Fin del Código de Hammurabi: la neo justicia descentralizada para el mundo online

Por en Startup

Kleros, la compañía basada en blockchain fundada por el argentino Federico Ast, propone un sistema de justicia donde todos los usuarios de internet pueden ser parte del jurado en cortes que solucionan disputas de la esfera digital, democratizando la justicia, como también superando ineficiencias del sistema jurídico tradicional.

El 20 de diciembre de 2020, los participantes de la apuesta “¿ganará Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020?”, realizada en el mercado online de predicciones Omen, esperaban recibir el reparto de aproximadamente US$ 2,5 millones en ese momento, acumulados en el fondo.

El 86% había apostado que sí y el 13% que no. Mientras el primer grupo estaba seguro de haber ganado, ya que los medios estadounidenses declararon a Biden como presidente electo, los negadores buscaron invalidar la apuesta, ya que el Colegio Electoral emitiría su voto en enero y, solo ahí, tendrían los resultados formales.

Los usuarios de Omen no llegaron a un acuerdo y acudieron al arbitraje de la Corte General de Kleros, la plataforma francesa de “justicia descentralizada” basada en blockchain, teoría de juegos y tecnologías de crowdfunding, y abrieron el Caso 532.

“Es como un open source (tecnología de código abierto) de la justicia”, explica el fundador y CEO de Kleros, el argentino Federico Ast. “Nos encontramos en una circunstancia histórica donde cada vez más la economía y sus disputas ocurren en la esfera online. Entonces, Kleros es un sistema "judicial" orientado a resolver problemas que la justicia tradicional no puede hacerlo actualmente”, añade.

En Kleros, cualquier persona puede iniciar un caso para buscar resolución de una disputa al firmar un contrato inteligente, que desbloquea los montos reclamados a la parte ganadora una vez que el caso sea resuelto.

Por otro lado, cualquier usuario de internet puede participar en la corte como jurado. Para ello, deben depositar tokens emitidos por la compañía, el criptoactivo Pinakion ($PNK, que vale aproximadamente US$ 0,105). El sistema selecciona al azar entre los candidatos, entregando mayor probabilidad al que paga más.

Una vez escogidos los integrantes del jurado, estos tienen acceso a evidencias y antecedentes –todas catastradas en el blockchain, por lo que son inmodificables y transparentes– y, de manera anónima, votan sobre el caso. Los jueces que forman parte de la mayoría en la resolución final son receptores de tokens adicionales, además de una tasa de arbitraje pagada por la parte perdedora del caso.

De esta manera, los usuarios pueden abrir todo tipo de casos de disputas que ocurren en internet (normalmente de pequeños montos y nunca casos penales) para buscar arbitraje de expertos que, por su parte, buscan ingresos adicionales.

“En la antigua Grecia, todos los ciudadanos tenían derecho para ser juez, sobre todo para temas comerciales y civiles. Crearon un sistema donde los ciudadanos ingresaban sus placas de identidad en un bloque de piedra llamado Kleroterio y, a través de unos dados, se elegía quién iba a ser el jurado”, dice Ast. “Kleros está inspirado en este sistema que está basado en que cualquier miembro de la comunidad puede ser convocado para resolver casos y los miembros son electos al azar”, explica.

En navidad de 2020 comenzó el sufragio de los 500 jueces escogidos al azar para el Caso 532, quienes tuvieron acceso a todas las evidencias y argumentos emitidos por las dos partes. Los resultados fueron claros: el 96,6% de los jueces votaron que “sí, Biden ganó” y solo el 3% afirmó que “el mercado es inválido”, desbloqueando los US$ 2,5 millones a favor de los ganadores de la apuesta.

DESCENTRALIZAR LA JUSTICIA

El sociólogo alemán del siglo XVIII, Max Weber, definió el concepto Estado como una entidad que ostenta el monopolio legítimo de la violencia, incluido el ejercicio de la justicia. Pero desde una perspectiva histórica, no siempre fue así. Por ejemplo, con el auge del comercio internacional, la burguesía de la Edad Media desarrolló el arbitraje para resolver conflictos comerciales entre gremios y corporaciones, un modelo más rápido que la justicia de la monarquía.

Actualmente, estamos en una situación similar donde se requiere un nuevo tipo de justicia, sostiene Mayra Alejandra Ariñez, cofundadora de la Alianza Latinoamericana para la Innovación Legal (ALIL) y de la Sociedad de Derecho y Tecnología. “Vivimos en una realidad global digital que ha originado distintas formas de interacción entre las partes y estas nuevas formas de interacción también son alcanzables al derecho. Esto hace que la justicia descentralizada se convierta en una respuesta ante las nuevas conexiones económicas y jurídicas, pues va más allá de la territorialidad y de donde se encuentren las partes”, explica.

                                                                                                                                   Federico Ast, fundador y CEO de Kleros.

Según Ariñez, esta realidad global ha creado espacios de ineficiencias en la justicia tradicional, incluyendo la latinoamericana: no cuenta con mecanismos adecuados para responder a la nueva situación, la cantidad de casos son elevados, algunos operadores no tienen habilidades digitales y, además, la burocracia se suma como elemento que retrasa los avances de la resolución de conflictos.

