Telecomunicaciones en pandemia: aunque las conexiones de banda ancha fija crecen moderadamente, los usuarios exigen una mayor velocidad

Por en Banda ancha fija

El creciente requerimiento de una conectividad más rápida en los hogares ha dinamizado el segmento de internet fijo que, tras su escaso dinamismo en los últimos años, hoy tiene el reto de mejorar las conexiones y adoptar a la fibra óptica como principal herramienta para garantizar una buena experiencia a los usuarios.

La conectividad desde casa fue un requisito indispensable para seguir operando en tiempos de pandemia y confinamiento. El teletrabajo, las clases virtuales o el mayor tiempo de ocio online ejercieron una mayor presión en las conexiones de internet en los hogares latinoamericanos, ante la creciente demanda por mayor velocidad en los servicios de banda ancha fija, segmento que años previos al COVID-19 se había mantenido bastante estable en cuanto a número de conexiones y sin muchos planes comerciales por parte de los operadores para impulsarlo.

“El mercado fijo no venía con una demanda creciente porque no se daba la necesidad. Tras la pandemia, al estar todos encerrados en casa, la demanda de tráfico de este segmento empieza a aumentar, y no tanto en volumen. El gran dolor de cabeza de las redes se debió a la congestión, ya que millones de personas se conectaban a la vez y la sensación del usuario era frustrante, porque la experiencia no era rápida ni efectiva”, comenta Roberto Baltra, director ejecutivo de la consultora Baltra Consultores. “Esto no produjo un aumento exponencial de conexiones. En Chile, estas aumentaron en 6%, una tasa moderada. No obstante, con respecto a años anteriores es alta para el mercado de telefonía de conexiones fijas de internet”.

El especialista explica que en 2020 en este país sudamericano se registraron 200.000 nuevas conexiones de banda ancha fija. “No es un número muy grande. Sin embargo, cada conexión involucra una conectividad de hogar en torno a 4,5 o 5 usuarios. Es decir, Chile conectó por banda ancha fija a un millón de personas y eso sí es relevante en una población de 18 millones de habitantes. Cuando las conexiones aumentan a ese ritmo, expandes la red a un 6% de la población y eso sí tiene un impacto”, dice.

Este alto tráfico de navegación desde los hogares chilenos produjo que muchos hagan un upgrade a sus planes de internet fijo para obtener mayor velocidad de descarga, dada la alta demanda de todos los usuarios en casa, incluso los que contaban con teléfono móvil y optaron por conectarse a través de una red disponible de wifi.

Es así que muchos hogares pasaron de tener un plan básico de 200 Megabites por segundo (Mbps) a uno de 500 Mbps, mejorando notablemente la experiencia. Asimismo, las nuevas conexiones apostaron por la tecnología FTTH (fibra óptica) que actualmente representan el 32,8% del total de conexiones de internet fijo.

En Perú, el fenómeno de conexiones de internet fijo en tiempos de lockdown fue similar al caso chileno. “En 2019 no existían muchos planes por encima de los 100 megas que era considerado un nivel de velocidad alto. En 2020 hemos visto que hemos pasado de una velocidad de 100 a 200 megas y de ahí a 400. Incluso ya hay un operador que ofrece un giga de velocidad. En 2019 era imposible pensar en esto. Eso es un cambio muy importante en el escenario competitivo y en la oferta que los usuarios hemos recibido”, dice Carlos Huamán, CEO de la consultora especializada en telecomunicaciones DN Consultores.

Del mismo modo, Huamán refiere que la competencia en el segmento de internet hogar se empieza a sentir más y no solo a nivel de las telco tradicionales, sino también de compañías que operan en determinadas zonas de Perú y están enfocadas en el servicio de televisión de paga, pero que ahora, dada la demanda, extienden su portafolio para el internet hogar.

“Esos operadores de nicho regionales van desplegando fibra óptica y van compitiendo con los operadores nacionales que alcanzan a todo el país. Además, están surgiendo operadores dentro de Lima que entran a tallar en el escenario competitivo en el que las velocidades contempladas en los planes tarifarios han tenido un salto importante”, dice.

