No todo tiene que ser digital

Por en Internet & Social

A veces volver al formato análogo nos permite tomar una nueva perspectiva del tipo de contenido que creamos día a día en Internet.

Hoy en día todos podemos ser fotógrafos. Por lo menos, eso es lo que nos quieren hacer creer absolutamente todas las marcas de smartphones con los lanzamiento de sus nuevos equipos, cada vez con mejores cámaras integradas y un sin número de herramientas.

Lo mismo pasa con aplicaciones como Instagram, que permite mostrar cada una de nuestras capturas, que pueden ir desde paisajes o nuestras vacaciones hasta simplemente lo que desayunamos esta mañana.

Pero no todos somos fotógrafos, o por lo menos nunca lo lograremos con este formato. A veces al ver el exceso de imágenes que tenemos en las memorias de nuestros celulares deberíamos preguntarnos: ¿todas estas fotos son realmente necesarias?

En el pasado cuando las cámaras análogas eran la última tecnología disponible en fotografía, y los rollos para estos equipos eran nuestras memorias SD, solamente teníamos 36 opciones para sacar una buena fotografía.

El revelado no costaba poco dinero, y los mismos films también tenían un valor importante, por lo que sacar cinco fotos de exactamente lo mismo durante un cumpleaños o incluso en un viaje, simplemente no era una opción.

Teníamos que parar, mirar lo que íbamos a captar, encuadrar de la mejor manera y esperar a que nuestra fotografía fuera exactamente lo que nos habíamos imaginado en ese momento.

Obviamente hoy suena anacrónico esperar a terminar un rollo de fotos completo y una hora de revelado para ver una imagen, especialmente con smartphones que nos prometen capturas cada vez más rápidas, con más ráfagas de fotografías y más opciones para sacar una buena imagen a pesar de cometer una serie de errores en el camino.

Sin embargo, si realmente te gusta la fotografía, quizás deberías hacer el ejercicio de parar y pensar qué quieres mostrar con la foto que estás sacando. Hacer mentalmente el ejercicio de las 36 fotografías, solamente 36 posibilidades de sacar una buena imagen.

Y esto no sólo lo podemos ver con este arte en específico. Lo mismo sucede con los textos que subimos en línea, sean desde un blog hasta un tweet o un correo electrónico. Poco a poco hemos perdido ese filtro que teníamos al mandar una carta, al decir algo a la cara o de publicar algún contenido que nos interesara.

Una falta de perspectiva que se puede ver desde lo que comentamos en línea, los textos que compartimos, hasta incluso lo hirientes que pueden ser algunas personas en las redes sociales, solamente porque no tienen a alguien al frente más allá de un computador y un @.

Los obstáculos que teníamos con el papel, el film y el revelado, nos daban un espacio para pensar de cierta manera lo que realmente queríamos decir en un minuto determinado. Un espacio que lamentablemente se ha perdido con la inmediatez de internet, y especialmente con los equipos móviles, que entregan la posibilidad de generar todo tipo de contenidos en el minuto en que los piensas.

Obviamente no toda esta tecnología e Internet son malos. Estas mismas plataformas de fotografía y las cámaras dentro de nuestros teléfonos han democratizado este arte para un grupo de personas que antes no podían crear sus propias imágenes ni tener sus “galerías” en línea. También ha dado espacio para revelar abusos y otro tipo de injusticias por medio de las redes sociales. Y ni hablar de la cantidad de contenido que hoy en día tenemos disponible gracias a organizaciones como Wikipedia o de sistemas de pago como Netflix y Spotify.

No obstante, en el área de generación de contenido, quizás podría ser un buen ejercicio volver a crear las limitaciones del papel, aunque sea en nuestra mente. Parar unos minutos, detenernos a mirar a nuestro alrededor y pensar: ¿realmente es esto lo que quiero publicar en línea? No me imagino ningún escenario en que esta práctica sea realmente mala para ninguno de nosotros.

Comentarios

Error | tecno.americaeconomia.com

Error

El sitio web encontró un error inesperado. Vuelva a intentarlo más tarde.