Mulaka: un videojuego con raíces prehispánicas

Por en Juegos

Este juego, del estudio mexicano Lienzo, es el primero de tipo latinoamericano que llega a las grandes consolas de Sony, Microsoft y Nintendo.

Quienes han crecido entre los recovecos de un videojuego, seguramente han querido ser como Link de Zelda alguna vez. O tal vez se han identificado con Mario Bros, quien —a pesar de no tener superpoderes, espadas mágicas o hadas madrinas— es humilde, valiente y un héroe a su manera. También es posible que hayan querido correr como Sonic y cazar monstruos tal como lo haría Geralt de Rivia en The Witcher.

Todos estos personajes son inspirados en culturas lejanas: el amor cortés de la Edad Media, el honor de los samuráis en Japón y la grandeza de los dioses de Asgard son unos cuantos ejemplos. Son personajes remotos, arquetipos con los que soñamos pero con los que quizá nunca nos asemejaremos en realidad. Pueden ser fascinantes, portentosos, misteriosos, pero sueños al fin y al cabo.

Si llego a mencionarles a los hermanos Ayar, Tundama, Pachacútec o Cuitláhuac, tal vez fruncirían el ceño y ladearían la cabeza al no saber quiénes son. Puede que no seamos Link o Sonic, Geralt de Rivia o Mario Bros, y por esa razón el estudio mexicano Lienzo se dio a la tarea de ofrecernos otra identidad.

No fue fácil. En ocasiones, para definir quién es uno se necesita de psicólogo, libro de filosofía, mandalas o guía espiritual, dependiendo de la persona. A veces, para encontrar cuál es nuestro lugar en el mundo necesitamos luchar hasta con las uñas. Esto fue lo que le ocurrió a Lienzo. Deseaban crear un videojuego sobre la cultura tarahumara, una de las comunidades indígenas más emblemáticas y seductoras de México; sin embargo, la falta de presupuesto obstaculizó el proceso de desarrollo.

En un comienzo raspaban información de fuentes de acceso público, ONG o académicos que les quisieran colaborar. La esencia de los tarahumaras se les escapaba de a ratos, su identidad como mexicanos se perdía entre mitos y leyendas que se confundían como haces de luz. El videojuego evolucionaba atropelladamente: nacía, crecía, nunca maduraba, se desdibujaba en un momento, moría y reverberaba en el siguiente. A veces avanzaban por sí solos, para luego acudir a un antropólogo como si de un psicólogo se tratara; visitaban el territorio tarahumara, pintaban representaciones espirituales y luego las rechazaban al considerarlas poco fieles a esta cultura indígena.

En 2015, cuando presentaron el juego en un proyecto de Kickstarter (la plataforma de financiamiento colectivo), las cosas se facilitaron al conseguir apoyo económico. Por fin encontraron su lugar en el mundo y descifraron los laberintos de la cultura tarahumara. Tomaron prestados elementos de The Witcher, Dark Souls, Zelda, Dark Insiders, Assassin’s Creed y Never Alone, pero el alma tarahumara fue la que siempre guió la consecución final del juego.

El resultado, Mulaka, es tan mágico como la cultura en la que se inspiró. Es un juego divertido y de colores vivos en un mundo semiabierto. Mientras defiende su tierra de fuerzas oscuras, el protagonista, Sukurúame, lleva al jugador a conocer los lagos, planicies y demás tierras de la Sierra Tarahumara.

Con ayuda de semidioses, Sukurúame se transforma en varios animales para vencer a los enemigos que hacen parte del bestiario de esta cultura. Al cultivar plantas, como el laurel o el aloe, se obtienen pociones, las cuales curan al personaje cuando este realiza un ritual, y a lo largo del videojuego, el jugador tiene acceso a información sobre los tarahumaras, sus creencias, su historia y su legado.

Lo mejor de todo, es el primer videojuego latinoamericano que llega a Play Station, Xbox y Nintendo Switch, debido a la belleza e interés que despierta su trama: un héroe indígena que lucha con lanza en lugar de espada, que obtiene protección gracias a sus antepasados en lugar de una armadura y que se hace uno con la tierra que lo vio nacer de las estrellas. Sukurúame revitaliza esta industria, le ofrece nuevos comienzos.

Con Mulaka hemos entrado a un universo que antes nos era ajeno. En los videojuegos existían caballeros, samuráis y dioses nórdicos. Pero ahora también existen chamanes con raíces prehispánicas. Hay nuevas formas de ser y asumir identidad en un mundo apropiado por otras representaciones culturales. Con Mulaka es posible comenzar a encontrar nuestro lugar en la industria de los videojuegos.

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