsa a este equipo es su rendimiento. Partiendo por la batería, es iluso pretender que smartphones de esta gama alcancen los dos días de duración, sobre todo porque los usuarios de estos móviles son exigentes. Por eso, los 4100 mAh del S10+ son destacables, ya que responderán a más de una jornada de exigencias. Es decir, si al término de un día laboral tienes otro panorama que se extenderá por largas horas en la noche, no será necesario cargarlo. Lo mismo si lo necesitas para empezar el día siguiente: podría resistir hasta mediodía con un uso alto/moderado. Donde no es tan eficiente es en su carga rápida. Sobrepasa por lejos al iPhone, pero no a la del Mate 20 Pro.

La segunda parte del rendimiento lo otorga su potencia de procesamiento. Aunque a estas alturas, en este nivel de equipos, difícilmente alguno quede corto, el S10+ es generoso al ofrecer 8GB de RAM y 512GB de almacenamiento. Pero también existe la versión superior con 12GB de RAM, 1TB de almacenamiento y como broche de oro, un cuerpo cerámico que le da el toque moderno, pero sin perder elegancia. En cuanto a su procesador, contamos con un Exynos 9820 Octacore.

Entre los otros aspectos positivos en el teléfono están su sistema de audio que, literalmente, hace ruido gracias a un parlante stereo Dolby ATMOS. A nivel de software, complementa Android Pie 9.0 con una capa personalizada denominada One UI, una nueva interfaz que pretende simplificar la navegación para optimizar las funciones de manera de obtener mayor naturalidad y concentración en lo que más usas. Está recién estrenado, por lo que hay que esperar cómo madura, aunque a primeras luces, es amable y poco invasivo.

Algunos peros

Hay que recalcarlo. Hablamos de un smartphone al tope de línea, por ende, ninguna de sus prestaciones palidece por completo, pero sí es necesario hacerle algunos alcances. La cámara, por ejemplo, mejoró bastante. Es una configuración triple en la parte trasera: un teleobjetivo y un gran angular de 12MP cada uno, otro ultra ancho de 16MP y un zoom óptico de hasta 10X.

Gracias a esto podemos acceder a fotografías más amplias con el gran angular y un zoom que no cede nada en calidad, al menos en 2x. Las imágenes obtenidas te entregan colores realmente atractivos y nítidos. Pero entonces, ¿qué podría mejorar? Las tomas nocturnas. Así como de día destaca incluso por sobre el Mate 20 Pro (sindicado como el móvil con mejor cámara), de noche no logra el mismo efecto.

Fotografía en modo gran angular

La cara frontal, por su parte, es dual de 12MP y lente de profundidad RGB de 8MP.  De acuerdo con DxOMark es la mejor del mundo para dispositivos móviles, lo cual es notorio al exponerte a selfies. Obtendrás buenos resultados.

Sin embargo, el gran pero no lo encontramos en el mismo teléfono, pues este ocupa la posición más alta entre lo que ofrece el mercado. Pero esto mismo te lo hacen saber con el precio. Como referencia, el S9+ se presentó a casi US$850. En tanto, la décima generación recién estrenada lo hizo a un valor internacional de base de US$999. 

En conclusión, con el Galaxy S10+, estarás pagando por un smartphone que tomó el liderazgo del mercado a inicios del año. Incorpora tecnologías que lo hacen ponerse a la par del Mate 20 Pro de Huawei (elegido como mejor teléfono de 2018): el lector de huella en pantalla, carga inalámbrica para otros dispositivos desde el mismo terminal y una cámara triple con gran angular, por nombrar algunos. A nivel de diseño y pantallas, incluso podemos decir que lo supera. 

Sin duda, es un equipo que se luce por méritos propios. Pero, claro, queda la interrogante de si podrá salir tan bien parado contra la generación 2019 de Huawei que se presenta en estos días. ¿Logrará el S10+ mantenerse competitivo contra el P30 Pro? No hay que esperar mucho tiempo para dilucidarlo.