Hoy en día ya existen acciones que están emprendiendo ciertos actores de la sociedad en pos de la privacidad y los derechos legales.

Los alcances que han tenido los temas de seguridad y privacidad de la mano de las herramientas tecnológicas sobrepasaron lo que alguna vez la ficción nos invitaba a imaginar. El Gran Hermano dejó de ser una figura referencial y de escala menor en la vida práctica. Las revelaciones que distintas organizaciones o personajes han hecho en el último tiempo corroboran lo que muchos temían: el espionaje masivo de los gobiernos hacia los ciudadanos.

No es de extrañar entonces que la preocupación de la ciudadanía por estos temas vaya en aumento; quizás no a un nivel similar a lo que significa la salud, la educación o la corrupción política, pero conforme las nuevas generaciones vayan tomando consciencia de que sus actividades pueden ser espiadas y mientras sigan apareciendo escándalos del tipo Snowden, claro está que el conflicto va a ser mayor.

Por ejemplo, a propósito del mismo Edward Snowden, ex técnico de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, este dio a conocer cómo los servicios secretos de EE.UU. y de Reino Unido están invirtiendo una gran cantidad de dinero en tecnología para vigilar masivamente las comunicaciones privadas de los ciudadanos. Detalló cuatro "Pitufos", como denominó a estas herramientas, que están siendo utilizadas para este propósito; uno de ellos, capaz de activar el micrófono del dispositivo; otro para activar una geolocalización más precisa, por ejemplo. Por supuesto, todos estos respaldados por una serie de maniobras que encubren a” los atacantes para pasar desapercibidos.

Evidentemente, el análisis en tiempo real a nuestras actividades es preocupante, pero además debemos considerar lo que sucede con la gran cantidad de datos que generamos y quedan almacenados en el historial. ¿Estamos conscientes de eso?

Snowden, quien hoy por hoy se ha convertido en un verdadero activista de esta causa, fue bastante claro en su conclusión sobre este asunto. Si bien tenemos a estos cuatro pitufos que luchan por entrometerse en nuestros smartphone, ¿quién es el pitufo mayor? La respuesta quizás ya la imaginas. El gobierno. ¿Qué podemos hacer ante ello? Al parecer, no mucho, según este mismo informático.

No obstante, sí hay acciones que están emprendiendo ciertos actores de la sociedad en pos de la privacidad y los derechos legales. Si bien es cierto que lo relativo a las agencias de seguridad y espionaje de los gobiernos puede convertirse en un verdadero Goliat, luchar primero contra algunas de las armas de este gigante puede ser la alternativa para dar batalla.

Un ejemplo de esto son las disputas legales por el derecho al olvido contra Google. En ellas, encabezadas principalmente por Europa, se aboga para que los pedidos de eliminar contenido bajo esta regulación que sean hechos en el viejo continente, se cumplan en todos los dominios del gigante de internet, incluido Estados Unidos.

En el caso de Facebook, a quienes se les ha acusado reiteradamente de ser fuente de información para los gobiernos, también se vive algo similar. La demanda de un estudiante austríaco contra la compañía alegaba la filtración y el libre tráfico de datos hacia Estados Unidos, haciendo expedito el acceso a esta información por parte de los norteamericanos. Por esa razón, el Tribunal Superior de Irlanda ordenó una investigación sobre la transferencia de información en esta red social, para asegurarse de que la privacidad personal esté protegida.

Quizás no sea tan tarde. En muchos casos, valdrá la pena. Al igual que Max Schrems, el estudiante de leyes que lanzó la demanda, vigílalos tú, antes que ellos lo hagan.