Agenda Digital 2020: la llave maestra de Chile hacia el desarrollo tecnológico

Por en Gobierno

Compuesta de cinco ejes centrales, el proyecto se fija metas y plazos concretos que pretenden insertar al país como un actor relevante en la revolución digital.

La Agenda Digital 2020 es presentada por Chile como una hoja de ruta que define los pasos para concretar una política de desarrollo inclusivo y sostenible a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

Está compuesta de cinco ejes: Derechos para el desarrollo digital, Conectividad digital, Gobierno digital, Economía digital y Competencias digitales.

En torno a estos pilares girarán todas las acciones definidas en la agenda: mejorar accesos y condiciones de conectividad, desarrollar marcos normativos, implementar y masificar el uso de servicios en línea del Estado, impulsar el crecimiento del sector TIC, promover el emprendimiento y la innovación y mejorar la calidad de la educación digital, abriendo a su vez oportunidades laborales, entre muchas otras.

Conscientes de la relevancia que tienen hoy en día las tecnologías de la información y comunicación, Chile no quiere quedarse atrás. Por eso, el subsecretario de Telecomunicaciones, Pedro Huichalaf, explica este proyecto con un refrán que los identifica: “Chile pudo haber llegado tarde a la revolución industrial, pero no puede llegar tarde a la revolución digital. Y esto no es solo de telecomunicaciones, sino que también económico, social y dentro del Estado, cómo se moderniza para que los ciudadanos puedan acceder a trámites en línea”.

Efectivamente el compromiso es principalmente político, pero no exclusivamente, pues esto conlleva el involucramiento de diversas áreas en el desarrollo del proyecto. Así, esta iniciativa impulsada por la presidenta Michelle Bachelet, pretende uniformar las políticas y programas de gobierno relacionados con las TIC.

Patricia Silva, subsecretaria de la Segpres (Secretaría General de la Presidencia), explica: “Había demasiada disparidad, mucha dispersión y también desigualdad en los avances, y lo que hace esta agenda, a partir de la constitución de un consejo de ministros para el desarrollo digital, dirigido por la Secretaría general de la Presidencia, es que lo coloca y lo eleva en un carácter superior”.

Entonces continúa: “No es una agenda sectorial, sino que entra en la gran corriente y lineamiento del programa y de la necesidad urgente del Estado. Creo que ese es el principal valor que tiene la agenda instalada desde el comité de ministros”. Entre los ministerios involucrados están Hacienda, Economía, Transporte y Telecomunicaciones y, por supuesto, la Secretaría General de la Presidencia.

Otro aspecto interesante del génesis de este proyecto, según nos cuenta la subsecretaria Silva, es que involucró a distintas partes interesadas y no fue algo exclusivo del Gobierno. Se trató de una instancia participativa con mesas del mundo privado y público, con la academia y la sociedad civil. Así se logró tener una síntesis del diagnóstico, las necesidades y los requerimientos hacia el Estado en cuanto a las políticas para incorporar y concretar avances en tecnología.

Entre las revelaciones que pudo arrojar el diagnóstico, sin dudas se debe considerar el contexto internacional y regional en el que se encuentra Chile. Para nadie es una sorpresa enterarse que el país es uno de los líderes y referentes de América Latina en cuanto a desarrollo digital e implementación de tecnologías.

Pero este posicionamiento no ha sido casualidad. A modo de referencia, el sector de telecomunicaciones ha invertido US$10.726 millones en los últimos cinco años, un promedio anual del orden de US$2.145 millones, equivalentes a 120 dólares por habitante. Puesto que la referencia de este gran programa son los estándares de la OCDE, conviene apuntar que los países de este grupo promedian una inversión de 152 dólares por habitante, lo cual aún es una distancia considerable, pero ya comienza a recortarse con el aumento de la demanda y los niveles de inversión bajo los nuevos marcos regulatorios.

Así, con una idea mucho más clara de lo que implica la Agenda Digital 2020, repasaremos dos de los ejes más destacados, los cuales nos darán una idea de las medidas prácticas con las que Chile pretende dar el gran salto al primer mundo de la tecnología.

CONECTIVIDAD

La agenda fija como meta conectar digitalmente todas las regiones del país con infraestructura robusta y de calidad. En esa línea, Chile se propone alcanzar el 90% de hogares con banda ancha, aspirando a una cobertura de 75% en hogares rurales. De igual forma, el 20% del total de hogares debe disponer de cobertura de fibra óptica en su barrio y 90% de las comunas contarán con zonas Wi-Fi públicas.

Sin embargo, para alcanzar el desarrollo digital y tecnológico, no basta con la cobertura. Por eso, el plan pretende ir más allá de esto y busca que antes del 2020, la velocidad promedio de acceso a Internet sea de al menos 10 Mbps. A su vez, la mayoría de las escuelas públicas debe de tener conexión de banda ancha con velocidades acorde a la disponibilidad tecnológica.