No obstante, en el mercado peruano esta migración a planes de mayor velocidad no ha significado una mayor participación de la tecnología FTTH en las conexiones de internet hogar, que solo representa el 8% del total, un índice mucho menor al promedio de Sudamérica (35%), región donde Uruguay lleva la delantera al tener el 80% de conexiones de internet hogar con fibra óptica.

En México, para Radamés Camargo, Analysis & Media Relations Manager en The Competitive Intelligence Unit (The CIU), firma de consultoría e investigación de mercado de telecomunicaciones, el gran cambio que se ha dado este mercado es la conciencia de uso de internet. “Una de las grandes lecciones que está dejando la pandemia es la mayor ponderación o necesidad de la conectividad, pero sobre todo de banda ancha fija que está ejerciendo un mayor peso al estar gran parte de la población en casa. En ese sentido, el aumento de conexiones de internet fijo no hizo mucho la diferencia en 2020”, dice. 

En busca de velocidad

De acuerdo con el Speedtest Global Index de Ookla, a enero de 2021, Chile es de lejos el país con mayor velocidad de descarga de banda ancha fija en América Latina con 171,02 mbps, mientras que el promedio global es de 98,42 mbps. El top 5 de países de la región con velocidad de descarga más rápida lo integran Panamá (111,28 mbps), Brasil (79,30 mbps), Uruguay (54,14 mbps) y Perú (53,34 mbps).

Y si bien 2020 se caracterizó por una demanda de mayor velocidad de conexión y una migración a planes que cumplieran con esta promesa, las tarifas se mantuvieron estables, especialmente en una región cuya economía se ha contraído drásticamente debido al impacto del COVID-19.

“Hay dos fuerzas que se contraponen: una es la mayor demanda del servicio de internet fijo, porque para sobrellevar la pandemia ha sido muy necesaria la conectividad en los hogares. La otra es la crisis económica de muchos países que hace que los medios y la capacidad de compra sean  limitados”, dice Radamés Camargo, de The CIU.

A su vez, Camargo destaca que la crisis económica en varios países latinoamericanos tiene un peso importante en la decisión de contratar mayor conectividad, sobre todo en países que venían arrastrando inestabilidad económica antes de la pandemia, como es el caso de Argentina.

Precisamente, de acuerdo con un estudio comparativo de planes mensuales de banda ancha ficha elaborado por la operadora Cable.co.uk, Argentina es el país de América Latina con el plan más barato (US$ 19,49), seguido de Colombia (US$ 24,63) y Brasil con (US$ 24,79).

A estos mercados les siguen México (US$ 29,01), Chile (US$ 33,55), Paraguay (US$ 33.57), Uruguay (US$ 38,59), Perú (US$ 39,87), Ecuador (US$ 40,38) y Bolivia (US$ 45,96). En el otro extremo están Nicaragua, Honduras y Panamá, países centroamericanos donde el precio de los planes de internet fijo es de US$ 52,50, US$ 57,50 y US$ 66,05, respectivamente.

“Factores que explican estas diferencias de tarifas entre países es la facilidad o dificultad para desplegar esta infraestructura, sobre todo de fibra óptica. Otro factor importante es la concentración poblacional. Por ejemplo, en Chile el internet de banda ancha fija es más barato porque los grandes asentamientos humanos están en las grandes ciudades y centros urbanos y es más sencillo desplegar redes. Finalmente, está la competencia. Donde hay competencia entre al menos tres operadores disputándose el mercado los precios de los servicios son más bajos, es el caso de Chile y Brasil que son mercados muy competidos”, dice Radamés Camargo.

En México, según información del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), en 2020  sí se registró una ligera variación a la baja en el servicio de internet fijo. Así, la tarifa mensual de los planes que incluyen una velocidad de descarga mayor a 50 Mbps osciló entre 530 y 1.049 pesos mexicanos (US$ 25,87 y US$ 51,21), en contraste con los 549 y 1,519 pesos (US$ 26,80 y US$ 74,15) que se reportaron en 2019 .

Para Carlos Huamán, de DN Consultores, no obstante, el indicador más fiable para medir las tarifas es el ARPM (precio unitario por mega) y no el ARPU (ticket promedio), indicador usado por Cable.co.uk. “En el caso de Argentina, que según esta medición tiene la tarifa promedio más baja, no es claro cuántos megas de velocidad ofrece el plan. Si incluye 20 megas es una cosa, pero si ofrece 60, es otra. Si analizamos Perú, el precio unitario por Mbps ha tenido una drástica caída de 90% en los cinco últimos años y hoy es de de S/ 2 (US$ 0,55) por Mpbs, de acuerdo con el regulador Osiptel”, dice.