De esta manera, los emprendedores y empresarios comenzaron a buscar resolver sus disputas a través de mecanismos alternativos como Kleros, que presenta una oportunidad para solucionar un abanico de problemas, descentralizando la justicia desde la autoridad central.

Por una parte, como el incidente de las apuestas, Kleros permite solucionar disputas entre distintos usuarios de internet. Por ejemplo, la justicia tradicional no podría resolver el enfrentamiento entre jugadores de e-sports que se acusan de hacer trampa, un usuario que denuncia a otro de violar las normas de moderación de una red social o si un contratante de un servicio online exige al ofertante una devolución de dinero porque el producto que recibió no era satisfactorio. ¿Cómo se resuelve si los usuarios están dispersos entre múltiples países?, ¿qué jurisdicción aplicaría?, y ¿los involucrados en el conflicto van a ir a sus respectivos países para abrir un juicio por montos de unos pocos dólares?

Federico Ast afirma que este uso de la plataforma es especialmente interesante para usuarios latinoamericanos, ya que les abre la posibilidad de acceder a trabajos: “Hay mucho interés por Kleros en Venezuela, ya que vender un servicio de desarrollo de software, por ejemplo, a una persona en Estados Unidos es difícil. El norteamericano no va a contratarlo porque no puede ir a Venezuela a demandar si no cumple con lo acordado, pero si usa un mecanismo de contrato y juicio como Kleros, capaz que sí”, explica.

Por otro lado, las compañías también pueden aprovechar la plataforma para sentenciar disputas internas, como la resolución de si un usuario cumple con los requisitos para recibir compensación de una aseguradora o si una empresa de e-commerce entregó el producto en condiciones acordadas con el consumidor.

También puede ser utilizada como curaduría para proyectos de cumplimientos, tales como definir si un nuevo criptoactivo es legítimo y cumple con las características para ser comercializado en un mercado. En uno de los casos, los jueces de Kleros rechazaron que un nuevo token llamado “Baer” sea listado por una serie de evidencias sospechosas. En unos meses más, el gobierno chino calificó este criptoactivo como un esquema Ponzi.

Es un caso de uso que Ast afirma que los gobiernos pueden explotar para regular la nueva economía digital: “¿Cómo hace la autoridad financiera como la Comisión de Bolsas y Valores de Estados Unidos (SEC) para regular este entorno que está cambiando todo el tiempo? No puede porque tiene un equipo reducido y no tiene tiempo. Si un regulador delega o colabora con Kleros para identificar las señales de peligro de los nuevos criptoactivos, puede regular casi en tiempo real y de forma transparente”.

¿ES LEGAL?

Mayra Alejandra Ariñez explica que todas las herramientas legaltech (tecnología jurídica) y de resolución alternativa de conflictos, tales como Kleros, deben considerar cinco aspectos: el análisis de la norma aplicable, las cuestiones éticas sobre el uso de datos, las soluciones propuestas por los productos que desarrollan, la transparencia ante el usuario y ante la sociedad y su usabilidad en un determinado territorio.

Mayra Alejandra Ariñez, Alianza Latinoamericana para la Innovación Legal (ALIL) y de la Sociedad de Derecho y Tecnología.

“Los marcos regulatorios latinoamericanos comenzaron a prestar mayor atención en regular el desarrollo de tecnología, especialmente a partir de este último año. Sin embargo, la regulación es heterogénea y desordenada: algunas se enfocan en la protección de datos, otras en el desarrollo de innovación, incluyendo las del sector legal y judicial”, dice Ariñez, quien afirma que la propuesta de Kleros cumple con los requisitos de legalidad y fomenta la innovación. 

A la derecha, Mayra Alejandra Ariñez, Alianza Latinoamericana para la Innovación Legal (ALIL) y de la Sociedad de Derecho y Tecnología.

Respecto a los contratos inteligentes basados en blockchain, solo algunos países como Japón, Corea del Sur, Reino Unido, China y Estados Unidos la regulan. En Perú, por ejemplo, Ariñez explica que no existe una definición propia y específica para este tipo de acuerdos, pero son incluidos en la definición clásica de contrato, por lo que deben cumplir los requisitos de validez establecidos en el Código Civil.

Entonces, para que una plataforma de descentralización de justicia sea aplicable, es importante que las partes que participan en el conflicto estén de acuerdo a someterse de manera explícita a este método de resolución de disputa y que los contratos se plasmen completamente de manera criptográfica. “Si tú y yo acordamos que la decisión sobre nuestro conflicto va a ser tomada por un mono que tire los dados, hay una postura que dice que es perfectamente válido y debe ser respetado porque es la voluntad de las partes”, ejemplifica Federico Ast.

Más allá de tecnologías más sofisticadas como blockchain, es muy probable que el lector ya haya participado en una resolución de casos por vías alternativas. Por ejemplo, las plataformas digitales como Amazon y Paypal cuentan con mecanismos de solución de disputas online que los usuarios se someten cuando aceptan sus términos de uso.

