Estos inventos tienen auténticos despropósitos que pretenden ser revolucionarios pero, al contrario de lo que desean sus creadores, quedan en absoluto ridículo.

Por Antonio Sabán para Think Big. Año a año, el CES de Las Vegas se consagra como la mayor feria electrónica del planeta, a mucha distancia de otras como la IFA de Berlín. Por ello, además de grandes propuestas de los mayores fabricantes exceptuando a Apple, que ni está ni se le espera, es muy común encontrar auténticos despropósitos que pretenden ser revolucionarios pero, al contrario de lo que desean sus creadores, quedan en absoluto ridículo.

Las razones son variadas, estética, usabilidad, inteligencia donde no debe haberla… Hay para todos. También hay productos muy buenos que simplemente sorprenden por lo distintos que son del resto y lo inesperada que resulta su presentación.

Los calzoncillos anti Wi-Fi

Nada mejor que un producto pensado para aprovechar el miedo generado por teorías científicas sin rigor, lo que, efectivamente, las hace formar parte de pseudociencias. Con las ondas de las redes Wi-Fi (y de cualquier tecnología innovadora que funcione de forma inalámbrica) siempre existe un runrún que básicamente afirma que son cancerígenas. Tomando esto en consideración, los calzoncillos Spartan prometen liberarte de sufrir cáncer en los genitales a causa de redes Wi-Fi, algo que de momento, y tras numerosos estudios, nunca se ha demostrado ser necesario. Las ondas no son ionizantes, es decir, que no tienen la suficiente potencia como para producir daños. Es sí, si pese a todo ello alguien quiere adquirirlos, al menos las ondas no pasarán.

Hushme

Hushme es una máscara de voz pensada para que las conversaciones privadas no molesten a las personas de alrededor, o bien se mantenga la privacidad en las conversaciones. Es decir, funciona como un silenciador para la voz que aislará, por ejemplo, a trabajadores en una oficina. Saldrá al mercado por un precio de unos US$200.

El drone para selfies

Con el boom de los selfies,  los principales fabricantes de fotografía comenzaron a centrarse en mejorar las cámaras delanteras para conseguir mejores tomas desde el frontal. Con ello llegaron términos de marketing como los groufies, acuñado por Huawei para llamar a los selfies en grupo. Este drone con cámara de 13 megapíxeles con grabación en vídeo 4K presentado estos días no puede no formar parte de las locuras tecnológicas del CES 2017. A buen seguro, evitará alguna “muerte por selfie“. Su precio, US$599.