Pedro Huichalaf, el subsecretario de Telecomunicaciones explica: “En materia de conectividad, nuestra meta es llegar al promedio de los países más desarrollados, de la OCDE, y superarlos. Hoy tenemos una penetración de 73 de cada 100, en la OCDE son 82 de cada 100. Entonces, queremos superarlos, pero además utilizando tecnologías de última generación ( …). De hecho firmamos acuerdo de colaboración con Japón, Corea y China, países top de conectividad”.

Un ejercicio interesante al respecto es contrastar estas metas con las proyecciones que otras entidades realizan en torno a los avances en conectividad. Por ejemplo, de acuerdo con el informe Visual Networking Index (VNI) de Cisco, para el año 2020 Chile tendrá 14 millones de usuarios de internet, representando el 74% del total de la población.

Además, el informe proyecta que la velocidad promedio de la banda ancha casi se duplicará hasta alcanzar los 27,8 Mbps, una cifra bastante alentadora que se acerca más al estándar internacional. Otros datos que entregó el VNI de Cisco fue que en el país habrá 83,8 millones de dispositivos conectados en red con 4,4 equipos per cápita.

Huichalaf, en tanto, agrega: “Como Subtel nuestro objetivo es conectar sectores rurales, indígenas y zonas extremas, que son los lugares donde hay menos inversiones en telecomunicaciones, porque en Chile el 100% de las telecomunicaciones son privadas; a diferencia de otros países de Latinoamérica, no tenemos organismos que trabajen en esto. Entonces tiene que haber una coordinación público privada para conectar”.

ESTADO DIGITAL

El segundo pilar a considerar es el de Gobierno Digital. En este contexto, se busca impulsar el uso estratégico y coordinado de herramientas TIC y la innovación en el Estado. Dado lo anterior, el desarrollo de este eje debiese focalizar sus esfuerzos en aquellas iniciativas que contribuyen a mejorar la experiencia ciudadana en su relacionamiento con el Estado, ya sea al momento de realizar un trámite, acceder a beneficios, solicitar acceso a información pública y participar en los asuntos de la administración que más les afectan.

La subsecretaria de la Segpres precisa: “La inclusión de las tecnologías de la información y la comunicación a las políticas públicas no es una moda ni una cosa temporal, sino que una necesidad para el desarrollo de estas y del país”. De esto se desprende la relevancia que quieren otorgarle a las actividades del programa.

Las acciones envueltas en este eje son de distintas naturaleza. Entre ellas destacamos la masificación de la clave única personal (la identificación para ingresar a los servicios online), firma electrónica, estrategia de ciberseguridad, ficha médica electrónica, monitoreo a distancia de enfermedades crónicas (telemedicina), apps del Estado y un marco institucional de gobierno digital.

Con ese objetivo, la Agenda Digital establece que antes de 2020 el gobierno digital sea una realidad en todas las comunas del país, lo cual se traducirá, por una parte, en la disponibilidad en línea de los 150 trámites municipales más demandados y, por otra, que al menos 20 de ellos sean adoptados por los municipios y usados por la ciudadanía.

Sin embargo, el desafío es grande cuando se pretenden implementar este tipo de cambios a un nivel tan masivo. Patricia Silva nos cuenta que el 45% de los trámites de las distintas instituciones del Estado está digitalizado, pero que el uso de esa digitalización es bajísimo.

Según Silva, este se constituye como el primer desafío: “La información es vital, saber que hay mucho trámite al que no es necesario acudir personalmente;  y un tema importante es la credibilidad de la ciudadanía respecto de esos trámites vía web, generar lazos de confianza de las personas con el sistema digital, tecnológico y de información”.

“Tiene que haber un correlato de una ciudadanía que quiere usar el sistema. Digitalizo y pongo a disposición esta herramienta importante, pero también hay que trabajar en que la ciudadanía confíe en el sistema”, explica la subsecretaria.

Por supuesto, para cumplir estos objetivos es fundamental contar con el eje de la conectividad, es aquí donde se valora la importancia de este aspecto que permite potenciar otros sectores. Por ejemplo, aplicaciones en educación pública y rural, salud y telemedicina, agricultura y servicios de turismo.

El subsecretario de telecomunicaciones comenta: “Queremos ser el chasis para otras políticas que se integren sobre la infraestructura de telecomunicaciones y esa es la diferencia que existe con la mirada de solo conectar personas. Porque una cosa es conectarse a internet y Facebook y otro es hacer negocios innovación, saber cómo viene el clima, responder a emergencias. Esa es la mirada transversal que queremos aplicar: telecomunicaciones con sentido ciudadano”.

La ruta de Chile está trazada. El destino final de este camino es mantener el liderazgo regional y equipararse a la conectividad y velocidad de los países desarrollados, convertirse en un exportador de servicios de información y tecnología, contar con escuelas públicas conectadas y servicios más eficientes a nivel de estado y privado para quienes emprendan. El plazo está definido y los responsables identificados. La carrera por sumarse a la revolución digital ha comenzado, pero Chile no es el único participante.

 

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