Pymes en el e-commerce: modelos a escala armados a la altura de los grandes

Por en Empresas & Startups

"Este es el trabajo que han realizado muchas de las pymes que han logrado subirse al carro electrónico de compras: contratar soluciones empaquetadas, simples de implementar y con precios accesibles. Estas piezas son distintas en cada parte de la cadena que conforma la venta online".

*Por Sebastián Ojeda, CEO de Beetrack

Jugar a armar, desarmar y rearmar cosas es una de las grandes fascinaciones de los niños y también de adultos. Tanto, que regalos como los clásicos Legos son infaltables en cada Navidad o cumpleaños. Estas cajas llenas de piezas de diferentes tamaños y colores permiten construir todo tipo de estructuras infinitas veces, de acuerdo con la imaginación o el juego del momento. Y también tienen un componente importante de desarrollo de habilidades. Además de ayudar a potenciar la motricidad fina, a tener mayores nociones del espacio y a distinguir formas variadas, también enseñan que, si se sabe unir las piezas disponibles, se puede construir lo que sea que se necesite, en mayor o menor medida. 

Este aprendizaje es una forma de graficar el proceso que están viviendo las pymes frente al desafío de integrarse al comercio electrónico, sobre todo en 2020, un año en que esta opción se convirtió en una urgencia para poder subsistir en medio de la pandemia y los confinamientos a nivel mundial. Durante meses, las compras presenciales no fueron una posibilidad para el comercio y, sumado a eso, una crisis económica mundial se perfilaba como el escenario más posible en el futuro. Para una empresa pequeña o mediana, sobre todo en estas circunstancias, la regla es simple: vender o morir rápidamente. Es por eso que, para muchos, el mundo digital se transformó en un paso, que aunque se hubiera aplazado en el pasado, ahora había que dar sin cuestionarse. 
 
La entrada de estos actores ha sido importante, así como también las ventas a través de estas plataformas, que experimentaron en los meses de pandemia un salto de años en su nivel de demanda. En este sentido, también fue un desafío para las grandes empresas que vieron incrementada de forma histórica sus ventas por estos canales y que debieron adelantar sus planes de mayor presencia, oferta extendida y eficiencia para no perjudicar ni retroceder en términos de experiencia de usuario, un factor fundamental y decisivo en el mundo del e-commerce.
 
De acuerdo con cifras del Ministerio de Economía, 163 mil pequeñas y medianas empresas pudieron digitalizarse este año, y han logrado relacionarse con sus proveedores y clientes a través de Internet. Por su parte, un estudio elaborado por WOM en torno a la digitalización de las pymes asegura que el 51% de los emprendimientos a nivel nacional cuenta actualmente con un sitio web, y de ellos el 38% implementó un carrito de compra en él. Pese a la gran migración en relación con períodos anteriores, el camino por recorrer aún es largo para muchos de ellos. Y en él, además del proceso de transformación digital que implica y que ya parece ser desafío suficiente, se debe sumar el de ser competitivos frente a grandes compañías que llevan más tiempo en el comercio electrónico y tienen más recursos. 

Es aquí donde la experiencia del clásico juego de Lego se hace sumamente concreta y útil. Crear un modelo de e-commerce para una pyme hoy día no es partir de cero. No es desarrollar tecnología y logística propia, sino más bien meter la mano en la caja que ya existe y seleccionar las piezas del color, tamaño y forma que hagan falta para construir un modelo a escala que se adapte a las necesidades específicas de cada negocio y que, a la vez, esté a la altura de los más grandes.

Este es el trabajo que han realizado muchas de las pymes que han logrado subirse al carro electrónico de compras: contratar soluciones empaquetadas, simples de implementar y con precios accesibles. Estas piezas son distintas en cada parte de la cadena que conforma la venta online y, en conjunto, pueden abarcar los distintos aspectos críticos, como el marketplace, el bodegaje de productos y la logística de despachos o servicios de última milla.

Lo interesante es que muchas de estas herramientas son las mismas que también utilizan las grandes empresas que han externalizado algunos de estos servicios para abarcar su demanda creciente, o bien, fueron creadas por ellas mismas y puestas a disposición de actores más pequeños. Entonces se trata de piezas que se utilizan de acuerdo con el tamaño y espectacularidad específica de la obra que se quiera construir, tal como los Legos servían para armar naves espaciales, autos, casas, etc. En el caso de los despachos hay opciones que incluso se adaptan a flotas de sólo un camión. Esto facilita alcanzar los estándares de calidad y la experiencia a la que los clientes del e-commerce ya se han acostumbrado.
 
Incluso hay algunos nuevos actores que no sólo han buscado piezas dentro de la caja, sino también en otros canastos de juguetes, por ejemplo, el de las redes sociales. Ante la rapidez con que debieron incorporarse al mundo online, varios emprendimientos abrieron espacios de comunicación con sus clientes por medio de Whatsapp, Instagram, entre otras (algo que también ya se había visto en el período pre-pandemia), para ofrecer sus productos, en vez de contar con un marketplace más tradicional. Asimismo, también reciben pagos vía transferencia electrónica y coordinan despachos o pick-up. 

Distintas entidades y expertos en comercio, como la Cámara de Comercio de Santiago, manifiestan que este escenario ha sido beneficioso, pues permite un fácil acceso al e-commerce por medio de herramientas amigables que les ayudan a incorporarse rápidamente. Este optimismo también se observa entre los emprendedores. El estudio de la empresa de telecomunicaciones mencionado anteriormente señala que a nivel nacional un 55% de los encuestados asegura que 'cree que su emprendimiento será mejor' una vez que finalice la pandemia. Esto entendiendo lo fundamental que es formar parte de la nueva era.

Comentarios