Si bien todo partió como una investigación policial, ahora estamos frente a un caso que pudiera convertirse en un precedente en la disputa entre la privacidad de los usuarios y la seguridad nacional, con Apple como ganador por adelantado.
Cuando a fines del año pasado estallaba la trágica noticia de la matanza en San Bernardino, California, seguramente ninguno de nosotros, salvo que nos estuviera leyendo un novelista de aquellos, se imaginaría que el caso pasaría a ser emblemático por otras vertientes relacionadas con la tecnología y la privacidad.
Este caso gira en torno a la masacre perpetrada por el acusado Syed Rizwan Farook y su esposa Tashfeen Malik en diciembre, quienes mataron a 14 personas e hirieron a otras 22, en esa localidad de Estados Unidos. Pero, ¿en qué momento tomó este nuevo enfoque?
La verdad, nunca se ha desviado desde el punto de vista de la investigación policial, pero lo que sí ha encontrado ha sido a nuevos actores en el proceso y, por supuesto, ciertas trabas. El FBI le está exigiendo a Apple que desbloquee el iPhone del atacante para acceder a información que consideran crucial para la investigación. Aquí tenemos entonces a este nuevo actor y ahora, la traba: la compañía dirigida por Tim Cook se niega a tal exigencia debido a que se trataría de una solicitud “peligrosa” y “sin precedente”.
Naturalmente, estamos hablando de pesos pesados. FBI debe ser una de las siglas más conocidas en el mundo relacionadas con el ámbito policial, por su gran poder e influencia, mientras que si hablamos de Apple, lo hacemos de una compañía que, de acuerdo con la revista Fortune, fue la empresa más admirada en el mundo entre 2008 y 2012, situación que no ha variado mayormente hasta nuestros días. De hecho, si echamos un vistazo a sus arcas, encontramos una compañía que tiene un valor de mercado que se mueve en torno a los US$540.000 millones. Nada mal, ¿no?
¿En qué ha derivado esta disputa? La avalancha de noticias que han aparecido en los últimos días sobre este tema dan cuenta de la cuestión legal. Fue la jueza Sheri Pym, de la corte del distrito de Los Angeles, quien determinó que Apple debía entregar "ayuda técnica razonable" a los investigadores que buscan desbloquear los datos del iPhone 5C del autor del ataque. Pero Apple se ha negado a acatar tal sentencia pues, en voz de su CEO, Tim Cook, se trata de "una extralimitación del gobierno de EE.UU." que arriesga otorgarles a las autoridades "el poder para tener acceso los dispositivos de cualquier persona para capturar sus datos".
Esta firme posición de la compañía de Cupertino ha generado empatía entre sus “colegas”, otros chicos del barrio que también son enormes referentes del mundo tecnológico y tienen tanto poder como Apple. Según reportan los medios estadounidenses, Google, Facebook, Microsoft, Twitter, Amazon y Yahoo presentarán mociones con el fin de expresar su respaldo a la empresa fundada por Steve Jobs. Una especie de liga de la justicia tecnológica donde inevitablemente asoma la figura de Edward Snowden por detrás como prócer del combate contra la vigilancia y el atentado a la privacidad de los ciudadanos por parte de las autoridades.
Algunos ya han expresado su opinión de hecho. Jan Koum, el creador de Whatsapp, escribió: "No podemos permitir crear un antecedente tan peligroso. Hoy nuestra libertad está en juego". El jefe de Google, Sundar Pichai, dijo que "forzar a las compañías permitir hackear [los dispositivos] podría amenazar la privacidad de los usuarios". En tanto, Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, comentó: "Empatizamos con Apple en esto”, y agregó :“No creo que desencriptando los móviles se solucione el problema del terrorismo”.
Ahora bien, más allá de cómo se resuelva esta jugosa batalla legal, desde ya hay un enorme triunfo implícito para Apple. Su reputación, marca e imagen saldrá aún más fortalecida. La fama que se ha ganado la empresa por la excelencia y creatividad de sus productos y lanzamientos es casi tan grande como la de su celo por mantener cierta mística de exclusividad y seguridad en sus dispositivos y en torno a cómo los desarrolla.
Lo quieran o no, sea una jugada llevada a cabo deliberadamente o una consecuencia natural reflejo de sus valores, Apple se está granjeando un lavado de imagen “sin precedentes”, aprovechando el grado de relevancia que está tomando el caso. Me pregunto, ¿qué pensará un usuario en el futuro cercano si se le consulta por una compañía de teléfonos (y softwares) que realmente proteja sus datos e información? ¿A quién elegiría alguien que se preocupa por su privacidad y seguridad a la hora de elegir sus dispositivos? Apple está liderando y ganando esta batalla.
Echemos otro vistazo a un caso recientemente ocurrido más cerca nuestro, en Latinoamérica. Se trata de la detención de un directivo de Facebook, Diego Dzoran, representante de la red social en Sudamérica y vicepresidente de la empresa en Brasil.
¿La razón de su detención? Se acusa a Dzoran de no atender órdenes judiciales por requerimiento de información a solicitud del juez Marcel Maia Montalvao, quien señaló que las informaciones requeridas son "imprescindibles para la producción de pruebas a ser utilizadas en una investigación de crimen organizado y tráfico de drogas", las cuales se produjeron mediante WhatsApp, aplicación de la cual Facebook es dueño.
Y, si bien la prisión del detenido es de tipo preventiva, nos encontramos con una interesante figura de un ejecutivo que, a ojos de algunos, puede verse como aquel directivo fiel a los valores de su compañía, que se niega a poner en riesgo la seguridad y privacidad de sus usuarios, por más que esto signifique una persecución judicial. Una especie de nuevo mártir de la tecnología en pos de los usuarios. Que realmente sea así, ya es otra cosa, pero lo que proyecta, está muy cerca a aquella visión.
Volviendo a Apple, tenemos entonces a una empresa que de seguro tendrá un nuevo impulso a su imagen y marca. La misma que, según la última edición de BrandZ Top 100 marcas globales más valiosas, presentado por WPP y Millward Brown, cuenta con un valor de US$247.000 millones, posicionándose en el primer lugar.
La lucha que enfrenta el establecimiento del límite entre la seguridad de los datos y la privacidad con la de la seguridad nacional aún tiene mucho material para entregar. Será interesante conocer la reacción de los otros países. ¿Serán meros espectadores que se sumarán a lo que se dictamine a partir de este caso o decidirán conforme a sus propios debates? Como sea, me quedo con una interesante reflexión de quien a esta altura se ha convertido en el patriarca y la figura icónica de este tema, Edward Snowden, quien comentó: “El FBI está creando un mundo donde los ciudadanos dependen de Apple para proteger sus derechos, y no al revés". Plop.
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