Incluso, así como ha sucedido en el mercado móvil en los últimos años. Muchos operadores aumentaron la velocidad sin incrementar la tarifa. “La conexión fija no ha entrado en esa carrera de precio, sino que se ha mantenido, pero han duplicado o aumentado su capacidad y logra una fidelización de clientes, porque al inicio de la pandemia hubo mucha sensación de que la red no funcionaba y era mala por la gran congestión. La respuesta de las compañías fue mantener el precio y aumentar la capacidad para reparar esa sensación. Muchos no estaban dispuestos a esperar una respuesta y se fueron a otro operador”, dice Carlos Huamán.

Roberto Baltra, de Baltra Consultores, coincide con Huamán: “No hubo guerra de precios, pero sí hubo mucho churn (tasa de cancelación de clientes) de compañías que tenían tecnología antigua y la renovaron por otras más modernas. Esto aceleró la venta de tecnologías de FTTH. El usuario ya no es indiferente a la velocidad y paga planes de entre US$ 30 y US$ 35 que le garantice una sensación más relajada. Por ello, las conexiones de fibra al hogar van a ganar terreno. Con la pandemia, los operadores no salieron a la calle a invertir, sino que lo que ya tenían invertido lo aceleraron para llevarlo al cliente final o están sacando el mayor revenue a otras tecnologías ya instaladas, como el HFC (híbrido de fibra coaxial). La apuesta será cuánto se demoran en mudar a los clientes al FTTH antes de perderlos”, dice.

Para Radamés Camargo, actualmente, debido a las pobres performances de las economías latinoamericanas, hay menos incentivos para invertir en nueva infraestructura. “A pesar de que estos repuntes de nuevas conexiones de banda ancha fija no han sido drásticos, si van a causar que los operadores inviertan más en desplegar más cableado y mejorar las capacidades porque los mercados que tienen mayor densidad de fibra óptica han tenido la capacidad suficiente para soportar el alto tráfico. Un término que va a ser muy recurrente en el análisis de fibra óptica es la resiliencia que ha tenido ante el creciente tráfico”, dice.

Inversiones en fibra

Esta mayor demanda por conectividad desde casa también ha dejado en evidencia que los usuarios requieren un servicio más ágil siendo la fibra óptica la infraestructura idónea para lograrlo.

Al respecto, recientemente, Telefónica del Perú anunció que este año reforzará su apuesta en fibra óptica, tomando en cuenta que la compañía cerró 2020 con 136.000 hogares con FTTH en Lima y su plan es multiplicar por cuatro el número para culminar 2021 con 600.000. Entre 2019 y 2020 la empresa invirtió S/ 730 millones (US$ 198,9 millones) en el despliegue de infraestructura en todo el país.

América Móvil, por su lado, no ha hecho anuncios específicos de despliegue de fibra óptica, pero tras anunciar sus resultados financieros y operativos del último trimestre de 2020, la compañía informó que la banda ancha fija sigue siendo el principal propulsor de la plataforma de línea fija, conectando en ese periodo 208.000 nuevos accesos, 5,4% más de la base instalada en América Latina.

Según la firma de consultoría e investigación de telecomunicaciones, Analysis Mason, los tendidos de fibra óptica en América Latina están rezagados respecto a la infraestructura en otras regiones. “Esperamos ver una sólida cartera de acuerdos en el sector de la fibra en la región. La infraestructura de línea fija en América Latina se ha quedado rezagada con respecto a América del Norte, pero esto fue parcialmente compensado por la dinámica de los mercados móviles. Esto ya no es sostenible en mercados tan competitivos y se espera que los operadores busquen cada vez más socios financieros o estratégicos para financiar sus ambiciones de expansión de fibra. Esto allanará el camino para los jugadores de infraestructura de fibra pura al por mayor, que sin duda serán interesantes para los inversores acostumbrados a los concurridos mercados estadounidenses y europeos”, dijo Analysys Mason.

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