“La otra postura legal dice que Kleros no cumple con una serie de condiciones que son parte del arbitraje internacional, que está regulado por la convención de Nueva York de 1958”, dice Ast. Es decir, ya que los árbitros son anónimos y no tienen que manifestar su experticia sobre el caso, eventualmente podría ocurrir que una decisión que se tome en una corte de Kleros sea revocada por una corte estatal, si esta estima que la plataforma no cumple con los procedimientos elementales de la convención.

Pero el fundador explica que, lo que pasa con esta postura, es que es un ejercicio de pensamiento abstracto desde el punto de vista práctico. Es decir, muy pocos o ninguno de los usuarios va a interponer una disputa legal en una corte de justicia gastando miles de dólares para una disputa de algunos cientos. Además, las cortes tradicionales no son capaces de abordar toda esta cantidad de disputas que surgen en el día a día en internet. “En algún momento, seguramente va a haber una situación en la que alguien quiera revocar una decisión de Kleros en la justicia. Es un capítulo todavía abierto”, dice.

RONDA DE PREGUNTAS

Como cualquier sistema novedoso, Kleros genera muchas preguntas además de su legalidad. Algunas de éstas son:

¿El jurado puede no ser experto sobre el tema de la corte?

Sí, ya que no requieren identificarse ni comprobar su experticia sobre el caso. Pero cuando un juez participa en una corte de Kleros, solo puede obtener la moneda depositada y la tasa de arbitraje cuando ha votado junto a la mayoría del jurado. Es decir, si un usuario es experto sobre el tema del caso, tiene mayor chance de votar con la mayoría, lo que genera incentivo económico para que postule a las cortes adecuadas. “Las personas que tratan de abusar del sistema, en el sentido de que postulan a cortes que no conocen o voten al azar, van a perder plata y tenderán a salir del sistema”, explica Ast.

Si el sistema de elección al azar favorece más a un candidato de jurado que deposita más tokens, ¿no hay una posibilidad de que un usuario con conflicto de interés en un caso deposite más tokens para ser parte del jurado en esa corte?

Sí, también puede pasar. En primer lugar, esa persona con conflicto de interés debe pagar por dos de los tres puestos de jurado para votar a favor de su posición. Ahora, si la contraparte siente que se realizó este tipo de ataque, tiene la posibilidad de apelar y, en este caso, se dobla la cantidad de jueces más uno. Ahora, en una corte con siete jueces, el usuario inicial debe pagar por cuatro entradas y así sucesivamente hasta 500 jueces. En esta situación, ya no va a haber incentivos económicos, ya que va a ser más costoso tener jueces a su favor que el monto mismo tratado en la corte.

¿Qué acontece si la parte perdedora del juicio no acepta la legalidad de la Corte de Kleros?

Si desde un inicio las dos partes han aceptado participar en el sistema de Kleros, el resultado está inserto dentro del contrato inteligente. Este sólo va a ser desbloqueado con el resultado de la votación del jurado. Si es una cantidad de dinero, iría directamente para la parte ganadora.

Si aún así la parte perdedora no acepta el resultado, existe una posibilidad de acudir a la justicia ordinaria para resolver el conflicto. Pero, como explicado anteriormente, el fundador afirma no es una situación que ocurre comúnmente: “Por ejemplo, si un consumidor tiene una disputa con un vendedor de Mercado Libre, la plataforma lo resuelve de una forma interna y poco transparente y, si al usuario no le gusta, éste no va a ir a la justicia a revocar la decisión. Puede no estar de acuerdo, estará enojado por una semana, pero es un monto muy chico”, explica.

UNA EMPRESA DIGITAL PARA UN MUNDO DIGITAL

Las preguntas clásicas sobre estrategia de expansión internacional o la nacionalidad de los clientes no funcionan para Kleros. Federico Ast confirma que no tienen una base de datos detallando de dónde son los usuarios, ya que cualquiera puede usar la plataforma sin registrarse, tampoco buscan a corto plazo abrir oficinas en las ciudades principales del mundo.

Es más, el argentino confiesa que la compañía no se siente identificada con un país en específico: ni Francia, donde el fundador ha elegido por tener un marco legal adecuado para un modelo de negocio basado en blockchain, ni Argentina donde está el CEO o Canadá, Estados Unidos, Brasil, Singapur, Serbia, Noruega, Austria o Portugal, donde están los empleados.

“Las otras empresas que usan Kleros son parecidas a nosotros, que están en la nube y operan en distintos países”, explica Ast, quien también es profesor de Blockchain y el Futuro del Derecho en la plataforma online de educación, Coursera. “Estamos en una industria donde cada vez más las fronteras geográficas son irrelevantes y, finalmente, la verdadera jurisdicción de la empresa es el internet”, agrega.

La manera que utiliza Kleros para determinar el crecimiento es cómo va demostrando y convenciendo a los usuarios, empresas digitales y, tal vez, reguladores que su plataforma funciona a gran escala. Desde que se estrenó este sistema de justicia descentralizada en 2019, se han resuelto 866 disputas en total, 813 “jueces” han participado en las cortes y se han distribuido casi US$ 1 millón en honorarios a los árbitros.

Foto: Pexels

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